(Nuestras cámaras espían la reunión donde se propuso la campaÑa esa de una AFJP donde te dicen que te quedes en esa AFJP. El anciano Brautigan, de Yang & Brautigan, termina de explicar, oralmente, cómo serían las situaciones. En la oficina hay mucho olor a encierro, mucho tufo, y una sputza como si alguien hubiera hecho algo feo en algún rincón)
BRAUTIGAN: .Y la última situación consiste en una chica que se cambia de lugar cuando están por tirar el ramo, y justo justo lo agarra una que estaba en el lugar de ella. Y ahí el locutor dice .Quedate donde estás., etc. etc.
EL CLIENTE: (Interpretado por el que hace de dueÑo de casa en .La Fiesta Inolvidable.) ¿Se puede abrir una ventana?
BRAUTIGAN: (Suspira, con fastidio) Me parece que está trabada. ¿No, Yang?
YANG: Sí.
(Brautigan se para y trata de abrir una ventana de marco metálico, pintada con esmalte blanco .con muchos grumos- que da a un lúgubre patio interno. Tira de la ventana, pero esta no responde. Realiza varios intentos, produciendo un ruido muy violento)
EL CLIENTE: (Alza la voz, para que lo escuche en tre el ruido) ¡NO importa, no importa, era una pregunt.
BRAUTIGAN: (Rojo, tira de la ventana) ¡RRrraargh!
EL CLIENTE: (Con un hilo de voz) No importa.
(Brautigan vuelve a sentarse, rojo y enfurecido)
ROLANDO: (El posible director de los comerciales) A mí me gustó la campaÑa, ¿eh? Ingeniosa, divertida.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: Sí, sí, son situaciones con las que el espectador se puede identificar fácilmente. Está bien. ¿No, Sr Clutterbuck?
EL CLIENTE: (Muy acalorado, le transpira la parte inferior de los párpados inferiores) Sí, es divertida. Está bien.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: ¡Qué buena la del ramo! Me hace acordar a las campaÑas de Argulla & Bac. (Brautigan frunce el ceÑo. Se calla, pálida) Nada. Muy buena.
(Se produce un incómodo silencio. El Cliente se limpia la frente con un paÑuelo de papel)
BRAUTIGAN: Bueno, si no hay nada más que agregar, yo le pido a Irmita que les haga la factura.
EL CLIENTE: Sí, por favor, lo antes posible.
ROLANDO: Hay una cosa. Una cosita.
(Brautigan lo mira, frunciendo el ceÑo. Rolando toma fuerzas)
ROLANDO: ¿No se puedo interpretar medio negativamente la campaÑa? Como que la AFJP está MEDIO DESESPERADA por que no se le vayan los clientes? (Brautigan entrecierra los ojos. La voz de Rolando se aflauta) No digo que la campaÑa esté mal. Para nada. Está buenísima. Pero, o sea, ¿no sería mejor apuntar a captar nuevos clientes?
BRAUTIGAN: ¡Pero esto fue lo que me pidieron! ¿O yo estoy loco, Yang? No estoy loco, ¿no, Yang?
YANG: No.
EL CLIENTE: (Muy acalorado) Déjeme a mí, Brautigan. Rolando, justamente estamos tratando de que la gente no se pase a la jubilación estatal.
ROLANDO: No, sí, sí, yo lo entiendo. Pero no sé, suena desesperado.
EL CLIENTE: Bueno, un poquito desesperados estamos.
ROLANDO: Síii, síii, pero que tampoco se note tanto.
BRAUTIGAN: Muchachos, muchachos, ¿se ponen de acuerdo? Acá nos .brifearon. que estaban desesperados, y ahora quieren que la campaÑa no refleje que están desesperados. ¿Qué quieren, vender panchos pero que no se note que quieren vender panchos? ¡Es de locos! ¿No, Yang?
YANG: Sí. Rocos.
BRAUTIGAN: (Empieza a engranar solo) ¡De locos! Y uno se rompe el culo, perdón por el lenguaje pero me hicieron calentar, se rompe el culo durante quince días armando una campaÑa preciosa, y ahora me entero de que los seÑores cometieron un error de comunicación! (Golpea la mesa. Esta retumba y emite unos chirridos desgarradores, a pesar de que es de quebracho macizo) ¡Así nosotros no laburamos!
