Kiriatos, habla Podeti. Muy bueno el chiste de cambiarme la contraseÑa. Todavía me estoy riendo, pero ya está, ya se cortó; No fue fácil y tuve que pasarme las horas que pensaba disfrutar en uno de los Casinos más rutilantes de Montecarlo hablando por teléfono y esperando llamadas en mi cuarto de hotel (que no es ningún lujo asiático, acordate cómo está el dólar); Tuve que hablar a Clarín y pedir que van la forma de entrar ellos, en fin, lo tuvieron que hackear, un papelón.
La verdad es que para ser un indocumentado te jugás bastante con tu sentido del humor. Confío en que de acá en más lo empieces a controlar un poco. Bueno, ya hablaremos a la vuelta.
No sé exactamente entendés por “relativamente cerca”. Perdí dos días yendo hasta Lyon, Francia, a ver a tu pariente y volver. Fue un poco sorpresivo para mí el paquetito que me entregó (yo pensé que se trataría de cartas o en el peor de los casos algún frasquito de conservas con una especialidad típica de tu país). Pero treinta kilos de berenjenas (eso sí, las más grandes que vi en mi vida) no era lo que tenía en mente. Además, ¿en dónde pretendés que las guarde? ¿Realmente creés que me las van a dejar pasar en la Aduana? ¿Y no te parece un poco desubicado el comentario de las “picardías”?
Voy a hacer todo lo que pueda (creo que voy a tener que pagar un impuesto especial, además del extra de equipaje), pero te aseguro que es un dolor de cabeza.
Abrazo,
Podeti
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