lunes, 9 de junio de 2008

¡Denuncian la existencia del .Gen Policial.!





Volvía ayer a mi casa después de comprar un paquete familiar de paÑales descartables y de golpe, el sobresalto, la zozobra: ¡casi piso un pequeÑo LAGARTO OVERO que, insólitamente, se encontraba en la mitad de la vereda!


Segundos después, mi concepción del mundo vuelve a su lugar; no era un lagarto overo sino una rama rugosa con manchas de líquen verde claro, a la que tomé por un animal. Reconocí rápidamente que, en las inmediaciones de mi barrio, tenía más sentido la presencia de una rama que la de una criatura de la selva misionera. No sé si los naturalistas tienen estudiado este fenómeno, al que podríamos llamar .camuflaje al revés.: en lugar de un animal que confunde su apariencia con el entorno, presenciamos el caso de un cacho de entorno que se confunde con un animal.


No es culpa de la rama, faltaría mas, pobre rama, aaaahhhh qué chuchi, pobrecita la rama aaahhh oooohhhh, no te hizo nada la rama, sino del rompepelotas cerebro humano, que vive buscándole sentido a las cosas, intentando .completar la figura., llenando los espacios vacíos, uniendo los puntitos para que aparezca la silueta de un gato espadachín, encontrando caras de famosos actores en las nubes o en los huecos que deja la pintura descascarada en la pared. También permite, por supuesto, realizar ecuaciones de segundo grado, encontrar al asesino o interpretar que esa persona que asoma la cabeza por la ventana seguramente tiene, además de cabeza, un cuerpo con brazos y piernas y el resto de las partecitas. La especie humana ha sobrevivido gracias a esta habilidad para llenar los espacios faltantes, y al impulso, al deseo irresistible de hacerlo, de saber qué mierda es esa cosa, de dónde viene, cómo se llama y cuál es su DNI.


Esta curiosidad enfermiza, esta certeza de que atrás de ese fragmento o ese pendorcho confuso tiene que haber algo con forma, esta falta de conformidad con la primera impresión parece estar tan presente en casi todas las personas que en muy poco tiempo la Universidad de Connecticut publicará un artículo donde decretará la existencia de el .Gen Policial.; una fuerza de la Naturaleza incontrolable, firmemente anudada en el firulete más recóndito de nuestro ADN, que nos obliga a todos a preguntarnos qué fue esa sombra o, en casos extremos, si ese pariente al que vemos todos los días es realmente nuestro pariente o si se trata de un ser que ha secuestrado a nuestro pariente y se está haciendo pasar por él.


Porque el .Gen Policial. nos sirve para resolver ecuaciones, pero también para confundir un bulto de ropa con un monstruo, o nuestro reflejo en la ventanilla del auto con un enano fantasmal escondido allí dentro para tendernos una emboscada. En las relaciones humanas, el .Gen Policial. hace estragos. La obsesión por conocer cada rincón de nuestro prójimo, hasta los lugares más oscuros e inhóspitos, termina por hacernos sentir un pánico sobrenatural de quien habitualmente es un gran compaÑero de oficina y todos los viernes trae medialunas. Pero además, el .Gen Policial. quiere ser el más listillo de todos. ¿Y cómo lo logra? No aceptando la explicación más sencilla. Dando por sentado que hayo una explicación alternativa, mucho más escabrosa y complicada. Tenemos la mente tan podrida por las series policales o de abogados que sabemos que la expliucación más común es para los giles. Pero no para nosotros, imbatibles Columbos de la vida. Y pasamos a penetrar con suspicacia el rostro de nuestros seres queridos y no tan queridos, buscando mentiras, intenciones ocultas, planes calculados milimétricamente para hacernos daÑo o para quitarnos TODO, TODO, TODO, TODAS NUESTRAS COSAS Y NUESTROS JUGUETES, y no vamos a permitirlo, ah nooooo aahhhh.

Sin embargo, salvo en casos extremos de esta patología, aprendemos a dudar del .Gen Policial. porque los seres de carne y hueso con quienes convivimos logran, a fuerza de sonrisitas, pequeÑos gestos, lágrimas y medialunas todos los viernes, hacerse creíbles, a pesar de que sus explicaciones para ocultar la conspiración en la que trabajan contengan muchos puntos débiles (y si no los contienen, deducieremos que precisamente esa falta de puntos débiles es tremendamente sospechosa).


Entonces, el Hombre, o un Hombre, o un grupo de Hombres .y de Mujeres- inventó a Internet. Internet, con sus foros, e-mails, blogs y comentarios más o menos anónimos, es el campo intelectual más fértil para el desarrollo TUMOROSO Y MONSTRUOSO del .Gen Policial.. El hecho, o tal vez la ficción de que nos estamos comunicando todos los días con cientos o miles o millones de personas de quienes no sabemos nada, ni sabemos sus nombres ni hemos visto sus caras, es un caldo de cultivo para el despliegue de nuestros asombrosos poderes de deducción.


Como webloguero sufro a diario, uy sí, sí, pobre, cómo sufre, uy uy uy, pobre mártir, las manifestaciones de esta patología, encarnada en la habitual BANDA DE IDIOTAS que me acusa a mí, que no paso de un papanatas que escribe lo primero que se le ocurre, de responder al .interés X. o recibir las .instrucciones de Y.; un clarísimo caso de .camuflage al revés.. Los comentaristas AMENAZADORES O ROMPEPELOTAS, en cambio, son sometidos sin saberlo a un escaneo mental permanente, a un intento de deducción de identidad o intención oculta a partir del análisis de su pseudónimo, su chequeo de IP o su historial de comentarios, investigación que por supuesto no llega a ninguna parte (y si llegara, no sabría qué hacer con esa información!).


La culpa la tiene lo Internet, que no te deja ver la cara del contrincante ni estrecharle el brazo y estimula el anonimato, que parece que es RE COOL; la realidad es que en cuanto conocés personalmente a alguien que alguna vez fue tu acérrimo enemigo virtual, el tipo no parece tan tan tan tan tan tan taaaaaaaaan choto, concedés que seguramente la mitad de las cosas que decía eran medio en broma y por último parece que fuera un ser humano normal, de carne y hueso, con pelo, venas y esqueleto. Lo que pasa es que completaste mínimamente el rompecabezas. El .Gen Policial. se relaja. Ya no tiene necesidad de averiguar si el HIJO DE UNA GRAN PUTA que te DISCUTíA TODO era una máquina programada por un grupo de científicos soviéticos, un agente de la CIA sondeándote o una criatura en forma de pulpo intergaláctico jugando con tu mente. No, es un tipo, es así y asá, y tiene esta cara, pobre. Francamente, qué organización le va a pagar a este pobre infeliz para molestarte. Ya está. El .Columbo Interior. se va a dormir la siesta, tranquilo, diciendo .caso cerrado. (por lo menos, por un rato), pensando que te la vas a poder arreglar un rato solo.


Esto pareciera una vuelta a una tibia felicidad; el problema es que la actividad del .Gen Policial. es tan fuerte y está además tan recomendada socialmente que cuando éste no entra en funciones algo nos dice que debemos estar perdiéndonos de algún detalle crucial, y que en cualquier momento viene el garrotazo.


Por fin, recuerdo que uno de mis mejores amigos, que estuvo loco, me dijo que .estar loco es encontrarle explicación a todo.. ¿Estamos seguros de que críticos de arte, sesudos interpretadores de la realidad y analistas políticos no son sencillamente CASOS PATOLóGICOS que se han puesto un kioskito en nuestra sociedad?


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