(Presentando al Justificólogo: Un tipo que te justifica lo que sea)
Hoy: Justificación del Trabajo
Yo sé que salvo que hables con un taxista o un jubilado (¡Y juro con Dios como testigo que jamás lo haré otra vez, porque me recuerda éste los Infiernos de la Vejez y el Averno de tener que ir de un Lugar a Otro aquel!), decir que trabajar está bien queda mal. Tipo que el Trabajo es el origen de todos los males, que es el sostén del Sistema, que el Capitalismo, que el exceso de Producción que está lelvando nuestro planeta a las ruinas ay ay ay uy uy uy bla bla bla.
Pero hablemos de la Entropía, el Tiranosaurio Rex del Universo. Esa Fuerza Demoledora e Indestructible, que con la ayuda de su diabólico hermano, el Tiempo, arrasa con todo lo que conocemos y lo que –por nuestra condición de efímeros mortales hechos de carne y pelo- kamás tendremos la oportunidad de conocer, o imaginar quisiera. La Entropía convierte ese volumen con estampas japonesas de encuadernación lujosa y papel satinado (que en su momento te costó alguna pelea con tu cónyugue o con un amigo con ideas muy firmes sobre lo que es ético gastar en un libro) en miserable polvo. Tira tu Hogar abajo y en tus propios ojos, no tan de a poco como creés, en forma de paredes que se descascaran, lamparitas que se queman, parquets que se levantan –en apariencia- levemente, hasta dejarla tarde o temprano en ruinas.
¡La Entropía, por fin, va percudiendo tus órganos internos y tu aspecto exterior, no en forma uniforme y predecible sino como un matón aprovechador y sádico –y algo desequilibrado- que te va metiendo puñetazos aquí y allá, luego te deja en paz por un tiempo, luego te mete cuatro o cinco patadones simlultáneos y luego se enceguece y ya no se detiene, hasta que te lleva a la misma Tumba! ¡A vos, a tus amigos, tu familia y hasta a tus peores enemigos y al Universo mismo! ¡No tiene un plan, ni una lista, ni un orden de prioridades: en lo único que piensa es en JODER, y tiene las 24 horas para planificarlo y ejecutarlo! O sea, un encanto la Entropía.
Y mientras tanto, ¿qué hacemos nosotros, insectos con todas las de perder frente a este Poder Supremo? Enfrentarla, como un David contra cien Goliats, haciendo lo que hacemos cuando hacemos algo. Desde la señora que limpia, que intenta que el polvo vuelva al lugar de donde vino al matasanos que para bien o para mal trata de que nuestra sangre siga circulando por los carriles y al ritmo habituales, pasando por el mecánico, el plomero, y hasta el frutero, que mediante el expendio de bananas pugna por que el potasio no se evapore de nuestro organismo, todos no hacemos otra cosa que combatir la Entropía, el Caos y el Desorden. ¿Una lucha infructuosa? ¡Sí! Pero, ¿acaso hay otra lucha?
(Excluyo de esta noble cruzada a oficios cuyo corazón parece ser aumentar el desorden: Expertos en demoliciones, lijadores de muebles, fabricantes de armas y organizadores de fiestas. Todos infames aliados o tal vez “Hombres Robot” de la Entropía)
¡Todo lo que hacemos en nuestra existencia es un manotazo de ahogado por conservar las cosas en orden! ¡Y en la lucha para que las cosas no se vengan abajo solas, tal vez trastabillamos o nos hacemos daño entre nosotros, claro! ¡Porque si tapo un agujero con eduído probablemente esté estimulando el aumento de tóxicos con el que se fabrica el enduido! No somos capaces de ver la película completa, claro. Pero, ¿quién duda de que en nuestra lucha(con daños colaterales y fuego amigo) está encarnada la verdadera rebeldía contra el Sistema, ese Sistema llamado Cosmos y regido por la cruel Emperatriz de la que estamos hablando?
¡En cambio, del otro lado, ecologistas pasivos y vagonetas simpáticos o anarquistas que se jactan de no contribuir con el Sistema, al no tocar nada, al dejar que la Entropía siga su curso, no pintando la pared para ahorrar recursos o enviando a los laboratorios fabricapastillas a la ruina por intentar frenar un cáncer de riñón con tecitos y aloe vera, son los verdaderos peones del Sistema (el Sistema Cosmos)! ¡No intervienen, no ensucian, no contaminan y por énde no combaten la Entropía! ¡He ahí a los auténticos esbirros y los culpables de que todo ande como anda (así, a nivel cósmico)!
Así que la próxima vez que un hippie marginal bohemio punk roñoso ecológico te acuse (desde la comodidad de su casa tomada con paredes sin revocar) de contribuir a la destrucción del mundo por trabajar en una fábrica de detergente ay ay ay uy uy uy bla bla bla, vos retrucale: ¡Cómplice de la Entropía! ¡Cómplice de la Entropía! ¡Cómplice de la Entropía!!!
jueves, 29 de marzo de 2012
¡Experto te justifica el Trabajo, el Capitalismo y qué se yo cuántas cosas más!
martes, 27 de marzo de 2012
¡Escándalo de Wikileaks salpica a YCEM!
Una imperdonable filtración ha motivado que Wikileaks publicara los “archivos secretos” de “Yo contra el Mundo”, revelando los informes que mi gente actualiza a diario sobre los comentaristas (y también sobre algunos lectores a secas, monitoreados mediante una máquina).
El escándalo ha motivado que despidiera a la mitad de mi personal (absorbiendo su salario en el mío, para retribuir todo el trabajo que me llevó despedirlos); los problemas diplomáticos que esto puede traerme a futuro son impredecibles e irremontables. Le he pedido al Centro de Atención al Cliente del blog que se encargue de recibir las protestas y que genere lo antes posible una papelera de reciclaje donde colocarlas, como compensación a esta tremenda gaffe.
Algunos de los informes mencionan a cierto comentarista como “un nazi recalcitrante, con un pasado turbio y vinculaciones con la Colonia Dignidad de Chile, además de presidir en secreto reuniones de la Juventud Neohitleriana Argentina. Todo esto”, asevera el informe, “tiene raíces en sus problemas personales y una clara inseguridad sexual.” (Nota: Los nombres de los comentaristas mencionados han sido suprimidos para proteger su identidad. Y mi integridad física).
En otro se dice de determinado comentarista que “se trata de un stalinista trasnochado, desengañado por la complicidad del Partido Comunista durante el Proceso, por lo que se habría volcado al trotskismo por despecho y adoptado cierta actitud ambigua respecto de su pasado. No se descarta algún tipo de participación en el ERP y Montoneros, pero cinco años después de que estas organizaciones desaparecieran, ni una clara inseguridad sexual.” Se menciona claramente a otro comentarista como “un operador del CEMA, pagado por altos referentes de la patria financiera argentina y los ‘buitres’ de Wall Street, siempre dispuesto a aprovechar el menor temblor económico para generar rumores con el objetivo de lograr un Golpe de Mercado, y además con una gran inseguridad sexual”.
Como los informes aún no han salido a la luz –en realidad todavía no cerramos contrato con Wikileaks, estamos estudiando su última oferta- y para mantener las buenas relaciones con el comentariazgo, preferimos no revelar el resto de los informes. Porque si mencionamos el informe sobre cierto comentarista a quien se considera “un agente encubierto del Opus Dei, dueño de una tremenda inseguridad sexual, pagado por el Oro del Vaticano para influir en la política de Educación Sexual argentina y establecer nuevamente al Santo Oficio”, capaz que se arma el tole-tole. O si revelamos que el comentarista tal “no es más que un bloguero ‘K’ de gran inseguridad sexual a sueldo de Aníbal Fernández y de la Cámpora, que se dedica a intervenir en páginas ajenas con el sueldo que les pagamos todos, ¡Caradura! ¡Caradura! ¡Devolvé la plata!”. Ni hablar si mencionamos el informe sobre el comentarista que “cree ser re groso pero es un pichi muy inseguro sexualmente. Es un loquito inofensivo”, o aquel otro que “es tonto” o aquella que “es como medio una de esas putitas virtuales”, o que ése “sería un agente de la SIDE, o tal vez un boludo”, o que aquella “no sabemos si es o se hace” o que aquel otro “no se le entiede ni jota de lo que dice” o ese que “este no sé por qué pero me cae mal, le voy a poner unas cuántas faltas de ortografía en el comentario así queda como un analfabeto”, o aquel que “Me hace acordar a Forrest Gump, y por más de una razón” o que “Vi la foto de su perfil de Facebook, mamita, hay que ser valiente, a esta una vez al mes le debe venir la ‘monstruación’”, o que determinado participante “se nota que le gusta mucho pero mucho la leche de hombre” o que “no sé de qué se las da” o que “tiene un olor a cornudo que se cae” o “éste ya sé quién es, es un alcahuete del Tío que me está testeando, ja, ja, jaaaa, no, si yo me las sé todas, no caigo, querido, abur” o que “uffff, psicópata total la loca de mierda esta, mejor correrla para el lado que dispara, bah, como a todos”, o que “éste no pega una, pobre” o que “Uhhh, todos los días comenta éste, qué pasa, no tiene vida, uf, bueno, vamos a ver si puedo aprovechar esta ansiedad para sacarle algo”, o que “pará, a este lo saco, ¡claro! Este es Luis Majul encubierto, te das cuenta, qué fácil que es sacarles la ficha”.
Por lo que de momento hemos decidido mejor no difundir estos informes, para no provocar malestar.
jueves, 22 de marzo de 2012
Dato 4.620: Cobayos
Los cobayos, también conocidos como conejillos de Indias o cuyos, son los mamíferos con menor coeficiente intelctual del reino animal. ¡Mirá vos! 8Fuente: Un compañero de trabajo, que dice que lo leyó “en algún lado”. Probabilidades de exactitud: 200 %%, porque lo leyó, no es que lo vio en Internet, porque en Internet no se lee, se ve)
¡Proponen solución para el tema de romper y/o chocarse con cosas!
La Asociación de Lucha contra la Discriminación de los Espacialmente Disminuidos lanza su primer comunicado y algunas propuestas de tipo constructivo:
RECHAZAMOS las imputaciones injustas que se nos hacen acerca de nuestras dificultades para movernos en un entorno físico. No tenemos la culpa de que haya demasiadas cosas en todos lados y estas se caigan o se rompan o nos las llevemos por delante.
NO ACEPTAMOS que la solución a nuestras dificultades consistan en “tener cuidado”. Ya tenemos cuidado. Mucho cuidado. Más cuidado que todos ustedes juntos. En realidad, no tienen idea de las cosas que podrían llegar a pasar si no tuviéramos cuidado y hasta deberían estar agradecidos de que esas cosas no pasen.
CUESTIONAMOS una relación excesivamente armónica y pacífica con los objetos, que conllevaría una objetificación de nosotros mismos. Sugerimos que ellos en todo caso se humanicen (y traten de correrse, por ejemplo). Lo único que faltaba, que nos tengamos que poner al nivel de ellos.
Ponemos en el tapete los siguientes problemas:
El tema de las cosas que hay en el piso: El lugar de las cosas no es el piso. Las cosas tienen que estar en un estante, una mesa, una repisa. ¡De lo contrario estamos volviendo a la época de las cavernas, en la que no existían estantes, mesas ni repisas! Ni parte de arriba del televisor, por ejemplo. Y las camas con pata de hierro también deberían estar sobre algo, yo sé lo que te digo. Si hay algo en el piso, ese algo merece ser pisoteado, pateado o tropezado, casi como obligación moral. Es más, nos deberían dar un premio cada vez que tropezamos con algo, ya que estamos blanqueando la irregularidad de esta situación.
