Mientras sufro mi Martirologio en la mazmorra V.I.P. (entre otras cosas, mi brutal moderadora aún no renovó las castaÑas de cajú del frigobar), aproveché para intercambiar ideas con Castrelli. Le expliqué que, si bien soy un firme defensor de la libertad de prensa, algunos comentaristas están bastaaaaante pesaditos; ¿cómo evitarle el sufrimiento al resto de los comentaristas de leer sus extensas agresiones y borborigmos inarticulados evitando, al mismo tiempo, la violación del derecho de expresión?
La primera reacción de Castrelli fue una carcajada (pensó que le estaba haciendo un chiste; a todo esto, les recomiendo NUNCA hacerle un chiste a la Srta. Castrelli, porque su risa es ESCALOFRIANTE). Luego, al ver que era en serio, me miró como sin entender de qué diantres estaba hablando. Por fin, me dijo .voy a pensar cómo hacemos. y se fue.
Al rato me mandó .por e-mail .su propuesta para lograr una moderación más ajustada. La propuesta consistía en esterilizar el 100 % de los comentarios del weblog; en un gráfico, explicaba que de ese modo se incrementaría un 45 % la eficiencia del Departamento de Moderación en el primer semestre.
La propuesta no carecía de atractivos, pero me pareció un poco drástica, así que le pedí que buscara una opción intermedia. Su respuesta fue que no sabía .cómo se hace eso..
En videoconferencia con Kiriatos (en realidad, a través de una maqueta de cartón que simula un televisor) ideamos una segunda alternativa. Consiste en obligar .vía amenazas, coerciones o sencillamente a través de la magia de la computación .a los comentaristas más rompepelotas a agregar, al final de su retahíla de razonamientos y agresiones sin sentido, las frases .Pero te lo digo con toda la onda., .Te lo digo bien., .Lo digo sin mala voluntad. .y/o .Eres mi Hermano y Te Amo., como para suavizarlos un poquito. Y de paso funcionará como .Marca de Rompepelotismo. (tuve que agregar este argumento para convencerla a Castrelli, que primero dijo .lo único que falta es que esto se convierta en una comunidad jipi.).
MaÑana comenzaremos el experimento, a ver si volvemos a épocas más felices, si es que tal quimera es posible. Miren, una co-producción Lampwick/Baterflai ilustrada por el gran Fantoni, y el esqueleto del Pac-Man.
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