lunes, 30 de junio de 2008

¡Macabra impresión musical!





DE PRONTO, MI FANTASíA N° 5.423 -QUE UNA .MúSICA INCIDENTAL. ACOMPAÑE MI VIDA REAL (BUENO, ES UNA PAVADA, POR ESO ES LA N° 5.423- SE HIZO REALIDAD. Y NO PRESAGIABA NADA BUENO, porque se trataban de los ominosos compases del .Carmina Burana. (ese que hace .shan, shan, shanchan, shan shan shansjan, shan shan shan sháaan, sháaan, shanshaaaan.) que contrastaban notablemente con el soleado día y el agreste escenario del Parque de Agronomía.


Miré a mi alrededor y no vi parlante ni equipo de música alguno, por lo que me pregunté si al fin me había vuelto loco. La realidad, ese Mike Tyson sobrenatural, me respondió con otro .uppercut. a mi tranquilidad espiritual, mostrándome una realidad aún más inquietante: la música emanaba de un anciano vestido de anciano, campera beige, anteojos de marco negro y gorra, que se acercaba hacia mí.


Pronto todo volvió a su lugar; la realidad, distorsionada hasta alcanzar el rango de sketch de humor británico surrealista y levemente perverso, adquirió su natural bodriez habitual y pude encontrarle una explicación racional al prodigio: el anciano .digo yo- tenía un pequeÑo aparato de audio, probablemente una radio a pilas, escondida entre sus ropas, puesta a máximo volumen.


Sin embargo, la elección .fuera de él o del disc-jockey- del motivo musical no dejaba de resultar dramática e impresionante, dando la impresión de ser una declaración de principios. El viejito parecía estar manifestando .parezco un jubilado común y corriente, pero no os fiéis de las apariencias. Tras este aspecto inofensivo se agazapa un anciano terrible, todopoderoso y vengativo. No os Traigo Sabisuría Senil ni el apaciguamiento natural de los aÑos dorados, sino muerte, destrucción y maldad; quitaos de mi camino, practicantes del .footing… Por supuesto, me corrí varios metros de su camino, por las dudas (muestra de respetuoso temor que el anciano no pareció notar).


¡Cuánto más interesante sería la vida si los pibes de ahora que andan en la pavada (esos pibes que tienen entre 12 y 47 aÑos), en lugar de cablearse a sus aparatitos portátiles, disfrutando egoístamente de su musica, adjuntaran uno o dos parlantes a su tinglado! ¡Podríamos incluso utilizar esta tecnología para expresar nuestros estados de ánimo, sueÑos y temores a través de nuestras selecciones musicales! ¿Me siento alegre? ¡Regalémosle al mundo .Ir a más., de Los abuelos de la Nada! ¿Me siento pleno de ira rebelde? Espetémosle .London Calling. al resto del pasaje! ¿Vengo medio calientuchi? ¡Tomá .Body Heat., de Quincy Jones! ¿Estoy lleno de odio y quiero perjudicar a cada prójimo que se me acerque? ¡Cualquier cosa de la discografía de Vicentico será suficiente!


Sería un interesante enroque; el aparatito portátil, creado para asilarse en una frágil cáscara musical y evitar cualquier clase de roce humano, se utilizaría en este caso para conocernos mejor. Igual ya sé, ya sé, ya sé, .uhhhh, pero zabéz lo que va a zer aguantar la múzica de mierda de los demáz, aparte es poluzión zonora, miz derechoz terminan donde empiezan loz de loz demáz, ÑuÑu ÑuÑuÑu ÑuÑu, bongabongabonga.. Baaahhhhhhh.


Mientras estudian mi propuesta, miren, una animación bastante linda de los dibujos del gran Edward Gorey, sobre el cuento .The Tuning Fork., un festival de pareidolia y una demostración práctica de los dibujitos esos hechos en la espumita en el café (enviado por Baterflai).


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