Propuesta: Cuadrilla de Recogedores. Una cuadrilla estatal compuesta por sordomudos que recorra casas y departamentos recogiendo las cosas que hay en el piso. El dinero para mantenerla podría provenir del ahorro que conlleva la no rotura (por pisoteo) de estos objetos, cálculo realizado y actualizado a diario por otra cuadrilla, en este caso de autistas eruditos tipo Rain Man.
El tema del Aceite: Parece mentira que a esta altura del siglo –me refiero al siglo XX, la altura del siglo XXI todavía es muy pequeña- continuemos usando aceite de ese que mancha la camisa de 200 mangos que te compraste recién. Ya es medio raro que tengamos que usar aceite y no que, en vez, la comida ya venga con un coso transgénico que haga brotar el aceite de adentro (de la comida). Ya hay eso, pero con la grasa, pero encima no te dejan comer grasa porque hace mal. Yo digo aceite, aceite que venga con la comida, de ser posible de oliva extra virgen. El caso es que no puede ser que haya capa de invisibilidad, inyección no inyectable, feriado en noviembre y no haya aceite inocuo.
Propuesta: Instauración del Nudismo Gastronómico. Obligación POR LEY de comer desnudo, siempre. Como mucho, una servilleta cubriendo los genitales, por si se te cae tuco caliente (recomiendo el uso de una segunda servilleta para limpiarse la boca). Por lo menos hasta que inventen el agua saborizada con gusto a aceite, para condimentar con eso.
El tema de los animalitos: Remite a lo de las cosas que hay (impropiamente) en el piso. Los animalitos de compañía, gatitos, perritos, ratoncitos, lagartitos, son una fuente inagotable de dejar cosas en el piso pasibles de ser pateadas o pisadas, como platitos de comida, cuenquitos de agua, juguetitos, cascabelitos, huesitos de plástico y el animalito propiamente dicho, que también vive en el piso. Hay que cambiarlo, por las razones antedichas. Eliminar a toooooodos los animalitos del mundo no sería recomendable (por un tema de logística), por lo que es necesaria una alternativa.
Propuesta: Nivelación Arquitectónica de Animalitos. Se propone la construcción OBLIGATORIA POR LEY en la totalidad de las viviendas del mundo de una serie de rampas, al nivel del ombligo humano, por poner una altura, para que nuestros animalitos (y eventualmente bebés que gatean –otro peligro) puedan trasladarse con comodidad, pero dentro de un campo de visión razonable. Las rampas mismas servirían para señalizar que allí hay algo, llamando la atención de los Espacialmente Disminuidos. Habrá quien considere que éstos ahora tendrán otro objeto que llevarse por delante. Bueno, bueno. Eso lo vemos después.
El tema de los objetos altos y finitos que se caen y vuelcan cosas: Botellas. Copas de cristal. Termos. Todos objetos diseñados de forma errónea. Cuando un recipiente debe llevar en su interior el Estado más artero y peligroso de todos, el líquido (el Estado gaseoso no jode no te podés tropezar o pisarlo), su estructura debe ser antisísmica. No se quién fue el GENIO que decidió que una botella debía ser oblonga, ni se entiende cuál es la utilidad o beneficio de semejante arquitectura diabólica. Las botellas deberían tener la forma de cajas de zapatos, o de bandejas de carne, cosas que no se caigan. Pero no, vistes, vamos a ver cuál es la forma más práctica de joderle la vida a la gente.
Propuesta: Plastilinización de los Recipientes de Líquido. Proponemos la creación de otra cuadrilla, puede ser de sordomudos, o de ciegos (total con el sentido del tacto se arreglan) pero sobre todo de abstemios, que vayan casa por casa poniéndole plastilina a la parte de abajo a las botellas, jarrones, vasos y termos, haciendo más difícil su vuelco. El dinero para sostener esta cuadrilla podría venir de un impuesto, multa o expropiación de las arcas de la gente que fabrica recipientes. Por hijos de puta.
El tema de que las cosas en el piso no se ven: Si Dios hubiera querido que las cosas estuvieran en el piso, no habría puesto nuestros ojos -los instrumentos por antonomasia para ver obstáculos- tan lejos del piso. Nos habría puesto ojos en los pies o en la rodilla, o en la papada, ponele, que si bien está lejos mira para abajo. Si los objetos en el piso, invisibles de por sí por lo menos hicieran ruido (nos referimos a antes de pisarlos) no se haría necesaria esta modificación en el diseño anatómico del humano.
Propuesta: Enanos corredores de cosas. Siendo una injertación quirúrgica de ojos en el pie aparentemente muy caro (mi cirujano de cabecera me pasó un prespuesto demencial), y la instalación de camaritas en los zapatos cuando menos riesgosa (quienes padecemos del síndrome estamos destinados a pisar nuestros propios pies y hacerlas añicos), propongo la organización de una cuadrilla de enanos que nos acompañen, revisando el piso y corriendo los objetos MAL PUESTOS en el mismo. El presupuesto de sueldos, uniforme (que sería muy barato, porque necesitan menos tela), logística, etc. puede recaudarse de los bolsillos de otras personas.
Y los bordes de cemento esos de las bicisendas propongo dinamitarlos porque son un peligro MORTAL, especialmente si venís medio copeteado.
miércoles, 21 de marzo de 2012
¡Aclaran confusión sobre reirconismo!
Noto con desazón que cuando algún miembro de la “Gente Copada” se burla cruelmente de los asistentes a los 345 recitales de Roger Waters (lo que automáticamente los excluye de este grupo, como sabe todo el mundo), en lugar de bajar la cabeza humildemente y arrojarse cenizas en la cabeza con oprobio y vergüenza éstos intervienen diciendo algo así como “ja, ja, ja, muy divertido…. Pero valió la pena vender un riñón y gastarme los 15.000 dólares que sale ver este estupendo show disneylandiesco de efectos especiales y ruido fuerte. Me re voló la cabeza, iría de nuevo, etc.”
Creo que hay una especie de confusión en cuanto a la mecánica natural del famoso concepto de “reírse con” y “reírse de”. Cuando vos te “reís de” un “X”, ese “X” no puede acercarse y actuar como si te estuvieras “riendo con”. Y, no. No somos amigos. No somos compinches. Ustedes son el grupo enemigo. El equipo rival. La raza a destruir. Si salgo a decir que los que ven a Roger Waters son idiotas, el acusado no TIENE EL MENOR DERECHO a tomárselo a la risa o a minimizar UNILATERALMENTE el epíteto: ¡le estoy diciendo que es idiota! Se tiene que enojar, ofenderse, o mínimo sentir que sus sentimientos han sido heridos en lo más profundo y decir frases entrecortadas con voz muy aguda e hipo. De lo contrario, está vulnerando mi derecho básico al “reismo de” y obligándome en forma COMPULSIVA, ANTICONSTITUCIONAL y EXPROPIATORIA a bajar mis pretensiones a un tibio “reismo con”.
¿Vas a ver a Roger Waters? Listo, loco, te diste el gusto, pero no sos más Gente Copada. ¡Una cosa o la otra! ¡No, no, no! ¡No tenés ningún derecho! ¡No podés juntarte con la Manada Consumista y después hacerte el amigo de los piolas que no van! Tiene que haber un principio de mutua exclusión, poque sino el esfuerzo ingente de la Gente Copada –en el sentido de no ir- cae en saco roto, o sea, para eso soy Copado y también voy.
Sos del equipo de los veedores de Roger Waters, estás excluído –por lo menos temporalmente- del equipo de los Eascarnecedores de Roger Waters y no te podés mezclar. ES ASÍ. Andá a practicar el reirconismo con algún sub-grupo intermedio de ese grupo, tipo “Los que van a Ver a Roger Waters en el pasto” y “los que vana ver a Roger Waters en la platea”. No con nosotros. No te queremos acá, con el grupito de Gente Copada que se junta en medio del patio cuchicheando (Escupe al piso, con desprecio).
Miren, unas fotos muy buenas de David Shrigley.
martes, 20 de marzo de 2012
¡Lanzan primera entrega de Galería de Personas Terroríficas!
Persona Terrorífica n° 16 (para no empezar por el 1, que es un bajón):
Lo vi ayer, en el subte. Se trataba de un pelado con musculosa, el típico pelado con musculosa y tatuajes de los que hay tantos, pero lo terrorífico no era que fuera un pelado en musculosa con tatuajes, sino la forma de ser un pelado en musculosa con tatuajes.
Éste era un pelado en musculosa con tatuajes, pero tenía los ojos muy abiertos y desencajados, pero MUY abiertos y desencajados. Creo que nunca vi una persona con los ojos tan abiertos y mirá que he visto personas con los ojos abiertos (soy de los ochenta), al punto que producía una suerte de “dolor simpático” en los propios párpados y sequedad en la supefricie del globo ocular. Caminaba con zancadas decididas, como si fuera a hacerle algo a alguien (algo malo). Pará, y acá viene lo peor. El tatuaje consistía en una breve lista de nombres de mujeres (en cursiva) en el hombro, que o bien pueden ser las mujeres de su familia (tipo esos pelados en musculosa tiernos que se tatúan el nombre de la mujer y las hijas) pero también puede ser la lista de mujeres que ha matado. Si la lista le llega al codo es como para iniciar una investigación.
Por último, llevaba una jaulita de transporte para gatos. Con esto está todo dicho.
Puntos de terrorismo: 67 (es alto, es alto). Miren, los 1.000 nombres del tonto (150, para ser más precisos). Enviado por Brindis.
domingo, 18 de marzo de 2012
¡Te lo juro por la luz que me alumbra!
“Yo contra el Mundo” le ofrece un breve catálogo de mentiras inofensivas, para salpimentar su aburrida conversación:
“Mi tío era re amigo del tipo ese que aparece en la foto de cuando Perón llegó a Ezeiza, ¿viste ese que está agarrando al tipo en el puente? Bueno, ese.”
“Cuando tenía quince años se me ocurrió el concepto de Internet. Lo llegué a desarrollar todo con mi hermano, que le interesaba la electrónica, todo. Lo tengo en unos cuadernos… Igual es algo que a alguien se le iba a ocurrir, pero siempre me acuerdo de eso”
“No sé si te acordás del pibito que aparecía en el sobre de los Dracu-Dracu… Que tenía los Dracu-Dracu puestos. Bueno, era yo. Es que mi tío era uno de los fabricantes… Bueno, es largo”
“La otra vez iba en el auto y se me cruzó de golpe un tipo en bicicleta y le pegué un topetazo. Me bajé, lo ayudé, bueno, no le pasó nada. ¿Y sabés quién era? Cuchuflito, ese que laburaba con Calabró. Pobre, estaba re dado vuelta”
“Esa pintada la hizo mi primo”
“¿Sabés de quién es la pizzería esa? De Ovaldo Laport”
“Me acuerdo que hace un par de años le jugué al 21 a la quiniela. No le jugaba nunca, y acerté. ¿Y sabés qué hice? Dije ‘estoy en una buena racha’, así que al día siguiente le jugué de nuevo. ¡Y salió otra vez! El tipo me dijo que eso pasó sólo cinco veces en todo el siglo veinte. Desde entonces no juego más, porque para mí ya me gasté toda la suerte”
“Bueno, yo tengo un tipo especial de daltonismo, muy específico, que me confundo el gris con el violeta. Es raro, igual me dijeron que no es síntoma de nada grave. Y yo ya aprendí a distinguirlos por el contexto, el tipo de cosa que tiene ese color…”
“En una época, tipo veinte, veintiuno yo casi me convierto al judaísmo. Estaba con un mambo medio religioso, pero también medio peleado con la Iglesia, vistes. Lo que pasa es que me daba un poco de miedo el tema de la circuncisión. Y, es una costumbre medio piantavotos, yo creo que si no fuera por eso habría más judíos. Después se me pasó.”
