La Asociación de Críticos que Sí van a ver las Películas me ha enviado este telegrama:
INTIMAMOS CESE YA CON CRíTICAS CINEMATOGRáFICAS MIRANDO EL AFICHE SE CREE MUY CANCHERO NO SABE LO QUE ES IR AL CINE DENSERIO DAN CADA PLOMAZO INFERNAL Y ENCIMA GASTOS DE VIATICOS POCHOCLO ETC EN FIN DEJE LA CRITICA PARA LOS PROFESIONALES O ATENGASE A CONSECUENCIAS LEGALES O A VISITA DE OSVALDO QUIROGA A SU CASA PARECE PACIFICO PERO SI LO PROVOCAN SE PONE RE LOCO STOP
Consulté con mis abogados y me dijeron que para evitar problemas tengo que disfrazar mis críticas de artículos en los que digo que tal o cual película es una metáfora de algo de actualidad; objeté que puede ser complicado porque además de no ir al cine tampoco leo los diarios. Pero me cobran treinta y cinco pesitos por pregunta así que lo dejé ahí.
En fin, el estreno “fuerte” de “hoy” “es” “El lugar donde estuvo el paraíso”. Aparentemente la película trata de un viejo vestido de blanco interpretado por Federico Luppi. Probablemente un escritor en el exilio, una especie de Hemingway o Bukowsky, cínico y seductor. Lo de cínico se nota por esa sonrisita que tiene estampada en la cara, como diciendo “mirá qué piola que soy, gil”, y lo de seductor se nota por las dos chicas que lo abrazan y lo miran con ojos soÑadores y pensamientos sucios.
El personaje con el que forma un verdadero contrapunte es el que interpreta Gastón Pauls, que a pesar de ser joven y apuesto ahí lo tienen, solo y amargado, mirando la escena con ojos llenos de envidia. Encima se viste con una camiseta sucia, no lo vas a comparar con la estampa que tiene Federico Luppi, que aparte te dice “carajo” y se cae el mundo. Las chicas, en cambio, sólo son eso, chicas que miran a Federico Luppi.
Todo ocurre en una alejada finca en los trópicos (el paraíso del título), donde la naturaleza es una verdadera protagonista más y sirve de marco a las pasiones desenfrenadas de amor, locura y muerte que se desencadenarán cuando Gastón Pauls se diga a sí mismo “lo que pasa es que el viejo tiene el traje; tengo que apoderarme de ese traje como sea” y ahí bueno bueno.
Resulta irónico que la película se estrene en este momento en que la ley de educación sexual en la Ciudad de Buenos Aires ha sido postergada; una ley de educación sexual que permitiría a miles de jóvenes como Gastón Pauls prevenir enfermedades (no por casualidad el slogan de la película es “a veces la fuerza del amor… mata”), embarazos no deseados y también tener más conocimiento de las zonas erógenas de la mujer, como sí parece tener Federico Luppi. Seguro que si viviéramos en una sociedad más tolerante y avanzada a Gastón Pauls le iría mejor; En fin, la película es una verdadera metáfora sobre el debate en la Legislatura PorteÑa del otro día.
El inconformismo de Pauls, por otra parte, es una metáfora sobre la protesta gremial de los empleados del Congreso; los árboles soleados del fondo son una metáfora sobre la Cumbre Climática y la sonrisita cínica de Federico Luppi es una metáfora sobre el inminente regreso de Menem a la Argentina.
Y si me apuran, las dos chicas son una metáfora sobre el choque que hubo hoy a la madrugada en Flores.
Publicado a las 08:43 a.m.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario