EL HIJO DE ARGULLA:.y el último dice .Ey! Pisar caca no trae suerte..
EL CLIENTE: (Interpretado por el actor que hace de dueÑo de casa en .La Fiesta Inolvidable.. Está exaltadísimo) ¡Ge-nial!!! ¡Es perfecta, pregnante, sólida, sintética, directa, fresca, entusiasta, revolucionaria, copada, renovadora, memorable, inteligente, breve, fuerte, impactante, transgresora, joven, alegre, optimista, profunda, ágil, .cool., buena, importante, tremenda, sexy, atractiva, con buenas gambas, estudiada, sofisticada, moderna, divertida, redonda y paradigmática! Me encantó, me encantó. ¿La podemos ver de nuevo, diez veces?
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: No, se pasaron, chicos. Está bárbara. A mí me encantó la parte de que dicen .Ey!., me pareció muy ocurrente, ¿cómo se les ocurrió?
PUBLICITARIO JOVEN 1: Está genial, un capo el jefe.
PUBLICITARIO JOVEN 2: Garpa, garpa. Quedó mejor de lo que me imaginaba.
EL HIJO DE ARGULLA: (Se hace el modesto) Bueno. Hubo mucho trabajo detrás de todo, acá los chicos aportaron lo suyo. Y la verdad que es inspirador hacer algo para cuidar un poco nuestra Ciudad, eso nos ayudó.
EL CLIENTE: .Ey!.. No, muy bueno.
EL HIJO DE ARGULLA: (Se pone medio serio) ¿Y vos, Rolando? ¿Qué te pareció? Yo sé que vo siempre tenés una mirada crítica.
ROLANDO: (El posible productor gráfico de los afiches) No, el concepto está bien. Está bien, es como dice acá el Sr. Clutterbuck, es pregnante, todo eso.
(El Hijo de Argulla se queda medio como sorprendido, medio desconfiado)
EL HIJO DE ARGULLA:¿Ah, sí?
ROLANDO: No tengo objeciones.
EL HIJO DE ARGULLA: (Sonríe) ¡Ah! ¡Ah! ¡Bueno, entonces podemos dejar así todo como está!
ROLANDO: Sí.
EL HIJO DE BACCELI: (Dobla el diario que estaba leyendo y se integra a la reunión) Bárbaro. ¿Entonces nos puede dar nuestros dos maletines con dos millones de dólares?
EL CLIENTE: ¡Ah! Sí, claro, se los han ganado, una cosa, no tenía dos millones, los maletines tienen cinco millones de dólares cada uno. ¿Tienen cambio?
EL HIJO DE BACCELI: ¿Cambio de cinco millones de dólares?
EL CLIENTE: Sí.
EL HIJO DE BACCELI: (Frunce el entrecejo. Decid etirarse el lance) Ah. No, no.
EL CLIENTE: Mmmh. ¡Y bueno, quédense con el cambio! ¡Se lo han ganado!
(La asistente del Cliente les acerca los maletines muy lentamente, con mucho cuidado. El Hijo de Argulla transpira y tiene los ojos grandes como platos, y tiembla, medio inclinado hacia adelante, tratando de contener sus convulsiones de placer y codicia)
ROLANDO: Una cosita nada más.
(La asistente guarda los maletines bajo la mesa a toda velocidad. El Hijo de Argulla lanza un ruido, como un rugido sordo, grave, y lanza un manotazo reprimido y pierde el equilibrio, se cae de la silla con gran estrépito y se golpea los dientes de adelante con el borde de la mesa y luego sigue en su trayecto al suelo. Se para, rápidamente, acomoda la silla y se acomoda él, mirando para todos lados y haciendo gestos de sordomudo dando a entender que la silla se ve que tiene algún problema. Luego se seca el suidor de la frente, mueve las manos para todos lados sin saber donde ponerlas y finalmente se queda cruzado de brazos. Todos se quedan mirando y luego miran a Rolando)
EL HIJO DE ARGULLA:¿Sí, Rolando?
ROLANDO: No, nada, la campaÑa está muy bien. Ahora, ¿cómo hacemos con el tema de las ganas que dan de bajarles los dientes de una trompada a los cancheros esos que aparecen en los afiches?
EL CLIENTE: Ah, pará. Tiene razón.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: La verdad es que al del pelo raro ese romperle los dientes es poco, a mí me gustaría tirarlo al piso y patearle las costillas hasta que pida perdón.
EL CLIENTE: ¡Sí, sí! Totalmente, a mí me pasa lo mismo.
PUBLICITARIO JOVEN 1: Y al de los anteojos, ese que es medio como un diseÑador gráfico, el que se parece a Liniers, no sé, a mí me dan ganas de meterle ellápiz óptico por la nariz y hacerle una lobotomía, si es que no la tiene ya. Y lo digo yo que soy diseÑador gráfico.
EL HIJO DE ARGULLA:¿Saben que no lo había notado? Bueno, no te cuento lo que le quiero hacer a la de rulos (falta foto).
EL CLIENTE: ¡Uy, Dio, sí, qué canchera que es! ¡Qué bronca!
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: ¿Pero por qué pusieron todos esas caras de cancheros hijos de puta? ¿Es a propósito?
EL HIJO DE ARGULLA:Yo creo que sí, me parece que los obligaron.
ROLANDO: ¿Cómo .yo creo.? ¿No los mandaste a hacer vos?
EL HIJO DE ARGULLA:Ah, sí, pero no estuve en la fotografiación. Viste cómo es. Fin de aÑo. Actos de los chicos. Reuniones con los muchachos, etc.
LA ASISTENTE DEL CLIENTE: (Mira de nuevo los afiches y se tapa la cara con las manos, ríe medio histéricamente) ¡Qué bronca, qué bronca!
ROLANDO: Yo te digo una cosa. A mí un vecino de verdad, de la vida real, digamos, viene con esa CARA DE CANCHERO como el del pelo raro y me dice lo de que pisar caca no trae suerte y me dan ganas de ir yo y cagarle personalmente la vereda, o sea, no con un perro, ir yo, después de comeme tres kilos de puchero y bajarme los pantalones y dejarle un buen chorongo, lo más grande y nauseabundo posible en la puerta de la casa.
EL HIJO DE ARGULLA:Listo, no se puede hacer la campaÑa. Suspendamos todo. Nosotros corremos con los gastos, ¿te parece, Hijod e Bacceli? Es una cuestión mínima de ética.
EL HIJO DE BACCELI: (Pálido) ¡Pero no, pero no!
EL HIJO DE ARGULLA:¡Pero sí! Ya escuchaste a Rolando. ¡Es contraproducente!
EL HIJO DE BACCELI: Pará, pará, de acuerdo con La de Rulos, Pelo Raro y DiseÑador Gráfico, que (debo ser sincero) los miro ahora atentamente y me dan ganas de ir y bailar sobre sus tumbas, y la del fotógrafo y la del creador de la campaÑa. Nada personal, Hijo de Argulla.
(Argulla hace un gesto como de .está bien, lo acepto, me lo merezco.)
EL HIJO DE ARGULLA: Sí, es como que estuvieron TRES HORAS diciéndole .no, no, cara de canchera, ¿entendés? Como más así, torciendo la boca medio abierta para un costado., y ella decía .¿así?..
ROLANDO: Sí, y le decían, .No, así no, no es la onda .me trago todo., es más tipo canchero., pero ella no entendía.
(La Asistente del Cliente mira con asco a Rolando)
EL HIJO DE ARGULLA: (Se ruboriza) Sí, bueno.
EL HIJO DE BACCELI: Lo que sea. La cosa es que ella no puso esa cara. Por el motivo que sea. Está más aceptable.
