Cuando aún no se han acallado los ecos del Atentado en Bikini producido en la reciente Cumbre de Viena, es momento de aprovechar la coyuntura para someter a los Presidentes del mundo a un “Análisis Facial”, una importante herramienta psicológica para comnocer mejor a quienes manejan los invisibles hilos del descurrir humano:
Tony Blair: El sujeto presenta un estado de exaltación y monomanía sexual producto de aÑos de permanencia en la reprimida sociedad inglesa. El tic maxilodental exhibido en la parte inferior del rostro, produciendo lo que suele llamarse “la Sonrisa de Jack Nicholson” demuestran a las claras que el Sr. Blair posee un ricomundo interior, focalizado básicamente en exacerbadas fantasías eróticas incumplidas. Por fin, los globos oculares – claramente a punto de salir de las órbitas, “hablan”, por así decirlo, expresando la condición anormal del sujeto, como diciendo “¡A la marosca, mamita querida, me vengo loco, patapúfete, qué camionazo, agárrenme que no respondo de mis actos, sonaste maneco, esto es una Cumbre y no la de la otra vez, chapa-chapa, quién dejó salir a ese budinazo del molde!” Se recomienda tratamiento hormonal y Lexotanil endovenoso.
Un Tipo que No Sé Cómo se Llama: El sujeto presenta a todas luces una sobreadaptación a las reglas sociales, no dejando traslucir la más mínima emoción por el sorpresivo evento; de hecho, apenas se lee en su mirada un ligero fastidio por no poder leer lo que dice el cartel (el hombre no sabe que Evangelina lo sostiene al revés, como parte del Psicotest), e, incapacitado de reconocer un hecho anormal, se culpa así mismo, agendando mentalmente una cita con el oftalmólogo. Se recomienda psicoterapia y medicación para liberar represiones.
Tabaré Vázquez: El sujeto, normal a primera vista, parece sin embargo haber sido hondamente traumatizado por el suceso. Su sonrisa inicial de satisfacción ante el espectáculo – una reacción clínicamente normal – se congela en la mitad, indicio de una inminente apoplejía. Se solicita tratamiento médico y cardiovascular urgente para evitar que la parálisis facial se extienda por el resto del cuerpo. y posterior psicoterapia para evaluar los daÑos.
Una Presidenta que Tampoco sé cómo se Llama, lo único que sé es que no es Bachelet: La sujeta – no sé si se dice así – exhibe cierta indiferencia ante el hecho – lo que sería normal, porque es mujer – por lo que se dedica a pensar en otra cosa y a imaginar “qué bueno seria estar en la playa… La verdad que la próxima vez podrían hacer esto en un lugar más copado… Uh, mirá, a ese fotógrafo lo conozco, es de mi país (sea el que sea)”, para terminar acordándose de un chiste, todo lo cual podría ser síntoma de un desorden de atención. Se recomienda Ritalin Adultos e internación urgente en el Gabinete Psicopedagógico.
Un Gordito que Tampoco sé Cómo se Llama: Mi especialidad es la psicología facial, no la política internacional, seÑores. El sujeto presenta ciertos rasgos psicopáticos en la mirada, producto de abusos en el pasado. La mirada con los ojillos entrecerrados dirigida a Evangelina puede ser síntoma de cierto grado de desvío moral, contenido hasta ahora por la presión social a su alrededor, pero podría derrumbarse rápidamente. Se recomienda vigilancia y baÑos en nitrato de mercurio semisólido.
“¡Mamma mía, a la pelotita, flor de mina, qué avionazo, sáquenla que me va a dar un patatús, qué quieren, que me quede seco acá mismo, ojo al piojo, dequeruza la merluza, ma saco el saco y me pongo el pongo, no me aflojes corazón, tenés roto, chincho poroto, intríngulis chíngulis, uh, uh, uh!”
Otro que tampoco sé cómo se llama pero ya me da vergüasí que ponele que es el Presidente de Polonia: La posición de perfil del sujeto, mirándolo a Blair, puede ser seÑal de cierta inseguridad sexual así como de una desesperada necesidad de aprobación. La personalidad del sujeto está a medio formar debido a disgregación familiar en la primera infancia (el mentón retirado es indicador infalible de debilidad de carácter), por lo que es fácilmente influenciable y su país puede ser regalado a otra potencia con la suficiente presión psicológica. Se recomienda antitratamiento con morfina, terapia alternativa con grito primal, flores de Bach y dos semanas en un establecimiento de aguas termales de Córdoba para posterior tratamiento de “shock” con electricidad estática.
Un Viejito que – ponele – es el Presidente, no sé, de Honduras, qué se yo: El sujeto no puede sacarle la vista de encima a la activista, ni hace el menor esfuerzo por disimular su gratitud. Todos los síntomas indican que se trata sencillamente un Viejo Verde. Esta condición no tiene cura y se recomienda seguimiento – con terapeutas disfrazados de mimos –y reposo en su – ponele – Honduras natal.
“¡A la perinola, qué alfajorcito de maizena, donde comen dos comen cuatro, se me lengua la traba, saracatunga, saracatunga, tunga, tunga, que, que, que que, nanananananananana, sáran, sáran, sáran, sararan, sáran, sáran, sáaaaan, un médico acá, alpan pan y al vino vino, me va a dar un ataque, por dió, a la flauta, se va el caimán, se va el caimán, yujuuu, y que patatín y que patatán, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa,nos volvimos todos locos!”
Kirchner: El sujeto, entre desconcertado e indignado porque no le avisaron de ésta, presenta lo que se llama el “Rostro de Personaje Cómico de Final de Sketch Humorístico”, pudendo leerse, no en el propio rostro del sujeto, sino a su alrededor, unas risas grabadas; la mente del sujeto casi puede “leerse”, expresando “Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh… ¿Qué hago? ¿Me prendo? ¿Me quejo? ¿Quién la mandó a esta? ¿Lo miro a Tabaré? ¿Esto será un papelón internacional o un punto para papi? Por las dudas me quedo quieto, con cara de ‘che, esto no es serio’ y espero a ver qué onda, a ver si me mando un moco”. Se recomienda Nervigenol 5 veces al día para que el sujeto recupere la confianza perdida, psicoterapia freudiana cinco veces a la semana y un camioncito con risas grabadas que lo siga a todos lados porque no hay que desaprovechar cuando ponga otra vez la cara ésa.
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