AHORA QUE PASARON UN PAR DE DíAS puedo hablar un poco del chiste de ahí arriba sin demasiado temor a que .se pierda la magia.;
La crítica, como vengo diciendo, no es contra un autor en particular. Es contra un género practicado por humoristas de primera, de segunda y de última, el género del personajito dulce sentadito en medio de una explanada y diciendo una metáfora o una frase reflexiva.
Este género está avejentado o muerto; es hora de que se vaya al tacho junto con los chistes de náufragos (que, fíjense lo que son las cosas, son algo así como personajitos desamparados sentaditos en medio del océano, diciendo una metáfora o frase reflexiva). Ya está. Se cortó. Se lo pido a mis colegas. No lo hagamos más. Inventemos otra cosa.
Y yendo al fondo del asunto comprendo que no tengo nada contra los espacios abiertos, ni contra los personajitos tiernos (entre los 16 y los 21 mantuve gustosamente en mi ventana las calcomanías de Hello Kitty de las habitantes anteriores de la casa, porque me parecía que aportaban). No, estoy recontrapodrido del género literario .frase..
La frase es el género literario de los holgazanes, de la gente que se agota de leer más de tres oraciones seguidas. Les sirve para citar a Borges o a Einstein o a Shakespeare sin haber abierto un libro en su puta vida. Por lo general las frases de Borges o Einstein o Shakespeare ni siquiera corresponden al autor citado, porque estas personas no se dedicaban a escribir frases, sino cuentos, obras de teatro o teorías físicas, que es bastante más difícil.
El amante de las frases quiere resumir, quiere reglas mnemotécnicas, quiere impresionar, hablar en voz alta, quiere pasar a otra cosa; todas cosas deleznables. No quiere reflexionar, ni dialogar, ni provocarte risa .porque no es lo mismo una frase que un chiste -, ni escuchar, ni quedarse un rato más. Quiere tirarte un baldazo, por lo general de agua maloliente, esperando que te quedes con la boca abierta, y cuando empezás a reaccionar .en mi caso, diciendo algo así como .pero eso es una pelotudez. -, espetarte un .te lo dejo para que lo mastiques., y retirarse pensando que nos ha dejado el alma marcada. Creo que de conocer a Oscar Wilde nos habríamos llevado pésimo, porque el tipo se la pasaba diciendo frases con una ceja levantadita (yo creo que las tenía anotadas en un cuadernito y las iba pronunciando de reunión en reunión).
Y si todavía no me creen que el género .frase. es una porquería, les recuerdo que su soporte material no es el libro sino la calcomanía; Así que, basta de frases, no digamos más frases ni las peguemos en el costado de la heladera. En todo caso, manejémonos con párrafos. O, si quieren pegar frente a su computadora una fotocopia de .El ExtraÑo caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. enterito, no tengo nada que decir.
Miren, el Sr. Martín Perri (con quien me sentiré en deuda eternamente) ha puesto en youtube lo que estaba buscando el otro día, el dúo entre Louis Armstrong y Danny Kaye cantando “When the saints go marching in” y es para mirarlo y caerse de culo (y aparte tiene subtítulos en holandés).
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