ROLANDO: Y está más bonita.
EL HIJO DE BACCELI: ¡Y eso nos juega a favor! Podemos salir con estos afiches, que no dan tanta bronca y zafamos, y no tenemos que correr nosotros con los gastos y el Sr. Clutterbuck nos puede darla plata.
EL CLIENTE: ¡Ah, esa idea me parece buena! Qué buena forma de salir del paso. SeÑorita, déle los maletines a los chicos por esta idea de último momento. ¡Se lo han ganado!
ROLANDO: Una cosita nada más.
(El Hijo de Bacceli mira a Rolando con los ojos inyectados en sangre. Rolando carraspea y se acomoda en la silla)
ROLANDO: Hay un tema, hay un tema con esa chica. El tema de la ropa.
EL HIJO DE BACCELI: ¡¿Qué pasa con la ropa?!
ROLANDO: Nada, tiene esa remera con unos leopardos a la altura de las tetas, unos leopardos que lanzan fuego. No entiendo bien por qué. ¿Es por algo?
EL HIJO DE ARGULLA: No sé, Rolando. Capaz que como no le salía la cara de canchera le pusieron esa ropa, para dar a entender de algún modo que es canchera. ¡Qué se yo!
ROLANDO: Bueno, pero vos entendé que no es algo que se pueda pasar por alto. No es un .signo. con un .mensaje. neutro. No, tiene unos leopardos que lanzan fuego en las tetas. ¡Es imposible dejar de pensar en eso!
EL CLIENTE: ¿Saben que Rolando tiene razón? Yo hace media hora tengo algo que me perturba y no me daba cuenta, y ahora lo tengo claro, ¡estoy pensando en esos leopardos que lanzan fuego!
ROLANDO: Es como un .ruido. en el .mensaje.. Semiótica básica.
EL CLIENTE: O sea, si los leopardos estuvieran a la altura de la pancita, capaz que.
EL HIJO DE ARGULLA: No se hable más. Se da de baja la campaÑa. ¡Por favor! Faltaría mas, la ética profesional ante todo.
(El Hijo de Argulla agarra los afiches impresos en la mente de los concurrentes, los pone en el centro de la mesa y los quema)
EL CLIENTE: ¡Ustedes son admirables! ¡Por eso me gusta trabajar con ustedes! Me voy a solidarizar.
EL HIJO DE BACCELI: (Esperanzado) ¿Nos va a dar la plata igual?
EL CLIENTE: No, para demostrarles que la plata que les iba a pagar a ustedes no se la voy a dar a otros creativos publicitarios, también la voy a quemar, acá mismo. SeÑorita, agregue la plata a la pira.
(La Asistente del Cliente tira los diez millones en la hoguera. Todos miran la fogarata con mucha solemnidad y empiezan a tararear la canción esa que se canta en la despedida de los campamentos, excepto El Hijo de Bacceli, que jadea desesperado y con los ojos amarillentos ante la visión del dienro quemándose. Empieza a dar vueltas, como un tigre enjaulado, le falta el aire, y finalmetne salta sobre Rolando)
EL HIJO DE BACCELI: ¡Esto es tu culpa, hijo de puta! ¡Todo ese hermoso dinero quemándose, mi dinero, estás quemando mi dinero, arrrghhh!
(Gran caos, al mismo tiempo empieza a caer agua de los dispositivos para incendio del techo, Todos temrinan hospitalizados, medio asifixiados, menos el Hojo de Bacceli, que ante la llegada de los bomberos se arroja por la ventana aullando y con un puÑado de dólares que logra rescatar. La campaÑa no se realiza, la gente arroja un 10 % más de basura en las calles, Macri debe renunciar y por una serie de errores burocráticos vuelve a asumir Jorge Telerman, que realiza la misma campaÑa pero con él mismo poniendo la cara esa de canchero, que a él le queda bien)
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