Bueno, parece que ahora que las películas románticas de vampiros están saturando, viene otra: Películas sobre cuentos infantiles adaptadas al gusto de adolescentes calentorras. Por ejemplo, hoy se estrena “La Chica de la Capa Roja”, que es como Caperucita Roja pero acá Caperucita es una jovencita medio putona y el Lobo es un guachito licantrópico y el leñador es un recio muchachón de bíceps sudorosos, y todo así. Aparentemente se vieje también “La Bella Durmiente” y “Blancanieves”, toooodas con muchachitas muy fuertes y putonas y guachitos pálidos y de cráneos simétricos.
“Yo contra el Mundo”, siempre a horcajadas de las nuevas tendencias y cositas y novedades y aparatitos creados para llenar nuestros vacíos emocionales más profundos y aterradores y acallar esas “voces” que nos gritan pesadillas desde nuestro interior cuando quedamos solos -¡Sí, solos! ¡Una Soledad Cósmica e Insoportable!- en la cama y el ruido de nuestros propios latidos –que suenan en mitad de la noche como un segundero que nos empuja hacia la Nada Eterna- nos despierta cubiertos de transpiración, agarra y te imbenta otras posibilidades, a ver si algún pez gordo de Hollywood nos tira unos pesos (y nos podemos comprar alguna cosita, algún aparatito creado para llenar vacíos emocionales etc. etc.):
EL CHICO QUE DESPRECIABA LA VERDAD: Basada en “El Pastorcillo Mentiroso”. Peter, un atractivo adolescente que va a una preparatoria –porque viste que allá no tienen secundaria, tienen preparatoria- en Boston, Massachusets- especializada en ciencias de la agronomía, trabaja en un proyecto colegial de clonación de ovejas. Pero una noche en la que se quedó estudiando hasta tarde descubre que Molly, una de las ovejas, por un error genético, se transforma las noches de luna llena en una hermosa jovencita de grandes senos y aparte es re putona. Él queda prendado e intenta seducirla, pero ella es tímida y recatada, a pesar de ser re putona. Viste cómo son. Obsesionado por este amor prohibido, Peter grita “¡Viene el lobo!” ¡Viene el lobo!”, consiguiendo que ella, cohibida, se acoja en sus brazos, y que luego él haga algo parecido (humor). Comienza así un juego erótico y perverso, sólo disparado a través del terror con que Peter manipula a Molly, quien a su vez se encuentra cada vez más fascinada y obsesionada por el joven. Pero un día Molly descubre la verdad y le retira el saludo; Peter, entonces somete a su amigo Brandon –con quien paralelamente mantiene una relación homosexual- a un experimento genético, para transformarlo en un aterrador hombre lobo. Peter grita “¡Viene el lobo! ¡Viene el lobo!”, intentando recuperar la fcredibilidad ante la chica-oveja. Pero Molly, que no cree una palabra, sale al pasillo y se topa cara a cara con el muchacho-lobo, con quien entonces comienza una relación y Peter se quiere matar. ¿Vencerá el amor civilizado aunque insincero de Peter o la atracción animal de las dos bestias? (Con una de estas minusas que actúan hoy por hoy y otros dos chaboncitos)
LA MUCHACHA DEL ELEFANTE VOLADOR: Basado en la novela de María Elena Walsh “Dailan Kifki”, donde una muchacha de Buenos Aires adoptaba un elefantito que se iba volando sobre un barrilete y vivía grandes aventuras, cuenta la historia de Mary Helen, una muchacha muy putona y de grandes senos (que vive una experiencia lésbica con su amiga Sarah) que va a la preparatoria en Boulder, Colorado, y se siente irresistiblemente atraída por su nuevo compañero Dylan, un atractivo jovencito, pálido y con mechones que le caen sobre la frente y que pesa unos 250 kilos. Una noche ella descubre que el gordinflón huye misteriosamente hacia un bosque cercano. Es Cuarto Creciente, y los rayos lunares bañan la espesura (con más intensidad porque salen lanzados desde la punta de los cuernitos), creando un ambiente exótico y con olorcito a desodorante de limón. Entonces lo descubre, y contempla una fascinante transformación: Dylan, entre estertores y gritos desgarradores, se metamorfosea en un enorme elefante bebé, con un gorrito de lana en la cabeza. Luego se queda dormido sobre una semilla de roble, el árbol al crecer lo deja colgado en lo alto de la copa y para salir de allí se sube a un barrilete y termina en Ituzaingó. Bueno, en esta parte hay que trabajar un poquito el tema de la adaptación. ¿Lograrán Dylan y Mary Helen llevar adelante su amor prohibido? (Con una de estas minitas y uno de estos pibes de ahora, y una versión de “El Paso del Elefantito” de Henry Mancini interpretado por Bon Dylan).