“Yo aparezco en la película Adiós Sui Generis. Mis viejos eran medio hippies tardíos–aunque ahora si le preguntás a mi papá te lo va a negar- y me llevaron, yo era bebé. Pero en la parte que cantan ‘Canción para mi muerte’ enfocan a una pareja con un bebé, medio rápido, y ese soy yo”
“La cadena esa de farmacias me dijeron que es de Manzano”
“Bueno, yo cuando era pendejo hice gimnasia artística. Llegué a sacar medalla de plata en el Torneo Nacional. A veces pienso que tendría que haber seguido.”
“Una vez encontré un grillo en una empanada de jamón y queso. Me lo comí igual. Proteína. Después me dijeron, que capaz me traía mala suerte, viste que matar un grillo trae mala suerte, pero yo no lo maté, sólo me lo comí. Así que capaz al revés, me trajo buena suerte. Bueno, justamente acá donde me ves, una vez acerté la quiniela dos veces seguidas.”
“Uhh, la agencia de quiniela esa me dijeron que es del hermano de Aníbal Ibarra.”
“La otra vez tenía que llamar a mi tía, que es psicóloga, pero no me acordaba bien el numero. ¿Viste cuando tenés los números chanfleados? Bueno, en una de esas llamo a un número ¿y sabés quién atiende? La chota esa, la hija de Mirtha Legrand . No lo podía creer, qué cagada que no lo anoté, para hacerle jodas. Esas cosas me pasan a mí, como cuando casi atropello a Cuchuflito, el que actuaba con Calabró.”
Un consejo: Cuando una mentira le recuerde otra, es el momento de parar, porque entonces ya no son tan inofensivas –por lo menos para ud..
Miren, supongo que a esta altura ya toooooodos vieron el tráiler de la infame “Un Buen Día”; Bueno, viene la parte 2. ¿El nacimiento de un nuevo culto?
viernes, 16 de marzo de 2012
¡Contratan poeta rioplatense del absurdo en importante buscador!
“Faltó tanta gente que si faltaba uno más no entraba” (Macedonio Fernández)
“Crece la falta de productos importados” (El cráneo que escribe los títulos de Yahoo Noticias)
Miren, razones para no ver a Roger Waters y la “premake” de “Up!”
Dato 4.610: El Cementerio de la Recoleta
El cementerio de la Recoleta es –desde luego- un cementerio, pero no es un “camposanto”: perdió esa condición en 1853 cuando el presidente Bartolomé Mitre ordenó el entierro del Dr. Blas Agüero, un francmasón a quien el arzobispo de Buenos Aires le había negado cristiana sepultura porque, fiel a sus principios, se había negado a recibir los sacramentos. Mitre decretó el permiso para el entierro, y el arzobispo retrucó retirando la bendición a la necrópolis y por lo tanto su condición de santidad. ¡Mirá vos! (Fuente: El Gaucho Santillán, qe lo sacó de “un blog de historia”. Probabilidades de exactitud: 195 %% porque lo del “blog de historia”me resulta vago y confuso, sólo falta que diga que es de Inernet y ahí se termina de caer. Pero blog no es lo mismo que Internet, eso ya quedó establecido)
jueves, 15 de marzo de 2012
¡Ofrecen breve catálogo de dramas urbanos invisibles!
El Drama Invisible de la persona que necesita ir al baño. Mira, Epaminondas, a ese hombre. Míralo, obsérvalo, aprehéndelo, Epaminondas. Por su avanzada edad e impecable traje se nota que es un hombre que ha alcanzado cierto status social. Es un hombre satisfecho de sus logros, magnánimo en el triunfo pero implacable a la hora de la confrontación. Yo no lo elegiría como enemigo. ¿Y tú, Epaminondas? Y sin embargo, sufre, padece, se frunce y constriñe: Necesita mear. Como todos. Como yo, como ella, como tú, Epaminondas. Pero está en la calle. Y no soporta más. ¿Sabes lo qué es la próstata, Epaminondas? Una cosa diabólica. Algún día te lo explicaré, cuando seas grande. Entonces, el hombre que ayer hacía gala de los frutos de su poder (dinero, sirvientes, ascenso social) en este momento, Epaminondas, en este momento en el que daría lo que fuera por ser un Don Nadie, por ser insignificante e invisible, este hombre, Epaminondas, entra a un bar y pregunta si puede utilizar el baño. ¡Mira, Epaminondas, cómo su arrogancia se ha hecho trizas por culpa de una pequeña –no tan pequeña para él- glándula! ¿Su arrogancia? ¡Su dignidad, Epaminondas, su dignidad! Porque este hombre, acostumbrado a ser obedecido y complacido, a no deberle nada a nadie (excepto durante momentos determinados de sus turbios tejemanejes financieros), a no hesitar en contratar a los abogados más caros de la ciudad para destruir a sus enemigos –y a recurrir a métodos más oscuros si hiciese falta- acaba de pedir permiso para ir al baño, Epaminondas. Como un infante, Epaminondas. Como el ser más indefenso de nuestra sociedad, Epaminondas. Y ese microsegundo de humillación le arruinará el día.
No es nuestro deber especular quién sufrirá este día la furia impotente que en estos momentos siente nuestro hombre. Tal vez sea su secretaria, alguno de sus hijos, socios menores o simplemente un compañero de ascensor, ¿quién sabe, Epaminondas? Nuestro único deber es observar. Y el tuyo, aprender. ¡Aprende, Epaminondas!
El drama invisible de la persona que esplota. Mira esa señora, Epaminondas. ¡Mírala! ¡No bajes los ojos! ¡Te quiero orgulloso y lleno de curiosidad, dispuesto a devorar el mundo con los ojos, Epaminondas! ¡Mira su arranque de furia, soltándole improperios a un vendedor de empanadas que cometió el Crimen contra la Humanidad de invadir el espacio público, provocando un tropiezo e incomodidad momentáneos! ¿Sabes, Epaminondas? Este momento enmascara otro drama. El drama del habitante urbano que hace “crac badabún”. ¡Penetra tras las apariencias, Epaminondas! ¡Esa pobre mujer no tiene en realidad nada contra el empanadero, e incluso tal vez le adquiriría dos de carne y una de jamón y queso con gusto en otro instante de su vida! Este momento en que a la señora se la percibe incoherente, gritando ofuscada una serie de conceptos muy polémicos sobre Macri y de Cristina, el país y la educación, de zapatos y de barcos, de repollos y de reyes es apenas la punta del iceberg, o la cabeza del dragón asomando fuera de la gruta.
A esa señora, Epaminondas, lo que le pasa es que durante el día le han venido pasando “cositas”. Nada terrible, pero cada “cosita” es como un dardo que va horadando su espíritu y su templanza. Cositas como que no ha podido extraer dinero de una máquina, que un medio de transporte ha tardado mucho, o tal vez le han dado un cheque diferido o ha pisado un sorete de perro. Y se han acumulado: no estallaría de ese modo la señora si le hubiera pasado sólo una “cosita”, o dos. Tres “cositas”, en cambio –no importa su magnitud- ya bastan para abrir la puerta de sus monstruos interiores. ¿Acaso la señora ha protagonizado un drama o una catástrofe, Epaminondas? ¡No! ¡Vénganse los ejércitos de enfermos, miserables, los desplazados y los locos, los maltratados y oprimidos a mirar a la señora con expresión de reproche y ella admitirá, avergonzada, que en realidad no tiene gran cosa de qué quejarse, Epaminondas! Y sin embargo, no menosprecies el poder omnímodo de las “cositas”. Las “cositas”, duendes traviesos y hasta divertidos si los tratas individualmente, pueden ser un oleaje de Destrucción cuando se presentan en masa. ¡Algún día entenderás de lo que hablo, Epaminondas! ¡Mientras tanto juega, vive, ríe, observa y aprende, Epaminondas! ¡Aprende, Epaminondas!
El Drama Invisible del tipo que da el asiento tarde. ¡Mira a ese hombre, Epaminondas! ¡Míralo! ¡No, Epaminondas, a ese no, Epaminondas! ¡Al otro! ¡Al de verde, Epaminondas! ¿Comprendes lo que ha pasado? ¿Has observado cómo se levantó del asiento, sin mirar a nadie en particular, y luego se corre un par de pasos al fondo con expresión de derrota y vergüenza?
¿Quieres que te cuente una historia, Epaminodnas? Puedo leértela en la mirada vidriosa y humillada del hombre que se empelota contra un asiento del fondo, intentando que nadie haga lo que estamos haciendo nosotros: ¡Viviseccionarlo, Epaminondas (otro día te explicaré lo que significa esa palabra)! El hombre venía sentado. Cansado. Pensando en sus cosas, tal vez leyendo. De pronto, el colectivo empezó a llenarse de señoras más o menos maduras y más o menos obesas, encendiendo en la mente del hombre la pregunta del millón: ¿Son estas mujeres lo suficientemente viejas y gordas para que amerite darles el asiento? ¿Soy un ser despreciable por hacerme estas preguntas? Y el hombre intenta ganar tiempo, buscando una respuesta a estas preguntas, y jurándose a sí mismo que si se tratara de un caso cerrado, una embarazada o una anciana de 120 años o incluso un hombre con un bebé en brazos, saltaría de su asiento como expulsado por un resorte. Pero la ambigüedad de los casos que lo rodean lo confunde. Y mientras se debate en estas cuestiones miserables, sube una embarazada y ¡Bam! ¡Otro caballero le da el asiento, Epaminondas! ¡Él ni siquiera ha alcanzado a elevar sus nalgas tres centimentros del asiento que su competidor ya ha culminado la transacción, ganándose el agradecimiento y reconocimiento mental mínimo de los presentes!
Ahora su asiento se le antoja incómodo. Un lecho de Procusto, Epaminondas. ¿Recuerdas la historia del lecho de Procusto? ¡Bravo, Epaminondas! La posesión del asiento no le resulta tan grata; observa a las semi-viejas semi-obesas a su alrededor y comprende que debió levantarse mucho, mucho, mucho antes, Y se levanta, confiando en que recuperará algo de su dignidad, pero ya sin posibilidad de adoptar gesto heroico alguno, o “otorgar” el asiento a quien él elija, lo tira a la marchanta, Epaminondas, y se retira humillado confiando en su anonimato e invisibilidad. ¡Ese es un hombre al que un gesto pequeño pero miserable ha reducido a la abyección! ¡Ese es el rostro que nunca deberás ver en el espejo, Epaminondas! ¡Recuérdalo por siempre, Epaminondas! ¡Aprende, Epaminondas! ¡Aprende! ¡Conserva esta lección, Epaminondas!
miércoles, 14 de marzo de 2012
¡Viejos oficios olvidados del futuro: El llevador de gente!
Buenos Aires, 2097.
