Escribe la Dra. Raquel F. Mastronardi
Experta en Pasterismo Médico
piricucu@ubbi.com
Hace unos días vino a verme a mi consultorio un muchacho visiblemente perturbado, por lo que me vi obligada a administrarle un Sauron oral 76 kl (arrojándoselo directamente a la boca con una cerbatana), tras lo cual procedí a solicitarle que me explique su problema (no sin antes darle 55 cc de Endemol inyectable, por la cosa de los nervios. De paso yo también me apliqué un poquito porque ese día andaba medio tensa de los párpados).
El muchacho había llegado a la conclusión de que, dado su .temperamento artístico o histérico. y .mentalidad fantasiosa. su destino inevitable no era la supervivencia económica sino la miseria y probablemente una fosa común; pero que por una perversa combinación de accidentes y estado de cosas, había llgado a tener una posición productiva y estable en la sociedad; sin embargo, como me explicaba, .esto se debía a que ahora hay muchos medios de comunicación y lugares donde hacen propagandas que creen necesitar a gente como yo, y lamentablemente, nos dan trabajo..
Le pregunté, o creí preguntarle .había combinado el Endemol con media dosis de whisky terapéutico, cuya interacción provoca telepatía de baja graduación .en qué eso lo perjudicaba, y me explicó que, para ser un miembro productivo de la sociedad actual se requiere hacer .cosas complicadas, para las cuales hay que ser ingeniero o matón a sueldo..
Entre estas cosas, el muchacho nombró .llenar formularios, sacar número de CUIT, pagar cosas todos los meses, hacer un presupuesto, llevar facturas (para las cuales necesitás tener papel carbónico), llamar al tipo que te tiene que pagar, llamar al segundo teléfono que te dio el tipo que te tiene que pagar, volver a llamar, llamar el viernes después de las 3 y preguntar por Daniel Morresi, de Caja .y explicarle toda la situación -, tener una caja de ahorro con banelco y chequear cosas por Internet, para lo cual necesitás una clave que tenés que sacar tocando botoncitos por teléfono .ayudado por una máquina -, y si se te pierde la clave o las claves (cosa que, si tenés un .temperamento artístico o histérico. ocurrirá tarde o temprano) tenés que volver a sacarlo yendo a un cajero automático donde tendrás que .hacer cosas., o ir al banco con el DNI (para lo cual hay que procurar que el DNI no quede en el pantalón que pusiste a lavar o en el quicio de una ventana en la calle cuando te paraste para abrir un turrón), y eso para empezar..
Porque, prosiguió el joven .mientras me tomaba mi triple dosis vespertina de Brainiac pediátrico, que esto iba para largo ..lo más probable es que cuando tratás de sacar la clave por tercera vez algo salga mal y entonces la clave se pierda en el ciberespacio y justo además se te rompió el auto y no podés ir cuarenta veces al banco a hablar con un ser humano, y el auto no lo podés arreglar porque te venció el Servicio de Auxilio, porque no te debitaron plata porque te faltó hacer una cosa para que sea automático, y tampoco lo podés hacer por computadora porque no tenés la clave pero aparte se te ocurrió poner banda ancha pero no podés instalar el programa del módem porque no anda la lectora de CD y no la podés mandar a arreglar porque todavía no te pagaron, pero no porque no tengas un trabajo estable sin porque te pidieron que vayas a firmar algo y no pudiste y todo así..
El joven me explicó que en una sociedad más coherente, los parásitos sociales como él no tendrían esos problemas porque no tendrían dinero; Ni cuenta en el banco, ni banelco, ni claves de ningún tipo, ni automóvil, ni servicio de auxilio del automóvil, ni tarjeta de crédito ni Internet, y lo único que necesitaría memorizar es el nombre de la monjita que le sirviera un plato de sopa caliente cada dos días. Darle todas esas prestaciones a una .personalidad artística o histérica. era, según el muchacho, algo parecido a .darle una navaja a un mono..
Con algo de hostilidad y megalomanía, agregó que además, esta sobrecarga de .cosas. que se veía obligado a manejar, terminaba carcomiendo a la misma Sociedad que lo incorporaba a sus filas, ya que los .monos con navaja de la sociedad moderna. se ven obligados a pedir plata para compensar sus constantes derrapes, a llegar tarde a todos lados, a ocupar líneas telefónicas para solucionar sus tropezones y a pedir que los lleven a algún lado, cuando ese lugar lo podría estar ocupando una persona menos .artística. pero con un coche que funcione.
Comprendí la angustia del muchacho y le expliqué que su caso, como el de tantos otros egresados de bachillerato y carreras humanísticas que se han insertado laboralmente de milagro, era estudiado en las más importantes universidades del planeta, y que un laboratorio de Massachussets acababa de lanzar el una droga focalizada en ese problemita, el Yuggoth oral o inyectable, y que precisamente tenía media docena de muestras gratis en el cajón de mi escritorio.
Luego de tomarnos sendas cuádruples dosis (el Yuggoth también equilibra la temperatura interna) le expliqué que, sin haberle mentido (parte de la terapia puede obligar al terapeuta a forzar un poquitito los límites de la realidad y la ficción), no había sido del todo exacta al contarle los efectos de la droga, ya que no estaba indicado específicamente específicamente específicamente para lo de él, pero que creía que por ahí debía andar, y por otro lado no provenía de un laboratorio (ni de Massachussets ni de ningún lado), sino de mis horas de ocio .e incluso mis horas de sesión cuando los pacientes se ponían medio cargosos, que a veces la verdad se pasan un poquito -, en los que me dedicaba a mezclar el contenido de las capsulitas que me llegaban de muestra gratis y por lo general me salen unas combinaciones bastante terapéuticas y que te dejan bastante piricucú.
Puedo afirmar que, a pesar de su palidez inicial, el paciente se encuentra bien. De hecho sigue acá, de lo más quietito y silencioso y cuando le inyecto los minerales y vitaminas necesarios para su supervivencia ni siquiera se queja. Esperemos que sus familiares .que no sé quiénes serán porque no tengo ni el nombre del muchacho -vengan a retirarlo pronto, porque algunos de mis pacientes ya están desconfiando cuando les digo que se trata de una alucinación.
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