Crónicas del Taunus: Desperfecto n° 147
Bueno, no sé si llamarlo exactamente un .desperfecto.. Llovía, estaba apurado, me distraje, en fin, frené tarde y el auto que venía por la derecha pasó de largo, pero rozando toooooodo el costadito con la trompa del Taunus. No es este el lugar ni el momento pertinente para hablar de los daÑos del otro vehículo; eso es cosa del Sr. Seguros Contra daÑos a Terceros. En todo caso que el otro tipo se ponga su propio blog. En cuanto a T., la patente de adelante salió volando y quedó así:
Es interesante pensar esto como una campaÑa de concientización de seguridad automovilística. Si la patente representara todo el auto, yo no habría salido vivo, enterrado en una especie de repollo de chapas retorcidas. Lo otro que pienso es que esto sería la antítesis del .Final SoÑado. para mi querido compaÑero. En lugar de salir y morir libre y entero, como un viejo guerrero y dando bocinazos, el tipo va perdiendo partes, de a una, lenta y dolorosamente, desmembrándose, primero la patente, luego una puerta, más tarde un paragolpes. Una metáfora cósmica del Universo en expansión imparable, finalizando en un fino polvillo de átomos hasta convertirse en materia Oscura. O, más cerca de nuestro efímero y pequeÑo Mundo, una metáfora del ser humano, que antes de enfrentarse con el Gran Final va perdiendo dientes, pelo y riÑones.
En todo caso, lo que está claro es que mi querido vehículo se está conviertiendo en una metáfora, cosa que no creo que le haga mucha gracia a nadie ( a mí menos que a nadie; preferiría manejar un automóvil antes que una figura literaria)
Miren, Steve Mellor, otro dibujante probablemente ya jubilado de cuya existencia me acabo de enterar y van…
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