Entrevistarse con Don Manuel Rivera, ex “chofer” (ahora explico, ahora explico de qué se trataba, ya va, ahora explico, tranquilo), es algo así como enfrentarse a una Leyenda Viviente –o casi, ya que Don Manuel es mantenido con vida en forma completamente artificial mediante un poderosísimo equipo electrógeno injertado en el codo- o un prócer, uno de esos Hombres de Hierro que poblaban nuestro mundo en aquella lejana Edad de Oro, aunque parezca incoherente desde el punto de vista metálico. Porque Don Rivera realizaba una tarea que aunque parezca increíble, en esos tiempos era fundamental: Llevaba gente de un lado para el otro.
“Hoy con la tecnología que hay hoy día es impensable hoy que la gente tenga que trasladarse, así, físicamente, a un lugar. Pero en esa época la gente debía ‘ir’ a lugares, así como te lo digo”. Pierdo el conocimiento por unos segundos, de la impresión, de sólo imaginar el sufrimiento y el esfuerzo que el hombre común de esos tiempos debía llevar a cabo. Y me pregunto –con una conexión bio-telepática al encéfalo de Don Rivera, para que me conteste: ¿Y adonde debían “ir” las personas? (porque yo así solo no me lo puedo imaginar, la verdad). “Y… Iban a su trabajo… O a hacer sus cosas”. Pierdo el conocimiento nuevamente ante la mención de ese flagelo del siglo pasado, el “trabajo” (afortunadamente hoy realizado por nuestros modernos robots. Bueno, y por esclavos, gracias a la derogación de la Asamblea del Año XIII realizada el año 2013, como parte de los festejos del bicentenario).
Cuando me despierto, Don Rivera me observa con ojos que revelan una mezcla de desconcierto, perplejidad y desprecio. Reconozco que no pertenezco a esa raza de hombres de hierro que “trabajaban” y “iban de un lugar a otro”. Pero tengo mis cosas, tengo mis cosas. Qué se yo. Le pregunto entonces a Don Rivera: ¿Y cómo los llevaba? ¿A upa? ¿O había una máquina? “Había, había. Había una máquina. Había diversas máquinas. Había una máquina que se llamaba ‘taxi’, que era como un… como un… Bueno, era como uno de esos teletransportadores actuales, pero tenía abajo unas cosas redondas, que se llamaban ‘ruedas’” Aunque soy incapaz de entender a qué fljjtroppporiuuu (N. del T.: Una palabra del futuro) se refiere Don Rivera, hago el intento y para ganar tiempo le digo “Fascinante”. “Esas ruedas giraban, y por un efecto de acción y reacción el coso ese se movía. Entonces uno se metía ahí adentro y al rato llegaba a otro lugar.” “Fascinante, fascinante”, le digo, transpirando a mares por el esfuerzo de infructuosa visualización mental. “Estas cosas tenían diversos tamaños. Había unas muy grandes, que llevaban mucha gente, y se llamaban ‘colectivo’. Otra era todavía más grande y se llamaba ‘tren’,y servía para viajar grandes distancias, kilómetros y kilómetros”
Me despierto de mi vahido, por imaginar el esfuerzo titánico de trasladarse hasta el “trrnme” (“tren, tren”, me corrige Don Rivera, algo ofuscado) y luego, una vez ahí, pasar tooooooooooooodo el tiempo necesario para llegar al otro “lugar”. Y o comprendo. Recuerden que esto ocurría hasta hace menos de cien años. No estamos hablando de la Edad media, aunque lo parece. ¡O sea, pará, prrtkouuu (N. del T: Otra palabra del futuro), la gente agarraba e “iba” desde un “lugar” a “otro”. Es demencial si te lo ponés a pensar. Aparte, ¿para qué? ¿Tan importante era lo del “trabajo”? Don Rivera acota: “A veces la gente se trasladaba por su propia voluntad. Para ‘viajar’, como se decía en ese entonces, o para ir al cine.”
Por supuesto, sé de lo que me habla. Mi padre, en su infancia, todavía utilizaba los teletransportadores para eso de “viajar”, antes de que se hubiera realizado el Amasacotamiento Virtual Universal, que permite que todo esté condensado en un punto infinitamente pequeño. Y que es mucho más cómodo y barato, a nivel justamente traslado, alquiler, etc. Lo que no concibo es que la gente permitiera que ese proceso se realizara sin recurrir NI SIQUIERA a la desintegración y reintegración molecular. ¡Es una locura! ¡Jhaagoorrrtuuuu (N. del T: Otra palabra del futuro, en este caso medio fea)!
“Aparte”, dice Don Rivera casi regodeándose, anticipando mi horror, “el temita ese de viajar podía ser medio incómodo. La gente viajaba parada, a veces. Otras viajaba parada y con el ‘colectivo’ o ‘tren’ lleno. Por eso se le daba tanta importancia al ‘lugar’ al que había que llegar, que por lo general era una porquería, pero te lo vendían como que ‘uy uy uy, qué bárbaro venir a este lugar, lo vas a para bomba o bien vas a ganar un montón de plata o las dos cosas!’ Nada que ver. La verdad, un lugar y otro medio que era lo mismo. En todos había gente pelotuda, coca cola y pantallas. O levísimas variantes de una o más de estos tres elementos (como mucho, en los casos donde si me apretás un poco te acepto que podía llegar a valer la pena había pileta). Pero te lo vendían así para que el hecho del traslado pudiera ser un infierno; total lo importante era el punto de destino.”
Me despierto cuatro días después (por otro vahido). Esta vez es la diabólica astucia de los líderes de la época la que me produjo una severa lipotimia virtual. A diferencia de esta Era, donde el hecho de vivir como micro-memorias electrónicas en el interior de un gluón de tamaño infinitesimal (adentro de un tarro recubierto de kletonio plasmático) nos permite cruzar nuestro universo en un abrir y cerrar de ojos (si tuviéramos ojos), incluso aunque no haga falta ya que tenemos todas nuestras necesidades satisfechas (si tuviéramos necesidades) y en cuanto se nos ocurra (si se nos ocurriera algo, claro que esto no es necesario gracias al Calendario Predeterminado de Ocurrencias que viene con la Tarjeta Perfoverificada que nos insertan –en el recto, porque recto tenemos- el día de nuestra Generación Vital vía Twitter©) y que conlleva nuestra felicidad automática e infinita durante las 24 horas del día, las gentes de ese pasado fastuoso estaba condenada al traslado (otro vahido).
¡Adiós, Don Rivera! ¡Sirva su rostro de bonhomía (proyectado mediante un fractal de rayos gamma sobre el sistema límbico de la Máquina) como recuerdo de aquella Edad de Oro donde Hombres de Hierro viajaban en ‘colectivos’ de bronce, y era ud. el Gran Hermano, Conductor , Pastor Alemán y Alumno Guía de esas personas que iban de un “lugar” a “otro” (aunque muy muy muy claro de cómo era que hacía no me queda)!
lunes, 12 de marzo de 2012
¡Lanzan catálogo de frases célebres para chantas!
“¿PARA QUÉ LLENAR MI CABEZA DE DATOS QUE PUEDO ENCONTRAR EN UN LIBRO?”
Autor: Albert Einstein, físico alemán, creador de la teoría de la relatividad. Sus trabajos revolucionaron el mundo de la ciencia y dieron pie a la creación del Holocausto Nuclear. Un bocho.
Utilización: Por ejemplo, para justificar que ud. no sabe que Montevideo queda en Uruguay, el significado de la palabra “fotosíntesis” o que 8 por 6 es 48. Si se anima, hasta puede justificar el tirarse un gas en mitad de una reunión familiar: debe haber algún libro de buenas costumbres donde aparece ese dato. Puede aplicarse también a infracciones de tránsito, hurtos de material de oficina, pobre desmpeño sexual, porque mal que mal, todo está en un libro.
Usuarios más frecuentes: Autodidactas, blogueros, intendentes del conurbano, artistas plásticos.
Contraataque: “¿Bueno, y no es hora de que consultes el libro ese, hijo de puta?”
Contra-contraataque: “Lo haría, pero no quiero llenar mi cabeza de datos que puedo encontrar en un libro.”
“¿CUÁNTO ME COBRA POR ESE RETRATO?”
“DOSCIENTOS FRANCOS”
“¿QUÉ? ¡SI LE TOMÓ QUINCE MINUTOS HACERLO!”
”PERO DIBUJAR ASÍ ME TOMÓ CUARENTA AÑOS”
Autor: Toulouse Lautrec, cuando tenía cuarenta años. Afamado pintor, enano y libertino francés. Aparte usaba un bombín y unos anteojos con cuerdita y aparece en la famosa película gay “Moulin Rouge”. Y la verdad que la frase es una ge-nia-li-dad.
Utilización: Por ejemplo, para cobrar cinco pesos una Rhodesia. “¡Pero si sale uno con cincuenta!” “Sí, pero ser kiosquero me tomó cuarenta años”. No falla. En general se puede cobrar cualquier cosa por cualquier tarea, siempre que ud. tenga los años suficientes. En cambio se desaconseja utilizar esta frase si tiene veinte años o menos, porque ahí capaz se le vuelve en contra. Sí, sí, es válido agregarse años si hace falta.
Usuarios más frecuentes: Artistas, médicos, músicos, plomeros, cerrajeros, escribanos, maestros queseros y en general cualquier “trabajo” donde se cobren tarifas excesivas.
Contraataque: “¡El pintor de la vuelta tiene setenta años y me cobra la mitad!”
Contra-contraataque: “Bueno, pero yo soy Toulouse Lautrec, qué mierda”.
“SI QUIERE QUE PREPARE UN DISCURSO QUE DURE TRES HORAS, DEME UN PAR DE DÍAS PARA ESCRIBIRLO. SI QUIERE QUE DURE VEINTE MINUTOS, DEME UN MES”
Autor: Woody Allen. Dramaturgo, humorista, actor y director de cine de reconocida trayectoria. Incluyó conceptos de psicoanálisis y filosofía en sus obras y películas y se convirtió en uno de los grandes íconos del cine y aparte toca el clarinete. Un verdadero Poronga.
Utilización: Por ejemplo, cuando ese artículo de 7.000 palabras que le pidieron tiene, ponele, 200. La genialidad de la frase consiste en que cuanto menos trabaja, da la impresión que trabaja más. Y encima tiene un mes para escribir esas cuatro líneas de mierda, y todo con la excusa de la síntesis y toda esa boludez. Tiene además de su lado la holgazanería intrínseca del ser humano, que se sentirá un alivio psicológico al saber que sólo va a tener que revisar media carilla. el resto de la ponencia puede llenarse con un malabarista o algo en vivo.
Usuarios: Novelistas, redactores de notas de investigación, conferencistas, estudiantes universitarios, directores de cine independiente, arquitectos y en general toda la gente que tarde más de lo razonable en hacer sus cosas.
Contraataque: “Ok, ok, si querés que te pague quince mangos, pasá mañana. Si querés las diez lucas que arreglamos, vení el 2025”
Contra-ataque: “Bueeeno, bueeeno, mañana te mando el coso, qué carácter, no se puede hacer una broma”
“LA LITERATURA DEBE SER UNA FORMA DE LA FELICIDAD. SI UN LIBRO ABURRE, HAY QUE DEJARLO POR LA MITAD”
Autor: Jorge Luis Borges. Emblemático escritor argentino, profesor de literatura inglesa, director de la Biblioteca Nacional y casi, casi, casi Premio Nobel, o sea, un tragalibros consumado así que era una autoridad en el tema. Encima te leía libros siendo ciego, ¡tomá!
Utilización: Por ejemplo, para dejar un libro por la mitad. O un artículo, o una película o una fiesta o un matrimonio o en general cualquier cosa que le dé fiaquita. Levántese en la mitad, diga “este cuerpito se retira” y haga su vida, ¡tiene la autorización de Borges!
