Miles y miles de e-mails han taponado mi casilla, todos diciendo más o menos lo mismo: “Genio, ídolo, Maestro, Amo del Aerobismo Sexual, qué pasó? Cuando vi que no estabas en la tapa de Clarín por poco me empastillo en busca de una sobredosis, ya que tu página es el único y frágil lazo que me une a este Inmundo Valle de Lágrimas”.
No hay de qué preocuparse. La explicación es muy sencilla: Tal como un poderoso rajá indio protege al más preciado rubí de su tesoro tras una impenetrable selva de puertas de hierro, trampas mortales, cobras venenosas y ejércitos de thugs armados hasta los dientes, el Tío Clarín ha decidido preservarme de la invasión de indeseables tras un par de clikeos; así, el troll lleno de odio, el jubilado con un pie en el comentario indignado y el desprevenido estudiante que busca “data” sobre la migración de las aves y estalla en un paroxismo de puteadas pornograficas cuando mi blog no se los proporciona, deberán sortear un par de vínculos para invadir mi espacio personal.
“Sos demasiado valioso para que cualquiera te lea, sobrino”, me dijo el Tío, mientras degustábamos unas gambas al ajillo con Campari en la terraza del piso 38 de “Clarín Enterprises Inc.”. “Por eso, y sabiendo que los medios internacionales ya te llaman el ‘John Lennon del Internet’, vamos a ocultarte de los acosadores y los violentos: Claro, deberemos hacer lo mismo con el resto de los weblogeros, para que no se pongan celosos. Por favor mantené la boca cerrada”, me dijo, guiÑando el ojo, instrucción que he obedecido literalmente: no les he dicho nada y confío en que ustedes no irán a contarle nada a Casero, Gillespi o Tamara di Tella.
Por supuesto, no es mi intención convertirme en Greta Garbo -no me da el perfil-, así que cada tanto, como una estrella de rock que saluda a sus fans levemente cubierto por la cortina de su suite en el Hilton, cada tanto asomaré a la página principal para que me recuerden; es lo menos que puedo hacer por mis grasitas.
Por lo demás, hoy no hay, por temitas de salud, así que, miren, un temón relajante de los Fifth Dimensions, los “Mamas and the Papas Negros”, para que vuelvan a sus cabales después de tanto sobresalto.
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