jueves, 29 de marzo de 2007

¡”Educación Mortal” en todas las escuelas del país ya!





La Srta. Lupe Romero, lectora de primera hora de esta columna, envía una jugosa propuesta para las autoridades educativas. Se trata de incluir en las aulas una materia sobre un tema del que no se habla: la muerte.


La materia, por supuesto, se llama .Educación Mortal., y sugiere las siguientes actividades para su implementación:


Visita guiada al hospital público, consultorios externos: la maestra podría guiar a sus estudiantes mostrando cómo se hace una consulta, cuánto tiempo hace que esperan ser atendidos, los distintos servicios médicos según Obra social y prepaga. Todas estas visitas, en realidad, simulan la detección de un quiste o “manchita” en alguna parte de algún cuerpo humano. El objetivo es transmitir el concepto de “posibilidad de muerte”.


Visita guiada al hospital público, sala de guardias: esta visita se realiza a las 5 am, la maestra debe instruir a sus discipulos en la paciencia, el silencio y la contemplación de los azulejos de los pasillos, en espera de la aparición de algun ser humano con heridas de gravedad, desde la herida mortal por arma blanca, pasando por el accidente doméstico y la gresca callejera hasta un infarto de miocardio. En estas visitas se observa de cerca la muerte en su modalidad “repentina o accidental”.


Charla con especialistas: Se visitan oncólogos, endocrinólogos, infectólogos y psiquiatras: El especialista comenta algunas características acerca de las posibles enfermedades y las últimas hipótesis acerca de su aparición y tiempo de desarrollo, calidad y probabilidad de sobrevida (o supervida, me gusta más este nombre). El psiquiatra desarrollaría el tratamiento de caso hipotético sobre suicidio y/o paranoia esquizoide.


Visita guiada al hospital público, sala de terapia intensiva: con esta actividad cierra el programa de educación mortal en las escuelas. funcionaría a modo de cierre e integración de los conocimientos adquiridos en las anteriores. Feedback directo con los alumnos y los pacientes terminales.


De más está decir que la escuela y las demás instituciones deben estar alineados, por lo que la familia tambien debería complementar esta educación mortal con algunas actividades propias: Visitar cementerios de la localidad y en los destinos vacacionales, comentar entre padres e hijos la muerte de fulano o mengano y, más profundamente, tener charlas sobre los deseos de póstuma realización de los propios integrantes de la misma.


Por otra parte, sería aconsejable incorporar saludos acompaÑados de una frase de cortesía del estilo “¿Cómo se sentiría si se fuera a morir hoy? ¿Querría dejarme algo dicho para su familia?”. Por su parte, el médico, al analizar los resultados de tus análisis debería agregar las probabilidades de muerte que conlleva padecer tal o cual enfermedad. .Tus probabilidades de morir de esto no se incrementaron en el último tiempo..


Con esta serie de actividades la vida no va a ser mas linda, pero la muerte sería menos extraÑa. Lo mejor de todo es que pienso que no sería mala idea.


Derivo, Srta. Lupe, su brillante sugerencia a las autoridades competentes, y paso mi factura a Cuentas a Pagar por el trabajo extra de copypasteo que me ha oblÑigado a tomar.


Miren, otro .Momento Oscar. personal: Ugo Tognazzi le enseÑa a Michel Serrault a .desayunar como un hombre. (está en italiano, lo que lo mejora un 45 % respecto del original).


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