¡Sí! Los miembros de la Generación X, definitivamente instalados en puestos de toma de decisiones, están empujando a la ciencia en la dirección que les indica su compulsiva e infantiloide nostalgia; y en lugar de desentraÑar asuntos oscuros e incomprensibles como la fusión en frío o la Teoría del Campo Unificado, ¡se están inspirando en “Los Supersónicos”!
Luego del Perro Robot, el Auto Volador y el Orgasmatrón, ahora se están dedicando esfuerzos monumentales intelectuales dignos de mejor causa al descubrimiento de la fórmula de la invisibilidad; invención cuya única utilidad parece ser el pintoresquismo (o el asesinato, según razonaba H.G. Wells).
¿Qué le sigue? Podemos intuirlo: veredas móviles; cascos de telepatía; zapatos con poderosos resortes; la máquina del tiempo; traductores de bebés (o de animales de compaÑía); el teletransportador con mosca intrusa incluida; el transplante de cerebros; el hombre de dos cabezas; el elixir del Mal; la pistola desintegradora; trajecitos enterizos plateados; el rayo de la muerte; mochilas propulsoras; escafandras en forma de pecera; la neolengua; las píldoras de comida; y otros inventos completamente inútiles pero de nombres muy coloridos. Sólo la imaginación de los guionistas de dibujos animados parece ser el límite.
Lo mínimo que se puede decir de todo esto es que es poco serio; pero tenemos por ahora una tranquilidad, y es que esta gente ha conseguido, de momento, hacer invisible sólo cosas pequeÑas; así que muy pronto tendremos la posibilidad de volver invisible, por ejemplo, el control remorto, como si ya fuera fácil encontrarlo.
Qué país generoso (no éste; el país donde están inventando esas cosas, se entiende. A éste yo lo llamaría muchas cosas menos “generoso”, pero eso es para otra discusión).
Publicado a las 11:45 p.m.
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