Usuarios frecuentes: Estudiantes secundarios, estudiantes universitarios, blogueros, críticos literarios y locutores de radio.
Contraataque: “Bueno, pero el libro ese tiene 400 páginas y vos lo dejaste en la página 5. ¿No sabés lo que quiere decir ‘la mitad’?”
Contra-contraataque: “No. ¿Para qué voy a llenar mi cabeza de datos que puedo encontrar en un libro? Ah, no, pará.”
jueves, 8 de marzo de 2012
¡Lanzan saludo que quiebra el récord de Corrección Política!
¡En este Día de la Mujer, muchos saludos a todos y todas!
¡La vida es un Jake & Elwood!
El Carameluchi de la Felicidad: En el gimnasio al que voy pusieron un “basurero electromagnético”, una de esas invenciones para decir “Cosa e’ Mandinga”. Se trata de un aparato increíble, cuya tapa se abre –en forma total y completamente automática- al acercar la manito. Luego, pasados unos segundos que el aparato considera suficientes para arrojar el residuo, se cierra. No estoy muy seguro de cuál es la utilidad específica de que esta máquna se encuentre en un gimnasio; sólo puedo imaginar que sirve para arrojar un residuo (por ejemplo, el tarro vacío de aminoácidos vigorizantes -a.k.a. “la papota”) mientras uno hace tríceps con una mano al tiempo que realiza algúna calistenia de piernas, lo que impediría el uso de un tacho con tapa suelta o a pedal. ¡Bien!
El Carameluchi de la Felicidad: ¡Ah! ¡Cómo! ¿Otro? ¡Bueno, estamos como queremos! He sido bendecido con el aporte de 5 (cinco) plumas Guillot 170, una especie que creía completamente extinguida, por parte del Sr. Pepe “Ñok” Márquez, parte de un remanente heredado directamente del finado Dani the O. Así que no sólo me hallo en posesión de un pequeño tesoro desde lo material sino además de un recuerdo invaluable; sólo confío en que no me ocurra aquel sortilegio de “Las Manos de Orlac” y de mi pluma sólo salgan “La Pulga Ochoa” y “Peto, el pato puto”. ¡Bien!
El Dardo Emponzoñado con el Curare de la desdicha: Nada demasiado específico para destacar, así que calculo que mi hipertensión, palpitaciones, insomnio, falta de aire, mareos, cefalea, ceguera, desvanecimientos, insuficencia renal y eventualmente muerte deben ser un caprichito de mi parte. ¡Mal!
En la eterna batalla del Bien contra el Mal, hoy ganó el Bien 2 a 1. Miren, otro desopilante Curriculum Vitae de Igor (“Al taller en grúa y al médico en ambulancia” va directo a mi escudo de armas), el gordito que aparece en todas las películas y la casa que se parece a Hitler, ¡JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA!
miércoles, 7 de marzo de 2012
¡Propugnan nuevos Rogerwatterismos!
“No, no, no, mis declaraciones fueron completamente sacadas de contexto. Cuando le dije a Mitre ‘no trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos esos salvajes’, no quise decir que no había que economizar sangre de gauchos en el sentido de que había que desangrarlos hasta que desfallezcan y mueran. No, no, no. Yo quise decir por el contrario que hay que tener más gauchos. O sea, que este país necesita la noble y potente sangre de estos hombres extraordinarios, que asi te doman un caballo como te pialan un ternero y te carnean un toro y te hacen un asado con el parquet y te meten las patas en la fuente todo al mismo tiempo y sin que se les mueva un pelo. ¿Viste cuando decís ‘cabezas de ganado’ para decir ‘vacas’? Bueno, lo mismo. ‘Sangre de gauchos’. Justamente, su presencia ‘abona’ el país, lo hace más rico y fértil, como la caca de vaca. Y lo de que casi que no son humanos es un decir, es que de lo habilidosos que son en las tareas camperas parecen sobrehumanos, verdaderos Supermans de nuestra época.” (Domingo Faustino Sarmiento)
“Noooo, pará, cuando te dije que en seis meses te iba a devolver las 35 lucas que me prestaste, en ningún momento quise decir que en seis meses te iba a devolver las 35 lucas que me prestaste. ¡Me re malinterpretaste! ¡Sacaste mis palabras totalmente fuera de contexto! ¿A quién se le ocurre? ¿Qué soy, Rockefeller??? Fijate que en la misma proposición –la de devolvértela- hay una contradicción lógica bastante obvia: ¡Si pudiera juntar la guita para devolverte las 35 lucas jamás te las habría pedido! Lo que yo te quise decir es que no te las pienso devolver un carajo y que se las vayas a cobrar a Magoya, pero te lo quise decir con delicadeza, es decir, diciendo lo contrario, especialmente porque te lo dije antes de que me prestaras la guita. Tal vez el problema es que fui demasiado delicado, capaz que tendría que haber sido más hijo de puta, más brutal, pero no hay caso, a mí me educaron de otra manera. Me decepciona bastante que pretendas que me convierta en elgo que me repugna profundamente. (Dolido) Por favor, retirate, tengo que reflexionar.”
“¡Jamás dije eso de ‘no resistáis al mal que os quieran hacer; si alguno te golpea en una mejilla, ofrécele también la otra’! Me re malinterpretaron. O sea, sí, ta bieeen, ta bieeen, te acepto que dije ‘no resistáis al mal que os quieran hacer; si alguno te golpea en una mejilla, ofrécele también la otra’, pero no quise decir eso así literal literal exacto. Somos grandes, me parece que no hay que ser tan gallego, o a vos si te dicen ‘el que se quema con leche ve la vaca y llora’ te creés que el tipo es tan boludo y tan mantequita de ver una vaca y llorar, no, yo lo que quise decir es ofrécele la otra, pero la otra mano, o sea la tuya. Y ofrécela hecha un puño contra la boca, para bajarle la mitad de los dientes. ¡Mirá si un tipo me pega y yo le voy a ofrecer la otra mejilla!!! Qué es esto, ¿clases de masoquismo? Re perverso me parece, no sé, capaz que ustedes tienen un problema.” (Jesucristo)
“No, me re malinterpretaste. Yo cuando te dije –en un comentario de blog- ‘nabo, pelotudo, infeliz subnormal tragaleches de la san puta, más vale que no te vea por acá porque te muelo a golpes’ no quise decir ‘nabo, pelotudo, infeliz subnormal tragaleches de la san puta, más vale que no te vea por acá porque te muelo a golpes’ y menos aún te estaba desafiando a que vengas por acá a la puerta de mi casa a las cuatro de la mañana. A propósito, ¿quién te dio mi dirección? No importa. La cosa es que yo te quería decir que te respeto muchísimo como oponente, tanto como para soltarte esa retahíla de insultos. Justamente si no te respetara, si no te considerara un digno adversario, casi casi te diría que un camarada de armas en la lucha en pos del conocimiento (a través de la discusión franca y honesta), un AMIGO, no te diría nada. Y respeto tanto tu opinión, tus razonamientos son tan claros y precisos que no necesito que te allegues personamente para decírmelos, acá a mi casa a las cuatro de la mañana y con un nunchaku. (Resuello) Por último, tengo acá en casa (saca la billetera y cuenta) unos doscientos veinte pesos, que estoy dispuesto a darte si no me hacés daño y no le contás esto a nadie.”
“Bueno, bueno… Yo entiendo, yo entiendo que cuando dije que había leído ‘las obras completas de Sócrates’ tal vez interpretaron que yo estaba diciendo que había leído ‘las obras completas de Sócrates’ (Sic) Y entiendo que se me hayan cagado de la risa, soy consciente de que Sócrates no escribió nada, pero todo se debe a una confusión, una malinterpretación y una sacadura de contexto, yo quise decir que no había leído nada de Sócrates. ¡Justamente, si Sócrates no escribió nada! Y lo estaba diciendo con mi gracia y carisma característica. Tampoco voy a gastar saliva en decir ‘No leí nada de Sócrates’, qué clase de Estadista sería sino fuera darle a mis palabras un mínimo de gracejo y materia para la reflexión. Pero en definitiva estaba aceptando con humildad mi ignorancia sobre el tema: ‘Sólo sé que no se nada’, como dice Sócrates en todos sus libros (sonríe y guiña el ojo)” Carlos Menem).
“No, Norberto, pará, dejame explicarte, Norberto, yo cuando te dije que hoy a la tarde iba a tener el trabajo listo sin falta en ningún momento quise decir que hoy a la tarde iba a tener el trabajo listo sin falta. ¡Sería un contrasentido! Yo lo que quise decir es que yo iba a tener listo el trabajo, o sea yo, sin falta. Como que lo iba a a tener –listo- al trabajo, para trabajarlo, antes de terminarlo. Se ‘trabaja’ algo cuando todavía no está terminado, cuando uno lo ‘termina’ deja de ser un ‘trabajo’ para convertirse en una ‘obra’ o ‘cosa’. Sin contar con que el ‘trabajo’, hoy a la tarde, sin falta, lo iba a tener yo. No vos. Yo. Si no, te habría dicho ‘vos vas a tener la obra (la cosa) lista, entregada por mí’. Porque yo, cuando lo termino, te lo entrego a vos. ¿Se entiende, Norberto? Otra cosita, ¿el cheque cuándo lo puedo pasar a buscar?”
¡Taller Literario: Los Registros del Habla!
Me reclaman que no di dos o tres clases del Taller Literario, o cuatro o cinco, el número no importa, no vamos a convertirnos en esclavos del frío número y al parecer ya me habían pagado la platita, no sé, eso dicen ellos, no me voy a poner a discutir ni pichulear -tampoco me llamo cinco luquitas per cápita- así que para compensar les tiro un regalito.
Viste que cuando escribís una novela, o una película, o un manual de instrucciones o un Twitter, tenés que ocuparte de que no todos los personajes hablen igual. Cosa que es DIFICILÍSIMA, porque después de meter un gangoso, un tartamudo y un gallego ya como que las formas de hablar se te empiezan a agotar. Y cuando ves que todos los personajes, desde el Emperador Oriental a la huerfanita que vende flores terminan el 99 % de sus frases diciendo “¿nocierto, jefe?” es como que no queda bien. No queda bien.
Por eso, el Taller Literario de Yo contra el Mundo regala en esta ocasión, para usar en tu novela, guión o manual de instrucciones, nada menos que TRES (¡3!) FORMAS DE HABLAR DIFERENTES, para que puedan caracterizar con un mínimo de gracia a tus personajes. De nada.
UN TIPO MUY AUTORREFERENCIAL QUE TODO EL TIEMPO HACE DIGRESIONES SOBRE COSAS QUE HA HECHO EN TAL O CUAL MOMENTO:
“Mirá, yo de este tema de los impuestos aduaneros algo sé –porque yo alguna vez fui a la Aduana para hacer unos trámites- y te puedo explicar un poco de qué se trata –porque yo siempre he tenido interés en explicarle las cosas a los jóvenes, no te olvides que yo alguna vez fui a dar una charla sobre mi trabajo –armo esos perritos que mueven la cabeza- al jardín de infantes de mi hija- y lo que se puede decir es que acá –porque a mí lo que más me importa es el aquí y ahora, no me parece que haya que estar mirando el futuro con la nuca, como dicen, y siempre he actuado en consecuencia- las cosas no están claras –y yo siempre en mi vida he tratado de tener las cosas claras aunque en este país parece que tener las cosas claras fuera un crimen-, para empezar no está muy claro el tema de los impuestos aduaneros –y yo a lo largo de mi vida te puedo decir que si algo hay que tener claro es el pago de los impuestos –porque yo si hay algo de lo que me enorgullezco es de nunca haber dejado de pagar los impuestos- y no es que yo sea un potentado -aunque si hubiera querido yo hoy sería multimillonario- y al no estar claro este tema –y te aclaro que de haber sido multimillonario hubiera seguido pagando los impuestos, no como más de alguno que yo conozco –entonces se hace muy difícil entenderlo –aunque yo en mi vida siempre antes de hablar de cualquier cosa he procurado enterarme y estudiar el tema –porque vivimos en un país donde cualquiera opina sobre cualquier cosa- y si no sé de un tema prefiero cerrar la boca, que no cuesta nada –y además, de ser multimillonario el único lujo que me habría dado es comprarme un flipper. ¿Entendés cómo es la cosa?”
