Premio Nobel de Facto de la Medicina Ilegal
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Con la muerte de Kim Garu Gaesomun, leyenda viviente del sumo en su variante coreana, la lista de hombres bien bien bien hombres, pero me refiero a hombres de verdad, se ha reducido a un anciano boliviano que es tan tan tan hombre que se niega a darme sus datos personales (.¿Por qué, te gusto?., me contesta en su última carta, por lo que he dejado de insistir) y quien les habla.
A pesar de esta triste realidad, que supera los cálculos más pesimistas (o sea, los supera para abajo, quiero decir. Como que es peor. No sé si se entiende), las fuerzas del maricastaÑuelismo parecen empeÑadas en no dejar rastro de masculinidad alguno en la especie. Viendo la saÑa que ponen en sus ataques, esta RAE de la Maricarmenciticidad no se detendrá hasta borrar la letra .Y. de nuestro alfabeto genético. Y si bien esto parece irreversible y el mundo parece destinado a quedar en manos de usuarios de crema de enjuague y enviadores de mensajes de texto, es el deber de los que mantenemos viva la antorcha de la masculinidad (o sea, el boliviano y yo) dejar testimonio de los últimos ataques del enemigo, que intenta minar nuestra dignidad de varones metiéndose en nuestro propio campo, en el campo de las cosas de hombres: el del chorizo asado, los medios de transporte y la justicia por mano propia.
EL .CHORIZO MARIPOSA.: Ya es bastante malo que se parta al medio a este noble embutido para que la parte del medio .quede bien cocida., uy uy uy, qué miedo, a ver si como algo rojito, ay ay ay, e ver si después tengo dolor de pancita y mamita me tiene que tirar del cuerito o hago mucha caquita y tengo que tomar un tecito, uy uy uy, qué miedo, bujú, bujú, bujúuuu. Como profesional médico me parece que esta práctica es de una irresponsabilidad total, ya que el exceso de cocinamiento hace desaparecer la .crudina., una valiosísima hormona que viene en la comida hecha de seres vivos (no como las plantas que no hablan ni se mueven y por lo tanto pertenecen al reino de las .cosas inmóviles., por mucha confusión que haya sobre este tema), y que es un importante factor en los procesos de la licuación de materias fecales y de masculinización en general. El chorizo debe cocinarse entero y si la .parte de adentro. está rosadita y con cachos blancos sueltos y blandos, que esta sorpresa (el .Huevo Kinder. de los varones adultos, como me gusta llamarlo) se devele al morderlo; pero partirlo en dos para que se parezca a un paty de soja es un crimen.
Decía que todo esto ya es bastante malo, para que encima se haya extendido el uso de la deniminación .mariposa., que antaÑo se reservaba exclusivamernte a ciertas prácticas impías aplicadas albife de chorizo. Resulta francamente desalentador ver a un viejo choripanero ubicado sobre una populosa avenida, cocinándose desde arriba con el sol y desde abajo con las brasas, pelos canosos y deshilachados asomando bajo la gorra blanca, rostro curtido y rubicundo, dentadura esporádica (Borges o Bioy, no me acuerdo), saludable panza alcohólica y raya del culo asomándose para saludar, es decir toda una estampa de nobleza y hombría, esbaratarse como un castillo de naipes cuando el tipo pregunta .¿Te lo hago mariposa?..
Y no es que yo crea que a la mariposa le falla la masculinidad por el tema ese de los colores. No seamos ignorantes. Es común, en el reino de los seres vivos, que el macho haga uso de un aspecto llamativo para atraer la atención de la mujer, así como en la especie humana esto ha sido reemplazado por el ruido que hace el motor de nuestros Camaros, y por las aletas y ángulos y superficies daÑinas y puntiagudas que tenga la carrocería. No es eso lo que me molesta de la mariposa. No, el problema de la mariposa es que dura un día. Como la mosca de la fruta, pero en ese caso la cosa viene aclarada de entrada porque se llama .de la fruta.. Come fruta, es decir lleva una alimentación digna de mujeres y pederastas. Todo bien. Pero un animal bien bien hombre debe caracterizarse por su durabiliodad y resistencia. Como la totruga, que aparte de ser irrompible vive como 150 aÑos. O el elefante, que es sólido, vive bastante y sobre todo, nunca olvida, así que puede participar de películas de vengadores que jamás dejan de perseguir a su presa.
Pero no, cuando los hombres bien hombres consumimos un ingrediente básico de nuestra diera, cada vez es más y más frecuente que en lugar de un .chorizo elefante. o un .chorizo tortuga., tengamos que bajar otro peldaÑo de hombría comiendo un .chorizo mariposa.. El pollo, que es casi ensalada, ha tenido más suerte: por lo menos se lo corta .tipo rana., es decir un animal rudo y sudoroso que vive en los pantanos, como un viejo loco en una cabaÑa tapizada en cueros de yacaré asesinados a cabezazos, en medio de los esteros del Iberá.
