Luego de DIECIOCHO HORAS de lucha libre en el barro sin reglamento ni réferi, Margarita ha vencido a su rival Isabel (una oportuna triple llave de doble paleta en el omóplato derecho desplomó a la correveidile); de cualquier modo la decisión del jurado es que se vayan las dos, por haber recibido igual cantidad de votos. (Sí, lo de la lucha era nada más que para divertirnos).
Margarita acató la decisión, aunque pidió que “por favor se investigue a Valentina, que estoy segura de que me hizo un trabajito”. La producción no tuvo corazón para terminar de hacerle entender que la tal Valentina sólo existe en su imaginación.
La reacción de Isabel no fue tan dócil; aprovechando su caracterización de “Gretchen, la walkiria asesina”, se defendió de nuestros Encargados de Seguridad como una verdadera amazona, al grito de “¡Afuera está María Agustina! ¡No voy a volver allá! ¡No voy a a volver a ese Infierno!”, y logró escapar. Se sospecha que sigue en la casa, astutamente camuflada.
Los productores admiten que no fue muy inteligente darle una lanza de acero quirúrgico a una participante que nuestro cuerpo de psicólogos diagnosticó como “Esquizo-paranoide con tendencia a la auto destrucción”. La verdad es que pensaron que seguro no era para tanto.
José el motoquero, profundamente enamorado de Isabel, está desde ayer gritándole desde la puerta (Para evitar el pánico se ha decidido no avisarles a los participantes que Isabel sigue dentro de la casa): “¡Te extraÑo, Isa! ¡No te preocupes, que muy pronto estaremos juntos! ¡Porque yo en cualquier momento agarro y me voy! ¡Miren que me voy en serio!”
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