UN TIPO QUE HABLA CON PEQUEÑAS DEFORMACIONES LUNFARDAS DE PALABRITAS HASTA QUE NO SE LE ENTIENDE UNA GOMA:
“Hola, ¿qué me contursi? ¿Qué talco? ¿Viento? Vengo de comprarme un tragedia, me aprieta un poco en las bolivianas pero me hicieron un diego de descuento. Y, sí, no tuve que poner mucha guitarra, me salió tovarich, lo que pasa es que tengo un casuario el sabatino y tengo que estar a tonelli, a ver si conozco una minaverry y después la invictus a tomate cherry un vinazzi en algún caferatta del Bajel, hace tempura que no salgán-de lío con una chicago y ya me ciento un dálmatas medio solari irigoyen, para mí con una minimercado, una boticceli de whiskas y un tango & cash soy felicioni, no precioso much music massacessis cosacos. Soya un tipografía de gustavos ceratis simple minds. Me criadillas en un barrilete de amadeo genta noblex, de almorrana purina, que te da la manu ginóbili sin pedrazzini nadia komanechi.”
UN CAMPESINO DEL SUR NORTEAMERICANO QUE HACE TODO EL TIEMPO COMPARACIONES CON COSAS DE CAMPESINO:
“Sí, señor, la vida en las montañas es dura, dura como la carne de un viejo mapache poco cocido. Pero sólo aquí se respira aire puro, puro como el orín de un cerdo alimentado a manzanas maduras, maduras como una mula a punto de jubilarse, si señor. Y sólo aquí tus hijos se quedan junto a ti hasta que estás bien muerto, muerto como un aligátor recién desollado para sumarlo a la parrillada caliente, caliente como una gata montesa viuda. Y la vida pasa lentamente, lenta como una serpiente cascabel vieja, vieja como una cabra montesa sin dientes, sin dientes como un tenedor de latón que ha atravesado demasiados filetes de aligátor demasiado cocidos, demasiado cocido como el huevo de una gallina adolescente. No, no, no, señor, no me quejo, aunque alguna vez me hubiera complacido conocer aquello que los citadinos llaman mar. Dicen que es enorme, enorme como la vejiga de un cerdo alimentado a cerveza, cerveza como una botella de sidra añejada demasiado tiempo, demasiado tiempo como el que se necesita para hervir un escabeche de nutria raquítica, raquítica como un aligátor criado a heno amarillo, amarillo como la clara del huevo de una gallina con temblores, sí señor. Y también me hubiera gustado comer una pizza, dicen que es redonda, sí, redonda como los testículos de un cerdo famélico, famélico como un sabueso abandonado por comerse a tu primogénito un día de verano. Y dicen que tiene aceitunas ovaladas, ovaladas como los ovarios de una lechuza bien alimentada, señor. Así es, señor.”
lunes, 5 de marzo de 2012
¡Una buena idea puede destruir el mundo!
“No se les cae una idea”, dice el Segundo Sub-asistente del Dto. de Marketing de tu empresa y con esto el tipo se ganó el día; con esto, ganó un par de días de no hacer nada mientras le tira el fardo a los otros tipos hasta que a estos se les “caiga” una idea.
Y yo pregunto: ¿De dónde salió esta expresión tan horrenda e imbécil? Yo se los voy a revelar: de la gente que no tiene ideas nunca. La prueba está en que este tipo de subhumanos bien vestidos creen que las ideas se “caen”. Que aparecen mágicamente en raptos de inspiración bajo la forma de un Unicornio Fantasma con los cascos llenos de Florecitas Parlantes que te susurran ideas al oído. Sin embargo, los tipos que tienen ideas buenas suelen ser sujetos oscuros, de espaldas encorvadas y expresión agria, que pasan sus días y sus noches encerrados en un cuartito, consultando viejos volúmenes llenos de polvo, lanzando frases inconexas al azar y realizando bocetos en un cuadernito hasta que de todo ese garrapateo estéril surge un susurro, una punta de ovillo, el asomo de un fantasma de espectro de espíritu envuelto en una voluta de humo, que con mucho trabajo, más garrapateo, recursos nobles e impíos, leves dosis de robo y prevaricación puede convertirse en una idea entre chota y burda. Con muuuucha suerte, una menos mala.
El Sub-asistente, entre consulta de Facebook y seteo del Happy Hour de la fecha, ni siquiera llega a ese estadio, y sigue en su halitosa nube de pedos, creyendo que las ideas “se caen” como manzanas o cascaritas de sangre coagulada.
Dicho esto, pasemos a hablar mal de las ideas. Porque en primer lugar, como escuché por ahí, “con una idea no se escribe un libro”. Y en segundo lugar, pocas cosas pueden ser tan dañinas y paralizantes como las ideas. Y convengamos además que no hace falta estar especialmente dotado para tener una idea. Ideas tienen hasta los perros. Por ejemplo, yo tenía un perro que tuvo la idea de cagar en la escalera. Muchas veces la tuvo. Era una idea digamos recurrente, casi una obsesión artística, como la de Borges con los laberintos y la de los creativos de cerveza Quilmes con los lúmpenes de barba candado. Pero una idea al fin.
Pasemos a categorizar los más siniestros tipos de ideas, y cómo combatirlas:
“PIERRE NODOYUNA”: Llamamos así a la buena idea, mal ejecutada, por torpeza, escasa suerte o poca colaboración de nuestro peludo y risueño co-piloto. Es en esta categoría que vemos claramente la enorme distancia entre el universo etéreo y platónico de las ideas y el mundo tosco y mal terminado en el que vivimos, y cuyo representante más acabado somos nosotros mismos.
De un lado, la idea, prístina, pura, brillante e intocable como el legendario diamante Koh-i-noor, ganadora del Oscar, el Nobel y la Cucarda, o de algún premio que combine a estos tres, especialmente inventado para reconocer nuestra obra maestra; del otro, su ejecución torpe, desmañada, incompleta. Está realizada en cartón de caja de pizza, con marcador al agua verde y todos los personajes tienen el mismo nombre porque no se nos ocurrían otros. No está mal, pero tampoco está bien. Pasa sin pena ni gloria y nuestros familiares más queridos la leen con una sonrisa a media asta, y evalúan: “Qué bien que te estés dedicando a lo que te gusta”.
Cómo se arregla: O se pasan años tratando de acercar la ejecución a la idea, cosa que es RE DIFÍCIL, o acercamos la idea a la ejecución; se llama “bajar las pretensiones” y comprendemos que no damos un William Faulkner, pero capaz que arañamos un Sidney Sheldon, lo que no está mal (y, no, tampoco está bien).
“THE UNBORN”: Pariente cercana de Pierre Nodoyuna, “The Unborn” es sencillamente la idea no ejecutada jamás. El motivo es el mismo: la idea es tal vez demasiado buena. Probablemente sea mejor que nosotros mismos y toda nuestra familia y nuestros amigos y nuestro barrio. Y, tal comos si una Raquel Welch de dos metros se nos presentara completamente semidesnuda en nuestros aposentos y dijera “Hazme lo que quieras”, nos paraliza completamente, sin saber ni por dónde empezar; y culminamos fláccidos y en un rincón, en posición fetal, repitiendo una letanía.
Cómo se arregla: Releer “Pierre Nodoyuna”.
LA “IDEA”: Este tipo de ideas revela hasta qué punto ejecutivos, funcionarios, burócratas y contables se han apoderado del mundo. Porque lo que ocurre aquí es que en realidad la “Idea” no se trata de una idea per se, ni nada parecido. Es más bien una expresión de deseos, o la acción de poner guita, o un vapor indefinido ocupando el cráneo de alguien. Pero no es nada ni remotamente parecido a lo que los occidentales entendemos por una idea.
Este tipo de ideas suele ser expresada de este modo: “Tengo una idea: Quiero hacer un policial”. O “Quiero inventar algo que revolucione el mundo de las comunicaciones”. O “Tengo una idea, quiero ganar tres billones de dólares”. Lo que suele seguir a esta tormenta cerebral es que el tipo se pone con unos morlacos (o con un gran poder de persuasión basado en promesas e ilusiones sobre lluvias de dólares, ponele) y obliga a otras personas a tener una o más ideas y si es posible escribirlas y ejecutarlas. Por supuesto, una vez puestas en práctica, el emprendedor de turno pondrá el broche de oro: un cartel bien bien grande, en letras mayúsculas que reza “Idea de Roberto Pappalardo”.
Cómo se arregla: Ganando el Quini o recibiendo una cuantiosa herencia, que permita dejar a los Robertos Pappalardos sin su principal herramienta de confusión. Entonces, podrá ud. mismo ser el que le encarge el trabajito a los demás, mientras se va a cerrar contratos millonarios al Club Med bajo el hechizo de un masaje profesional.
EL “NIÑO PRODIGIO”: La idea es genial. En el papel, la idea es perfecta, no deja resquicios ni abujeros a duda y no entendemos cómo nadie la hizo antes. Como uno de esos niños que leen de corrido a los tres años o tocan el violín a los seis, creemos estar ante una promesa monumental. Lo alimentamos, nutrimos y mandamos a los mejores colegios.
Pero cuando el niño crece no sólo no pasa de ser un adulto que lee de corrido sino que no lo hace tan tan bien (medio que se trabuca cuando aparece un diptongo), y su concierto de violín se tolera sólo cerrando los ojos y recordando lo chuchi que este gordo de barba candado y remera de La Renga era a los tres años.
A diferencia de “Pierre Nodoyuna”, la ejecución ha sido irreprochable. Hemos seguido el esquema inicial milimétricamente, midiendo con regla, sin obviar un solo paso y respetando el Manual. Lo que entonces descubrimos es que la idea no era tan tan tan tan buena. Que la tuvimos una noche de entusiasmo alcohólico, pero evaporados los efluvios mágicos, tras un análisis superficial comprendemos que era una pavada; y por qué, además, nadie la había llevado a cabo. Entre otras cosas, porque además de ser una pavada, es una pavada irredituable, que es peor.
Cómo se arregla: Evitando el alcohol.
LA “IDEA AJENA”: No hace falta explicar demasiado. Puede ser una idea buenísima, pero tiene el defecto de ser de otro. Y ya sabemos que el otro es un estúpido. Ni siquiera hace falta voluntad de plagio para realizar una idea ajena. A veces se trata de una coincidencia fatal, con la desgracia de que el otro –maldito estúpido- coincidió antes. O un residuo que quedó enterrado en nuestro cerebro, muy al fondo y cubierto por capas y capas de sinapsis y falsos recuerdos, y que luego sale a la luz fingiendo que ha sido una idea nuestra, como en la película esa que hicieron ahora (que es una mezcla de “Pierre Nodoyuna” con “El Niño Prodigio”) y de ahí al juicio y el descrédito eterno hay medio paso. En suma, por el sólo hecho de ser ajena, la idea ya pasa a ser inservible. A menos que logremos disimular muy bien este detalle, claro.