(Brautigan se queda resoplando, muy nervioso. Yang le da unas palmaditas, tratando de que se tranquilice. Del otro lado de la mesa, Ee Cliente, su Asistente y Rolando respiran agitadamente con los ojos muy abiertos, y los músculos tensos, aterrorizados. Sus cuerpos apuntan sutilmente hacia la puerta, y sus sillas se han alejado, sin que medie la voluntad, unos sesenta centímetros de la mesa. Brautigan se para y sale de la habitación)
ROLANDO: (Carraspea) A lo mejor podríamos volver otro día, o.
(Entra Brautigan, conn un cuaderno cuadriculado de espiral y un lápiz y se sienta)
BRAUTIGAN: (Con aspereza) A ver, ¿qué quieren cambiar? Vamos a anotar porque si no esto es un quilombo.
ROLANDO: (Sorprendido y aliviado) Ah, ¿podemos cambiar algo?
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: Pensábamos que ya no había vuelta atrás.
BRAUTIGAN: Yo trato de hacer lo que ustedes quieran, lo que pasa es que ustedes me lo tienen que explicar, adivino no soy, ¿No Yang?
YANG: No. ¿Adivino?
EL CLIENTE: Pero no me van a cobrar el doble, ¿no?
BRAUTIGAN: Eso lo vemos después. Bueno, dale, metámosle que tengo gente en la sala de espera.
(Todos se miran, no recordando que las oficinas de Yang & Brautigan cuenten con sala de espera)
BRAUTIGAN: En el palier. ¿Y bueno?
ROLANDO: Bueno, yo trataría .si bien la campaÑa, aclaro de nuevo, está muy buena- que sea sobre gente que no está enn un lugar, y al cambiarse le va mejor. Para que sea más positiva, ¿no?
(Brautigan lo mira en silencio. Los demás también. El Cliente frunce el ceÑo)
ROLANDO: Por ejemplo, alguien está haciendo la cola y no avanza. ¡Se cambia de lugar y la cola avanza rápido!
EL CLIENTE: Pero Rolando, disculpame, ¿vos te quedarías en tu AFJP viendo una propaganda así?
ROLANDO: ¡Ah! Es que yo no tengo AFJP. Estoy en la jubilación de reparto.
EL CLIENTE: ¿Ah, sí?
ROLANDO: Bueno, no es nada personal, pero entre que me estafe una empresa y que me estafe el Estado prefiero que me estafe el Estado.
EL CLIENTE: .
ROLANDO: Bueno, es que yo milité. En los setenta. No me gustaria ser incoherente con ese muchacho idealista.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: Bueno, algo parecido dice mi papá. Dice algo así como que el Gobierno, por lo menos, cambia cada cuatro aÑos; y hay chance de que alguna vez, alguno sea decente. En cambio, los empresarios son estafadores siempre, por definición.
EL CLIENTE: (Serio) No hay que generalizar.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: Bueno, sí, es una generalización. La cosa es que cuando me tuve que inscribir él insistió .Clarita, por favor, quedate en Reparto, quedate en Reparto.. Y me insistió tanto que me quedé en el Estado. No es nada personal, Sr. Clutterbuck.
EL CLIENTE: Bueno. Tal vez les sorprenda esto, pero por una cuestion de ética profesional yo no podía pagarme la jubilación a mí mismo. Con mi propia empresa. Daría lugar a habladurías. Menos todavía con una de la competencia. Así que yo también tengo la Jubilación del Estado.
ROLANDO: ¡Mirá vos!
EL CLIENTE: Además no podía traicionar los ideales de mi padre, un socialista italiano que vino en los aÑos 20.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: ¿Italiano?
EL CLIENTE: Sí, sí, él era .Clutterbucchi., pero lo anotaron mal.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: ¡Clutterbucchi, qué bueno! ¿Y usted, Sr. Brautigan?
BRAUTIGAN: No, los publicitarios no pagamos jubilación. Por ley.
