domingo, 1 de agosto de 2004

¿VALíA LA PENA SACRIFICAR NUESTRA HUMANIDAD POR NO EMPUJAR UN MISERABLE VIDEOCASSETTE?





boccaveritap.gif(Plano de la .Boca della Verita.., en Roma, Italia. Podeti camina frente a ella mirando a cámara con un sobretodo de muy buena calidad, con una actitud a lo Jack Palance en .Aunque usted no lo crea.)


PODETI: La Boca della Veritá, en la Iglesia de Santa Maria de Cosmedin, en Roma. AntaÑo, cuando había que averiguar si un acusado decía la verdad, se le proponía meter la mano en la boca de este siniestro bajorrelieve mientras repetía su declaración. La leyenda decía que si el acusado mentía, nunca más podría sacar la mano de allí. No sabemos si esto es cierto.


(Podeti mira a cámara con una sonrisa siniestra)


PODETI: .Porque hasta el día de hoy, nadie se a atrevido a intentar decir una mentira.


(Imagen de rascacielos en la ciudad de Tokio, del Apolo XII despegando y de las máquinas de una moderna embotelladora de Milkuakee)


PODETI: Pero trasladémonos varios siglos más tarde, a esta época de viajes espaciales, lámparas de lava e inyecciones no inyectables. Creemos haber vencido la superstición y la ignorancia, pero en el fondo las cosas no han cambiado demasiado: Hoy también contamos con artefactos que están a un paso de apoderarse de nuestras manos, cuando no de arrancárnoslas.


Poner un cospel en la ranura de una máquina era toda una declaración de principios; YO soy el Amo, tú mi sirviente mecánico, y yo te doy vida metiéndome en tu interior a través de este pequeÑo agente en forma de disco. La vieja videocasetera (¿alguien se acuerda de ella?) contaba con un compartimiento donde había que ubicar el video con precisión, inteligencia y fuerza (por lo menos mayor que la del gibón promedio), atributos que nos enaltecían frente a los ojos de las máquinas.


Alguien pensó que tenía que ahorrarnos ese trabajo y diseÑó el modelo de cavidad .absorbente., gracias al cual nuestras máquinas no se dejan penetrar: nos arrancan la tarjeta o el video de las manos. Aún recuerdo la sensación de desamparo y terror cuando tomé contacto con mi primera videocasetera .absorbente.. ¿Hasta dónde esa lenta e inevitable deglución de la película no me hacía pensar en un animal biomecánico alimentándose? ¿Por qué al día de hoy aún temo que la máquina me tire un tarascón, para luego relamerse con perversidad?


Hemos perdido nuestro Yang frente a estos robots absorbentes. Nuestro rol deja de ser activo para ser pasivo y sumiso. Los robots no sólo nos arrancan de las manos nuestros elementos de supervivencia, los guardan en su interior y dependemos de su buena voluntad (que no siempre se manifiesta) para recuperarlos. Luego de arrebatarnos la Banelco, el cajero parece decirnos .gracias por entregarme la posesión total de tus ahorros. En los próximos segundos te será revelado si voy a ser un buen chico o voy a dejarte en Pampa y la Vía enviando tu dinero a un Mundo Virtual fuera de tu alcance, o tal vez simplemente los retenga temporalmente para obligarte a engorrosos trámites y llamados telefónicos.. A veces expulsa la tarjeta y vuelve a tragársela , trasladándonos a los humillantes abusos que sufríamos en la escuela primaria, en un pueril .oleeee. que no es otra cosa que una ostentación de Poder.


Entretanto, la videocasetera absorbente se apodera de nuestra película exclamándonos .¡Siéntate, payaso! A partir de ahora, durante la próxima hora y media (dos y media si se trata de una candidata al Oscar) yo me hago cargo de tu cerebro, encapsulado simbólicamente dentro de esta simpática cajita. Siéntate y babéate como un orangután al son de los efectos especiales y giros inesperados de guión que controlo desde mi interior..


El molinete del subte es más sutil. Absorbe nuestro pase y luego nos lo devuelve, pero ya inservible. El mensaje es .He chupado los poderes de tu tarjeta y ahora la escupo; a ti, mi esclavo, te dejo la ingrata tarea de deshacerte del cadáver..


El apoderamiento compulsivo de nuestras posesiones no es sin embargo, lo peor. Lo peor está en la mutación simbólica de la vieja introducción de cospel hacia otra actividad, siniestra y vieja como el mundo, que como ninguna otra ha servido para imponer el terror y el sometimiento. Una actividad destinada a apaciguar nuestra voluntad o impedir la reproducción de nuestros genes. La palabra que resuena en nuestros oídos es .castración..


(Podeti mete la mano en la Boca della Veritá)


PODETI: Al lado de estos artefactos, la .Boca della Veritá. parece inofensiva. (Sonríe a cámara cínicamente, como dando por finalizado el show) Y lo es, por supuesto, para quien, como yo, no ha dicho una mentira en toda su vida.


(Inesperadamente, la boca se cierra, intentándole arrancar la mano. Podeti grita aterrorizado y aúlla y chilla como un mono. A su alrededor se escuchan unos gritos en italiano, la cámara se mueve con desprolijidad y la transmisión concluye abruptamente)


Publicado a las 11:56 p.m.


Post original

No hay comentarios.:

Publicar un comentario