Cómo se arregla: No haciendo nada, nunca.
THE SHADOW: Finalmente llegamos a la PEOR IDEA DE TODAS. La idea que puede llevarte al manicomio o a al infierno de la depresión y el caos. Se trata de la idea de que tuviste una idea muy buena, pero no te podés acordar cuál es. Aparentemente esta idea la tuviste el otro día, en el colectivo, o ayer antes de dormir, o tal vez en un sueño o mientras tenías una conversación muy íntima con otra persona y no podías decir “che, bancame que anoto algo que se me ocurrió mientras vos movías los labios haciendo ruidos”. Esto no sería grave si automáticamente nos olvidáramos de que la tuvimos. Pero no. Queda una especie de archivo temporal que se limita a informarnos que tuvimos una idea buenísima, pero ay, ay, ay, los detalles, digamos, el cuerpo, el meollo, el contenido de la misma, no, no, no, no te puedo decir. No está. No sé, ya va a venir.
Pero “The Shadow” no vuelve a presentarse con el rostro desembozado jamás; y enloquecemos tratando de recordar los detalles, o alguna puntita de donde desenroscarla y sentimos un cosquilleo en los dientes. Luego viene la segunda etapa de la enfermedad: la duda acerca de si “The Shadow” existió o fue sólo una ilusión o un dejá vu al revés. Pero no nos resignamos y pasamos una tarde horrible, rebotando entre los intentos de recuperarla y el esfuerzo de desecharla para siempre. Por suerte después uno se olvida hasta de que se olvidó; incluso cuando James Cameron tiene tu misma idea cinco años más tarde y se hace aún más multimillonario de lo que es. El Dr. Tiempo, ese Psiquiatra piadoso e impecable.
Cómo se arregla: Ya te dije el otro día: Hay que anotar, siempre hay que anotar. O no tener ideas, cosa que tampoco es tan difícil.
domingo, 4 de marzo de 2012
¡Los Consejos De Kharadabarharash: Decimosexto Rollo!
¡Vuelve Kharadabarharash de su viaje de sabiduría a medio oriente (volvió medio rápido, dice que por allá las cosas están un poco “desapacibles”), con las alforjas cargadas de consejos útiles y maravillosos con los que mejorar vuestras miserables y enquilombadas vidas! Y aparte son gratis.
*Sí Decidís Iros De Vacaciones A Un Lugar En La Ribera Donde Sea Posible La Visita De Palometas (A.K.A. “Pirañas”), Esos Salvajes Verdes Ensolves De La Vida Real –Y Con Dientes- Con Que Nos Obsequia La Madre Naturaleza, Cuando Decidáis Sumergiros En El Agua Habréis De Tomar La Precaución De Producir Gran Estrépito Y Ruido (Por Ej, Haciendo “Chapa Chapa”) Y De Este Modo Lograréis Mantenerlas Aterrorizadas Y A Varios Metros De Distancia. Esto Lo Sé Por El Sr. Diego Parés, Que Es Habitué De Estos Lugares De Vacaciones Y Hasta Ahora Ni Él Ni Su Familia Han Sido Mordidos Por Estas Bestias.
*Si Deseáis Optimizar Vuestro Tiempo De Espera En El Supermercado Olvidad Las Cajas Normales Y Desde Luego Las Denominadas “Caja Rápida” –Que Sólo Tienen De “Rápidas” La Velocidad Para Quedarse Con Algún Vuelto Mediante Precios Erróneamente Emplazados- Y Lanzáos A La Caja “Prioridad Discapacitados Y Embarazadas”, Ya Que Tal Como Reza Su Denominación, No Son “Exclusivas” Para Esta Tipología, Sino “Prioridad”, Y No Hay Ley Escrita Ni Tácita Que Impida Que Una Persona Digamos “Normal” Haga La Cola En Esa Caja. Sin Embargo, Cierto Falso Pudor O Temor A Ser Confundido Con Un Discapacitado O Una Embarazada Hace Que El Común De Las Personas Evite Estas Cajas, Estando Por Lo General Desprovistas De Público General; Por Último, La Media De Población De Estos Dos Sectores Es Comparativamente Bajo En La Geografía De Los Supermercados, Por Lo Que Es Escaso El Peligro De Una Cola Muy Extensa Compuesta Por Los Mismos. Esto Lo Sé Por La Experiencia.
*Si Sois Un Jugador Frecuente De La Lotería Argentina Llamada “Telekino”, Deberéis Evitar Jugarle Los Siguientes Días: El Día De La Madre Y El Día Del Padre, Ya Que Estos Días El Pozo Siempre Queda Vacante, Vale Decir, Nunca Gana Nadie. Esto Lo Sé Por Un Cuñado Que Tenía Un Kiosco Y Lo Comprobó Estadísticamente.
Por último, agrega “off the record” el Mono que habla tipo título: “No Dejéis Las Cosas Libradas Al Azar, No Confiéis En Nadie Y Recordad Que Tras Ese Rostro Afectuoso Y Angelical Puede Haber Un Lobo Con Piel De Cordero Listo Para Apuñalaros Por La Espalda Y Arrancaros El Corazón A Dentelladas”. Bueno, parece que hoy Kharadabarharash no tiene un buen día.
Miren, la terrorífica escena del túnel del Willy Wonka original. Es posible que Gene Wilder sea uno de los 17 mejores actores de la historia (y digo 17 para tener un poco de margen).
sábado, 3 de marzo de 2012
¡Taller literario: El Decálogo del Escritor!
Bueno, volvemos con el taller literario. Pero como hoy tuve mucho que hacer y no tuve tiempo para preparar lo que se dice una “clase-clase-clase”, me armé un “Decálogo del Escritor” de Podeti©. Si lo hizo Horacio Quiroga yo no voy a ser menos, aparte por lo menos yo no estoy loco así que de algún modo soy mejor. Básicamente, consiste en todo un año de talleres literarios, pero dividido en diez “ítems” o “cositos”; es decir que siguiendo estos consejos podrán ser escritores talentosos y de éxito.
Dicho esto, cabe aclarar que aunque con esto ya te arreglé lo de ser escritor, igual el taller sigue y hay que seguir viniendo porque si no la matrícula, bah, la matrícula, el depósito, mejor dicho, qué depósito, los dos meses de comisión, bah, qué dos meses de comisión, el DNI, bah, qué DNI, tu abuelito no se devuelve, por lo menos no “enterito”, no sé si me entendés lo que te quiero decir.
Y ahora, el “Decálogo”:
1) Escribe siempre, siempre, todo el tiempo, cada minuto del día, incluso cuando te estés lavando los dientes o cagando. Escribe incluso cuando estés escribiendo (otra cosa). Por ejemplo, yo ahora mientras escribo el Decálogo del Escritor de Podeti© estoy escribiendo un drama ruso, con una birome que tengo al lado de la computadora. Es complicado, pero con práctica se puede. Y si se te confunden las dos cosas –las cosas que estás escribiendo simultáneamente- tómate tu tiempo para desmezclarlas tipo a la hora de la siesta. Porque la siesta es sagrada. Pero nunca, nunca, nunca dejes de escribir, incluso frases inconexas o teorías de la conspiración o garabatuchis sin sentido, en las paredes de tu celda de rocas basálticas y con las uñas, y cuando se te acaban las uñas escribe con tus muñones sanguinolientos (comprar carilina). ¡Escribe!
2) No escribas palabras de más. La síntesis es la mejor amiga de la buena literatura. Nada hay más e infértil que el letal exceso de palabrerío insensato y la inútil multiplicación fastidiosa de parasitarios adjetivos estériles, inconsecuentes, oprobiosos y abyectos. Si no puedes decir las cosas con la cantidad exacta de palabras que necesitas, entonces a vender ajo, querido. A menos, claro, que cobres por palabra. Ahí es distinto.
3) Cuando termines tu escrito, aunque se trate de una novela de 3.000 páginas, quémala en tu chimenea de piedras basálticas y vuelve a empezar, con la certeza de que la segunda vez te saldrá más rápido -a menos que no hayas anotado. Hay que anotar, siempre hay que anotar.
4) El Autor debe conocer el Universo del que trata su Relato como si de su Dios se tratase; y manejar sus personajes como si fueran marionetas sin voluntad, y someterlas a pruebas cada vez más complicadas y tortuosas. Y si estas insignificantes criaturas se rebelan contra su más minúsculo Mandato Sagrado, debe enviarles calamidades, llagas y escoriaciones, plagas mortales y alimañas ponzoñosas hasta ahogarlas en la lava del Sufrimiento Eterno mientras se sienta a escuchar sus alaridos desgarradores con una sonrisa maliciosa e infinitamente justa en los labios. Para que aprendan. Pero sin ensañarse, eso sí.
5) Escribe siempre con buena luz (75 watts mínimo) y en un cuaderno rayado, con birome negra y cada tanto sal a dar una vueltecita. Y la siesta es sagrada.
6) Si no puedes escribir las dieciocho horitas y media propias del profesional, escribe dieciséis. Si no puedes escribir dieciséis, escribe doce. Si no, ocho. Si no puedes escribir ocho, o seis, ni siquiera una hora por día, escribe veinte minutos, pero escribe todos los días sin excepción. Aunque sea siete minutos, que sé yo. Cinco minutos también está bien. Es mejor escribir, ponele, tres minutos todos los días que cuatro horas al año (sacá la cuenta). Y si no, escribe aunque sea treinta segundos. O cinco. Escribe, si no puede ser de otra manera, un segundo por día –tipo tres letras (de las menos complicadas). Pero escribe todos los días. ¡Escribe! ¡Escribe! Y siempre hay que anotar. Fundamental.
7) No te quedes sentado a esperar la Inspiración. El Buen Escritor sale a buscarla: En la vida, en las calles, en las tabernas, en las cárceles, en los burdeles, en los viajes, y si todo Ello falla –o es mucho trabajo- búscala en otros libros, o en la tele. O en blogs ajenos de internet. No sabés la cantidad de Inspiración que se puede encontrar por ahí. A veces, con cortar y pegar la Inspiración ya terminás un cuentito o un articulito y podés echarte una siesta. Pero eso sí: por las dudas cámbiale dos o tres palabritas. A la Inspiración.
8 ) Cada párrafo, cada frase, cada oración está destinada a estar escrita con las Palabras Justas, aquellas que por sí solas son las únicas y exactas para ser utilizadas en el contexto de tu cuento o composición sobre la Vaca. Antes de escribir cada palabra, por insignificante que parezca, detente a pensar entre cinco y cuarenta minutos si es ésta la adecuada o si hay una aún mejor. Recuerda que una conjunción copulativa mal elegida puede redundar en el éxito o el fracaso de un escrito, y por tanto, tu éxito o fracaso como artista y ser humano. Revisa el diccionario de sinónimos, relee los clásicos, visita la Biblioteca Pública, organiza simposios, envíale cartas a tus amigos escritores para preguntarles qué les parece, por ejemplo, la palabra “escapulario” y si no habrá una mejor (para decir “escapulario”). Haz una encuesta o “focus group” para ver qué opina el hombre del común. Anota todo (siempre hay que anotar) Y una vez que –luego de horas y días y meses de investigación- hayas llegado a una conclusión, deséchala y sigue pensando, porque yo creo que siempre se puede mejorar. Busca durante años y lustros el vocablo justo, aunque tu barba se cubra de hilos plateados, o incluso de canas. Y cuando, desfalleciente, tu cuerpo transfigurado en un odre de huesos y piel seca, el rostro congelado en una macabra mueca de locura y odio, tu departamento infestado de pulgas y orín de gato, estés completamente seguro de que ésa y no otra es la palabra justa y jurada sobre un cúmulo de mil Biblias, escríbela. Y ahí nomás puedes pasar a la siguiente palabra. Bueno, y antes te puedes echar una siestita.
