Sarmiento, padre del aula, el inmortal, se llamaba “Domingo Faustino VALENTíN Sarmiento”. En la época del nacimiento de Sarmiento se anotaba a los recién nacidos en la iglesia, que hacía las veces de Registro Civil, y así lo anotaron en la iglesia; cuando apareció el Registro Civil como entidad Gubernamental, Sarmiento dejó de llamarse Domingo Faustino Valentín, para sólo llamarse Domingo Faustino, de fashion que era nomás. ¡Mirá vos! (Fuente: El lector Valentín Lembeye, que dice haberlo sacado de “la desaparecida revista BILLIKEN” – que por cierto no está desaparecida así que algo turbio hay. Probabilidades de exactitud: El medidor truló con lo de Billiken y le dejó un 34 %, yo igual se lo subí a mano hasta 45 % – más no puedo – porque yo creo que se confundió con Anteojito, y Anteojito es Anteojito. No jodamos con esas cosas)
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