LA CHICA ROSADA DE LAS MEDIAS ROJAS: Basado en el cuento “Las medias de los flamencos” de Horacio Quiroga, donde unos flamencos usan medias hechas con cuero de víbora y el resto de las víboras les muerden las patas, en venganza. Cuenta la historia de Pink, una chica con el pelo teñido de rosa, y la irresistible fascinación que produce en Steve, su compañero de preparatoria de San Francisco, California. Un día, el muchacho contempla cómo la joven huye a lo profundo de una laguna artificial, durante la Luna Nueva y descubre entre horrorizado y excitado que su amada se transforma en una fascinante “mujer-flamenco”. Steve la lleva a su casa y la alimenta con peces crudos, e inician una candente relación, fogoneada por el fetichismo que Steve siente por las medias de cuerina rojas que utiliza Pink. Su felicidad no es comprendida por un grupo de trillizas muy populares de la escuela, que odian a Pink por ser diferente y que la hostilizan a diario. Un día, Steve descubre que las chicas huyen hacia una laguna cercana en Cuarto Menguante, y que los débiles rayos lunares las transforman en Mujeres-Víboras de Coral, que juran vengarse de Pink (ya que las medias que utiliza están hechas con el cuero del cadáver de su madre), y la atacan y hay como una lucha. ¿Lograrán los rencorosos ofidios instrumentar su venganza o triunfará el retorcido amor de Pink, Steve y las medias? (Dirigida por Roger Waters. Actúa la pendeja esa de la otra película y el chaboncito aquel. Tema principal interpretado por Pink, la cantante esa que parece un pibe)
EL CHICO QUE ESTABA OBSESIONADO POR LOS RELOJES: Basado en “El Mono Relojero”, de Constancio C. Vigil. Linda está fascinada e intrigada por su nuevo vecino, Paul, un pálido y musculoso enfermito de Trastorno Obsesivo Compulsivo que vive rodeado de relojes, y para quien saber la hora y el minuto exacto parece ser una obsesión. Paul parece tener el don sobrenatural de saber qué hora, minuto y segundo es, lo que lo convierte en una especie de “Monstruo” marginado por sus compañeros de preparatoria. Un día de sol lleno, Linda sigue a Paul a un jardín tropical vecino, y contempla un espectáculo escalofriante: La transformación del enigmático chico en un mono con fez y mameluco de jean. A partir de aquí la trama con el tema de los relojes se empieza como a desdibujar y empieza otra, que tiene que ver con que el pibe es un mono y que no tiene nada que ver con la anterior. Bueno, es que mayormente yo “El Mono Relojero” no lo leí. En fin. Romance tórrido y prohibido, bla, bla, bla. ¿Consumarán su amor estas dos especies o volverá la subtrama con el tema de los relojes y se pondrá todo como medio confuso? (Con la minita aquella, el pibito aquel, bla, bla, bla)
EL PIBE QUE SE COMPORTABA DE UN MODO INAPROPIADO: Basado en los cuentos populares de Jaimito, en los que un niño comete toda clase de hechos procaces y dice malas palabras. La familia de James, un fascinante adolescente pálido de sonrisa cínica y rebelde, llega a Plummingtommm, Wienepazookie. El chico, expulsado de diversos colegios, provoca una honda impresión en Brenda, una adolescente muy muy putita y de culo muy muy parado. James posee síndrome de Tourette, y no puede decir dos palabras sin decir alguna guarangada, lo que le provoca grandes problemas entre sus profesores y sus compañeros. Una noche en que él y ella debían estudiar juntos para un trabajo de biología en el que cada uno debía confeccionar un disfraz de verdura a clase (Brenda estaba haciéndose uno de endibias), ella contempla cómo él huye hacia una huerta abandonada. Intrigada, lo sigue, y ve con fascinación cómo éste se arranca la ropa y, sufriendo una transformación parcial, de mitad de su trasero empieza a brotar una flor. Ella lo enfrenta, y le pregunta, temblando de temor y lujuria, qué verdura pensaba llevar a clase, y él contesta “Culi-flor”. Ella cae rendida a sus pies y comienzan una fogosa relación. ¿Triunfará el amor verdadero o las convenciones sociales harán que sea inaceptable para Brenda curtirse a un pibe que tiene una flor en el culo?
Bueno, y así.
lunes, 18 de abril de 2011
¡Proponen más películas hormonales!
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