9) Ojo con la tecla CAPS LOCK, que después corregir es un quilombo.
10) Evita a toda costa los siguientes “vicios de escritor”: El ripio; el “Deus ex Machina”; el cliché; el estereotipo; la inverosimilitud; el final abierto; la oración muy larga; la palabra “vaca” escrita con be larga; la metáfora; la descripción; el retrato; el diálogo; la narración; las malas palabras; el ceceo; el alcoholismo; la masturbación; el froteurismo; la cleptomanía; la dislexia; el analfabetismo; el lomo pegado con plasticola; el precio muy alto (del libro); la siesta muy corta; el no anotar (siempre hay que anotar).
Y la yapa: Cuando vayas a la presentación de tu libro, procura llevar una birome, porque a veces te dan un marcador de esos gruesos y se te va empastando y despeluchando y al final los autógrafos te salen todos enchastrados.
viernes, 2 de marzo de 2012
¡Lanzan notables mejoras de la Guía “T”!
La CoMeTra (Comisión para el Mejoramiento del Trabajo Ajeno) ofrece en esta ocasión una serie de sugerencias para que uno de los mejores inventos del Hombrre –La Guía “T”- alcance niveles Divinos de Perfección. Se cree que, de incorporarse estas innovaciones, los actuales GPS quedarán completamente obsoletos.
La Guía “T” con autitos: Se trata de la misma Guía “T” (o Lumi, o Filcar, o la marca que ud. prefiera) , igual igual igual a la que está ahora, pero que viene con los autos que hay en la calle, dibujaditos en las calles del plano. Como para saber el tema del tránsito, si hay embotellamientos, etc. No hace falta ninguna tecnología ni interfaz satelital de ningún tipo: Simplemente mediante una investigación, censo de autos y reedición periódica, total el tránsito siempre viene a ser medio igual. Hilando fino, desde luego, debería haber una edición de Guía “T” para la mañana, otra para la tarde y otra para la noche, con diferente cantidad y disposición de autitos según la hora. Para el fin de semana no hace falta. Ya sería una exageración. Se premia con una suscripción anual gratuita de Guías “T” a quien encuentre su propio auto en la calle de algún plano.
El Planisferio “T”: La división en páginas redunda en practicidad para la manipulación de la guía, pero conspira contra la decodificación de distancias. Es difícil darse una idea de a cuánta distancia está uno desde Floresta a Palermo, por ejemplo, contemplando ambos puntos en páginas separadas. Para una visión global, la Guía debería venir con un plano desplegable donde poder visualizar la distancia total, de punto a punto. Sin embargo esto sería retroceder a la época de la vijea Guía peuser que, efectivamente, consistía en un librito con los colectivos y un incomodísimo mapa para desplegar. Proponemos entonces que, en una página intermedia entre la carilla de los planos y la de los colectivos venga POR ESCRITO una lista de posibles lugares a donde ir desde el plano presente y te lo calcule en más o menos cuadras. Por ejemplo, estás en el plano de Floresta, y en la susodicha página te dice: “Y… hasta Palermo tenés cuarenta cuadras”, o “Y… hasta San Cristóbal tenés Sesenta Cuadras”, o “Y… Cuadras más, cuadras menos, hasta Villa Pueyrredón tenés cincuenta cuadras”. Y así. Si funciona, una edición “Full” de la guía podría incluir, por ejemplo, cuántas cuadras tenés desde Villa Gral. Mitre hasta Boulder, Colorado, U.S.A.
La Guía “T-Borderline”: La división en páginas de la Guía conlleva otro problema: las páginas, debido a su condición de tal, tienen bordes. ¿Cuántas veces hemos tenido serios problemas de identificar un lugar, sitio o paraje adonde hemos de ir debido a que se encuentre “en el bordecito” de una página, a veces cortado por la mitad, el nombre de la calle inexistente o incómodamente impreso, conviertiéndolo en una virtual “Zona Fantasma” o Triángulo de las Bermudas que merced a la arbitrariedad de un diseñador gráfico (¡o la a veces brutal guillotina de la Imprenta!) queda fuera de nuestra capacidad de abstracción espacial? ¿Es posible que vecinos inescrupulosos y amantes de la exclusividad paguen a los fabricantes de Guías para colocar sus propiedades en los bordes, y de ese modo evitar la excursión o visitas de ciudadanos de otras tierras? Para paliar este grave flagelo, propongo que al final de las guías se incluyan papelitos (a modo de las Erratas de los libros) donde se hallen impresos parte del borde de una página con la continuación de la siguiente. Para tener una visión más totalizadora de esas Zonas de Exclusión. Bonus Track: Estos “bordecitos extra” pueden utilizarse como prácticos señaladores.
La Guía “T” al desnudo: Solucionadas las fallas que hacen al plano de la Ciudad, entendemos que falta. Falta la parte de los colectivos, que incluye recorrido, número y hasta un monono dibujito de perfil donde podemos ver de qué color es. Pero una guía útil y exhaustiva que nos permita trasladarnos con fluidez debería incluir: Ubicación exacta de las paradas, horario oficial de la llegada de cada interno a cada parada, horario real (con margen de error de media hora), estadísticas acerca de si el tipo para o no para, cantidad de pasajeros según el horario, porcentaje de posibilidades de enganchar un vehículo vacío si dejamos pasar determinado interno, carácter y análisis psicofísico de cada chófer (recuerdo el dato que me proporcionara un compañero de trabajo sobre un interno muy deseable porque el tipo “manejaba como un desesperado” y te tardaba doce minutos de Palermo a Saavedra), pasajeros recurrentes y su tolerabilidad, asientos con desperfectos, funcionamiento o no del timbre, aclaración de si el timbre es sonoro o silencioso (lo que nos evita la humillación de gritar “¡parada!” como un vejestorio cascarrabias a un chófer que ya está avisado), posibles oasis de carne humana en el interior del vehículo, cálculo integral sobre la posibilidad de subida de viejas o embarazadas (según sanatorios o consultorios de PAMI que se encuentren en el camino), si el colectivo es de la empresa de Macri o no de Macri, belleza del recorrido, etc. Incluiría además unas páginas en blanco POR COLECTIVO para incluir expereiencias personales, tipo “Con el de este interno me putié y le dije que lo iba a hacer echar” o “La máquina me cagó 50 centavos, reclamar la próxima vez”.
Confiamos en que estas mejoras sean aplicadas a la brevedad.
jueves, 1 de marzo de 2012
¡Top ranking descendente 35 de la pizza!
1) Gran Cordillera de esponjosa masa de pizza en un horno de leña intergaláctico, con picos nevados por toneladas y toneladas de mozzarela de buffala sobre una tenue y humidificada capa de salsa de tomates de huerta triturados artesanalmente con las patas de una aldeana italiana de ojos verdes, regado con un arroyo de hidromiel tinto.
2) Pizza casera amasada y cocinada en la cocina de una vieja casona de Pompeya, por una noble matrona de origen napolitano, desbordante de queso, tomates cortados, ajo y albahaca fresca, con un vaso de noble vino tinto mendocino.
3) Pizza de molde con muzzarela chorreante de pizzería histórica de la calle Corrientes, de esas que dicen que inventaron algo en plato de acero inoxidable acompañada de cerveza helada en balón.
4) Pizza de pizzería histórica de la calle Corrientes que se vino medio abajo con el correr de las décadas, el turismo y la mar en coche, acompañada de litrona de cerveza tomable.
5) Pizza de pizzería de esas con placa de patrimonio de la Ciudad empapelada con banderines y tapas de El Gráfico, acompañada por tinto de la casa, precio de turistas y mozos con el rostro marcado por el desprecio.
6) Pizza de la mejor pizzería del barrio, muzzarela que chorrea medio hasta la mitad, acompañada de una Coca Cola de vidrio helada.
7) Pizza sobrepreciada de cadena porteña de pizzerías de dos pisos y pelotero (con el queso medio anaranjado por el horno fuerte), acompañado por litrona de Quilmes.
8 ) Pizza a la piedra de confitería de viejas remodelada en los 90, normal, ahí, no va a pasar a la historia, Sprite o agua con gas.
9) Pizza menemista con cosas raras tipo salmón, ananá, rúcula, yogur, no sé, cualquier cosa, 150 pesos una grande, un robo a mano armada, regada con champagne medio mersa.
10) Pizza casera no profesional, hecha con bollo de pizza comprado en la panadería del barrio con muzzarela medio mal cortada por encima y tomate triturado de ese que viene en botella.
11) Pizza casera hecha con prepizza, queso port salut por encima cortado en daditos y puré de tomate de tetra brick.
12) Pizza comprada en el supermercado calentada en el horno.
13) Pizza de supermercado de esas “de marca” calentada en el microondas
14) Pizza de delivery de pizzería / empanadería barrial y desmañada, llega con el queso medio corrido para un costado.
15) Pizza de delivery de pizzería / empanadería barrial y un poco más desmañada, llega tibia, la parte de abajo medio negra y el queso pegado a la caja
16) Pizza de delivery de pizzería / empanadería barrial y muuuucho más desmañada, llega fría, de otro gusto, masa chiclosa, casi sin queso y aceitunas gomosas, se olvidaron el fainá. Y tardaron 90 minutos y tenés hambre y estás lleno de odio y encima el motoquero te pregunta si querés otro imán.
17) Pizza “de cancha”.
18) Pizza de Ugi’s, un sábado a las 3 de la mañana en el Obelisco.
19) Pizzeta de pub para boludos que salen a la noche.
20) Pizza de forma inaceptable, como el “cucurucho de pizza” que venden en Belgrano.
21) Pizza que quedó del fin de semana recalentada en la oficina.
22) Pizza fría, encontrada en el fondo de la heladera para engañar el estómago.
23) Pedacitos de borde de la pizza con algo de queso pegado, que dejó algún aprensivo en el plato.
24) Pizza italiana auténtica, consistente en un gran cacho de masa que se dobla todo, sin queso, sin gusto y sin pizza.
25) Pizza norteamericana auténtica, consistente en un gran cacho que se dobla todo y que le ponen queso rallado, como en “Haz lo correcto”. Disculpame, ¿a quién se le ocurre?
26) Pizza casera express, consistente en pan lactal o un cacho de queso, tomate cortadito y al horno, te podés jugar con un poco de ajo.
27) Pan untado en el tuco, con un poco de queso rallado engrampado de casualidad.
28) Flautita gomosa con queso de máquina y kétchup.
29) Resto de pedazo de pan del Big Mac con el queso amarillo ese pegoteado y kétchup ácido no solicitado.
30) Galleta de arroz con queso crema y dulce de tomate
31) Aceituna con algo del aroma de la pizza embebido por ósmosis
32) Papa frita con gusto a pizza
33) Chizito con gusto a pizza.
34) Palito salado con gusto a pizza
35) Rasqueteo con los incisivos del queso pegoteado en la parte de arriba de la caja.