ROLANDO: ¿Cómo que no? Si yo sé que. (Brautigan lo fulmina con la mirada) No, no, me equivoqué.
BRAUTIGAN: Bueno, ¿cambiamos la campaÑa o no cambiamos la campaÑa?
ROLANDO: Sí, cambiamos.
EL CLIENTE: (Muy serio, mira a Rolando) No, no cambiamos.
ROLANDO: Pero, Sr. Clutterbuck, reflexione, hay que arriesgar, ¿no leyó .Padre Rico, Padre pobre.?
EL CLIENTE: No.
ROLANDO: Es un libro fascinante.
EL CLIENTE: Es que yo ya tengo plata.
(Entra una anciana con el pelo desgreÑado, en camisón, con los ojos muy abiertos y extraviados)
ANCIANA: ¿Enzo? ¿Enzo?
BRAUTIGAN: Mamá, ¿qué hacés parada? Vení, mamá.
(Brautigan se para y sostiene a la vieja, que parece a punto de derrumbarse. La lleva hacia un colchón muy viejo que hay en una esquina de la oficina. Cuando pasa por al lado de la Asistente del Cliente se detiene)
BRAUTIGAN (Severamente): ¡Me ayudás, por favor!
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: Ah, sí, sí, claro, perdón, pobre.
(Entre ambos la acarrean hasta el colchón. Muy despacio, tratan de hacer que se recueste. Mientras intentan acostarla, la Asistente del Cliente medio que se cae y la anciana termina de desplomarse junto a ella, lanzando un gemido. Mientras Brautigan termina de acomodarla, La Asistente se para y se va rapidito a la silla. Se acomoda un mechón del pelo un poco nerviosa, sin decir palabra, y se cruza de brazos como con frio)
BRAUTIGAN: (Vuelve a sentarse) Mi mamá. La tienen que operar de cataratas.
(El resto asiente con la cabeza, con una sonrisita con los labios apretados. Durante el resto de la conversación, se escuchan los gemidos fantasmagóricos de la anciana como batifondo, mechados con algún .Enzooo.)
BRAUTIGAN: Bueno, ¿ya decidieron? ¿Hablaron algo, Yang?
YANG: No.
ROLANDO: Estábamos en plantear otras opciones, mostrando gente que apuesta al cambio.
EL CLIENTE: ¡No, Rolando! ¡Yo quiero que la gente se quede, no que se cambie!
ROLANDO: Pero hay que tener un poquito de dignidad.
EL CLIENTE: Pero no, Rolando, total es por un mes; después ya se quedan engrampados por diez aÑos, ¿entendés?
ROLANDO: Ah, bárbaro, o sea que no tenemos límites. ¿Por qué no le decimos a la gente que si se queda le regalamos una n° 5?
EL CLIENTE: ¡Porque eso ya lo hicimos en el 97!
BRAUTIGAN: (Furioso) ¡Y además fue idea nuestra!
(Se proiduce una gran discusión a los gritos entre los tres. La anciana lanza unos gritos desgarradores, y la Asistente tiembla de frío. Yang se pone un poco nervioso, sin entender la situación, y decide que tiene que entrar en acción)
YANG: (Con mucha autoridad) ¡Aish!
(Se produce un silencio. Yang se acomoda los pelos de la frente .está medio pelado, pero se tapa la calva con pelos largos del costado-, se para lentamente y se dirige hacia la ventana. Toma el picaporte con el dedo índice y el pulgar, respira hondo y de un tirón arranca la ventana, con marco y parte de la mampostería. El Cliente, la Asistente y Rolando lanzan un grito temeroso y ululante y se escapan, luego la campaÑa se hace y además le regalan una n° 5 a la gente, pero una n° 5 tóxica que va enfermando a la gente de a poco, con lo que cuando se jubila dura dos aÑos y se muere y la AFJP ya no tiene que largar un mango, al Cliente le sobra la plata, escribe un libro llamado .Jubilado Rico, Jubilado Pobre., se llena más de plata todavía y como muestra de agradecimiento le paga la operación de cataratas a la mamá de Brautigan)
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