EL .MONEDERO.: Cuando los hombres bien bien hombres corremos con nuestros Valiants, nuestros Torinos o nuestros Camaros a lo largo de una autopista, de vez en cuando nos vemos obligados a bajar la velocidad para pagar algo que se llama .peaje.. Y digo de vez en cuando porque a veces no estoy para estupideces, así que le digo al de la cabinita .Jorge Iturralde. (porque estos pobres diablos exponen su nombre a cualquiera, para darse importancia debido a su gran inseguridad personal. Los hombres bien hombres preferimos ser un poco más discretos, para que no nos anden buscando por asuntos turbios del pasado), le digo, .Jorge Iturralde, escuchame, que te pague el de atrás y yo después me arreglo con él., y no me ven más el pelo, previa destrucción de esas barreritas que parecen una joda.
Pero a veces por ahí estamos con una chica y no queremos que después se ponga medio histérica con que se le arruinó el peinado y vernos obligados a darle plata para que se compre algo (la crisis que vivimos actualmente no permite ese tipo de dispendio), así que seguimos los carriles normales; es en estos casos cuando nos vemos obligados a pagar en efectivo. Pero existe otra opción, que es pagar con una suerte de tarjeta magnética que te va descontando guita, pero que tiene un problema: se llama .Monedero..
Entendámonos bien, yo sigo pensando que las tarjetas y esas cosas raras muy muy de hombre no son. El hombre de verdad paga con efectivo de baja denominación, sacado de un maletín con cerradura. Pero me parece perverso que a la alternativa a este recto proceder (no siempre nuestros .trabajos. salen como uno lo espera) le pongan un nombre tan bochornoso. Quieren convertirnos, ya no en mujeres, sino en mujeres ancianas. Cada vez que mis .congéneres. .que degradan así el nombre de .hombre.- utilizan este artefacto, una .Tía Valentimna. interior se apodera de ellos sin que lo noten, maquillaje corrido, paraguas, vestidito y sombrerito con flores artificiales incluidos. Los hombres no usamos .monedero. y si quieren que me ponga en cafishio (los hombres bien hombres no nos .ponemos en puta.), ni siquiera usamos ese receptáculo con cierre para las monedas que viene en algunas billeteras. Si una billetera mía o de otra persona viene con eso, yo se la arranco. Es como un ganglio infectado de femineidad que le ha salido a la masculina billetera de cuero marrón (la única, por otra parte, que es decente usar. Y no me hagan hablar del velcro), aunque si quieren despejar completamente las dudas, la plata va doblada y al bolsillo, y punto. Como mucho una banda elástica, si estamos hablando de un fajo importante para cerrar una transacción, o el maletín anteriormente descripto.
Así que los delincuentes esos que armaron el negocio turbio del .Monedero., no cuenten conmigo hasta que no le cambien el nombre por .Bolsillo..
LA MARCHA EN APOYO DE SUSANA GIMéNEZ: Bueno, esto es el acabóse. Por supuesto, imaginarán que no tengo nada en contra de arreglar el tema de la inseguridad (aunque prefiero decirle .cosas con tiros., porque la palabra .inseguridad. me suena de gente con personalidad débil) mediante el uso individual de las armas de fuego. A decir verdad, cuando intenté lanzarme como diputado allá por el 95 intenté incluir el uso de armas de fuego en la solución de otros temas, como la Educación, la Ganadería, la Inflación y la Salud. Por supuesto, siempre que las armas de fuego estén en manos de hombres bien hombres que nada tienen que perder, con la frente cubierta de sudor, los dientes apretados, la corbata floja luego de varias horas de intercambio de pólvora y una petaca de whisky en la sobaquera. ¡Y nada de pedir que se armen Escuadrones de la Muerte y esas mariconadas, es casi casi tan indigno como contratar un parrillero! No vi .El Vengador Anónimo. 27 veces sin haber aprendido un par de cosas de la vida.
Pero francamente me parece de pésimo gusto que esto esté representado en una .Marcha en Apoyo de Susana Giménez.. Es una payasada. Todo bien con las chicas, soy el primero en darles plata para que se compren algo, Feliz día de la Mujer, todo muy lindo, tatatá tatatá pero un hombre no es hombre si va por ahí .apoyando a una mujer. (no me refiero, claro, a la acepción sexual de esta expresión; sobre esto no tengo nada en contra porque en la penumbra y con un par de bloody marys encima capaz que la Sra. Giménez está de buen ver). ¡Es la mujer la que debe apoyar al hombre en su enfrentamiento con el mundo y hacerle masajes descontracturantes cuando vuelve de defender su honor contra un grupo de borrachos o de limpiavidrios o de Guardias Urbanos, que son todos más o menos lo mismo! Si tiene entrenamiento en heridas de guerra .y en técnicas sexuales de Oriente-, mejor. Lo contrario será muy moderno y psicopedagógico pero yo con eso no la voy, disculpame pero a mí me educaron de otra manera.
No jodamos, ir a una marcha en apoyo de Susana Giménez es convertirse en una especie de .Susano.. Lo único que falta es que nos pongan a todos a pintarle las uÑas y a contarle chismes del Ambiente con voz de ceceoso. Me avergüpor Cacho CastaÑa, a quien creía un hombre con más criterio. Ya es bastante deprimente el incluirse en las filas del apoyo público a la Sra. Giménez, representado por un montón de histriones de tres al cuatro y gente así que se dedican a cosas que muy muy de hombre no son, como salir en la tele.
Por eso propongo hacer una contramarcha, tal vez en apoyo de Carlos Monzón. ¿Ves? Ahí te voy sin pensarlo dos veces.
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