.Bien Macho / Bien Macho / Te comes el amague / avanzas / retrocedes / te estrecho / la mano / soy bien macho., dice el cantante de acento centroamericano, en el tema que suena desde el enorme parlante.
Es el ritmo y la subcultura que llegó para quedarse, nacida, como el blues, el rock and roll y el hip hop, en los márgenes de nuestra sociedad; Más exactamente, en la franja de .varones inseguros de su masculinidad que se han embarcado en la cruzada (infructuosa) de no saludar con un beso a otro nombre., según cita la Lic. en sociología Marta Olaciregui (43).
A mediados del aÑo 2001, muchos hombres argentinos intentaron compensar el .bajón. de la crisis apoyándose en el refuerzo de su masculinidad, negándose a saludar con un beso a sus congéneres, y extendiéndoles la mano virilmente. La reacción de desconcierto de sus contrincantes se exteriorizaba en un gracioso .bailecito., acompaÑado de retrocesos repentinos, risitas, tics y violencia contenida, seguida de la aclaración .Estoy en contra de dar besos. por parte del rebelde.
.Para disimular esta situación tan incómoda, los pioneros de la movida empezaron a agregarle pasos al bailecito., cuenta Homero (31), periodista y .no-kisser. de primera generación, que cuenta la historia del movimiento en su libro No me gusta el durazno, en librerías desde marzo. .Pronto se convirtió en la mímica de un ritual de seducción viril, donde el .besante. se abalanzaba sobre el .besado., que procedía a rechazarlo, dando inicio al bailecito. El .besante. realizaba los movimientos espasmódicos típicos de esta situación, y el .besado. (o deberíamos decir .no besado.) agregaba otros movimientos espasmódicos, extendía la mano, y luego ofrecía su mejilla nuevamente, para comenzar el ciclo de nuevo. Esta dinámica recuerda un poco al capoeira, o por qué no, a la zamba y al minuet..
Y como el capoeira, el .no-kissing. tiene también su variante marcial, como explica Edson (40), profesor de la disciplina en el Centro Cultural Ricardo Rojas: .Al sonido de la marimba y el acordeón, los estudianes do mi grupo tratan saludarse con um beijo, y se inicia así o .bailezinho., que también es una excelente técnica de defensa personal.., explica en su media lengua. .Ambos miembro da danza tem sus ataques personales: el .besado. (o .no besado., se pode dizer assim) para defender-se, y el .besante. por despecho..
.Macho / Bien macho / Fernández / de Cuentas / saluda a la maÑana / mas ojo / distancia / que soy / yo soy / bien macho., sigue sonando el himno de los .No Kissers., mientras en un rincón de Por lo Menos Afeitate, el boliche .No-Kisser. por excelencia (a donde sólo acuden varones hereosexuales de ambos bandos; un plomo) se presiente una gresca.
El encargado de seguridad del local hace la vista gorda. Tiene instrucciones de respetar los códigos de los .No-Kissers. extremos, una subcultura que fuerza los límites de este movimiento; durante los breves encuentros .Xtreme No-Kissing., el .besante. debe besar a su contrincante por la fuerza, mientras que el .besado. (o, qué se yo .no besado.) debe evitarlo apelando a las trompadas si hace falta. .De más está decir que no es ésta una disciplina para exteriorizar cuando te saluda, por ejemplo, un compaÑero en la oficina., aclara Damián (25) mientras le aplica un torniquete en la oreja a su .besante.. “Yo ni siquiera dejo que me den la mano, porque una vez que atraviesan tu ‘burbuja’ no los echás más”, dice Fernando (18), otro “Xtreme No-Kisser”, “así que por eso me hice poner unos piercings en forma de trinchante en las palmas.”
¿Deben los padres preocuparse por el avance del movimiento .No-Kissing.? .Sólo deberían estar atentos a las seÑales principales., dice León Solanas (61), psicólogo; .si su hijo le parte una botella en el cráneo al Tío Enrique cuando este le quiere dar un beso, probablemente estemos en presencia de un .Xtreme No-Kisser. al que habría someter a observación; si es posible, de lejos y con casco..
Pasión, subcultura, movimiento, arte marcial, ritmo, enfermedad mental, club de filatelia o simplemente una nueva tendencia, el .No-kissing. está aquí para quedarse. Saludémoslo. Con una levantadita de ceja, por si acaso.
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