Conocida era la pasión de Leonardo por la cocina, y cuando ingresó a la corte de Ludovico Sforza, SeÑor de Milán, lo hizo entre otras cosas como Maestro de Cocina. Al organizar la fiesta para la boda de Ludovico con Beatrice d’ Este decidió sorprenderlo con un festín en el interior de una tarta. Para ello, construyó una réplica del Palazzo Sforza de 60 metros de largo con bloques moldeados de pastel de polenta reforzados con nueces y pasas de uva y cubiertos de mazapanes multicolores. Los invitados a la boda pasarían por las puertas del pastel, se sentarían en taburetes de pastel frente a mesas de pastel y, por supupesto comerían pastel. Lo que Leonardo no previó (se le escapó la tortuga) fué que la construcción atrajo a todas las ratas y aves de Milán, y la noche de la víspera del festín los hombres de Ludovico libraron una batalla campal contra ellas, pero, al amanecer todo era ruinas y desolación. Conclusión: El banquete se celebró en la explanada frente al palacio, y Ludovico, que era muy generoso, perdonó a Leonardo y lo envió a retiro y meditación al convento de Santa Maria delle Grazie, donde pasó dos aÑos y medio contemplando y analizando la pared del refectorio y meditando en la comida, y en tres meses pintó La Ultima Cena. ¡Mira vos! (Fuente: El lector Felix the Cat, que cita las .Notas de cocina de Leonardo Da Vinci. 4a Edición. Bs.As.2005 por Shelagh y Jonathan Routh.. Probabilidades de exactitud: 98 %, le saqué dos puntos debido a un mal antecedente del lector sobre el temita Pat Sullivan y Otto Messmer)
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