Cuando ocurrió el incendio de Roma, el Emperador Nerón estaba en Anzio, a unos diez kilómetros, y cabalgó (cosa impensable pára un César) desesperado hasta la ciudad, entre otras cosas preocupado por la pérdida del Palatino, donde estaba el teatro y los vestuarios del Emperador. Asimismo, muchos cristianos (que no se encontraban en absoluto prohibidos) salieron a festejar, creyendo que había llegado el Día del Juicio Final, cosa que el pueblo romano no tomó muy bien, presionando a Nerón para que firme el decreto que inició su persecución. Durante el reinado de Nerón, sólo hubo cuatro (4) asesinatos dictados por el emperador. Durante Tiberio, más de cinco mil (5.000). ¡Mirá vos! (Fuente: El lector El Gaucho Santillán, que cita al libro “Nerón, un juguete de la historia”, que a su vez cita a Tácito, Suetonio, y Casio Dión. Probabilidades de exactitud: 103 %, por triple fuente, aparte yo también leí algo así en el libro de un italiano que se llama Indro Montanelli, ¡tomá!)
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