viernes, 15 de julio de 2011

¡Cumbre y Contracumbre de Fito Páez!


LA CUMBRE: Ahora que se puso de moda que “no hay que putear a los macristas, hay que tratar de entenderlos” como si fueran niños de seis años, muy a mi pesar –es Fito Páez- tengo que tomar una que otra antorcha encendida por el infame rosarino. Aclaremos que después de cierta edad y aburguesamiento natural me da cierto pudor mentir que siento “indignación”, o “asco” o ese tipo de cosas. Hablando en plata, Indignación o Asco ya no viven aquí. Como que ni un Macri puede encender esos chispazos en esta vieja carcacha, o sea, más que dejar sin calefacción el Borda y sacarle presupuesto al Garrahan o destruir la escuela pública, el tipo tendría que ir personalmente e incendiar hospitales y arrojarle ácido a los niños que van a los comedores escolares para que uno diga “Che… Pero ahí estuvo mal…” Luego está el tema de los votantes de Macri. Con los derechistas convencidos y asumidos, la gente tonta que no entiende nada, los talibanes del antikirchnerismo para quienes votar a Macri es alejar al Cuco Kirchnerista, los gorilas tradicionales y la gente ignorante en general que no toma conciencia de lo importante que es la salud y la educación pública no me voy a enojar. Es como enojarse con un perro porque ladra o con la pata de una mesa porque te golpeaste el dedo del pie. Es enojarse con un terremoto u otra catástrofe. Quitando a estos, debe haber votantes de Macri a quienes uno habitualmente consideraría gente criteriosa; con estos uno podría decir “Ehhh, cheeee” con cierto tonito de reprobación. Pero lamentablemente no conozco a ninguno. No sé, me parece que no hay.



Hechas estas salvedades, ¿cuál es el problema con Páez, aparte de que es una persona horrible que hace música chota? Páez sencillamente utilizó el discurso polémico, poblado de hipérboles y otras figuras literarias que incluyen putiar. Esto es una tradición en la discusión política internacional de todos los tiempos y aún más en la Argentina, desde la discusión con el taxista hasta las escenas de pugilato en el Congreso: De la putiada y la diatriba extrema han salido piezas literarias y humorísticas que se deben contar entre lo más alto de nuestras Artes Nacionales. ¿Qué es “Facundo”, una de nuestras obras literarias fundamentales sino una larguísima y brillante putiada llena de exageraciones e inexactitudes? O sea, seamos francos, no creo que al multimillonario Páez realmente realmente realmente le den demasiado “asco” otros multimillonarios. ¡Estoy seguro de que algunos deben ser sus mejores amigos! Lo que hizo fue una figura, una forma de decir, y no hay por qué sentirse herido hasta las lágrimas como parecen estarlo los escritores de cartas a los Correos de Lectores, ay ay, ay, le doy asco a Páez, cuánto dolor, cuánto dolor.



En lo personal no entiendo –y me tiene bastante podrido- esta obsesión por las formas y la Urbanidad que ronda cada vez que a alguien le conviene en los editoriales y los comentarios de blogs. “¿Así que porque pienso distinto soy un pelotudo? ¡Eso es fascismo!” ¿Pero qué coño creerán estos pelafustanes que es el fascismo? Fascismo sería si, por pensar distinto exigiera tu exterminio; decir que sos un pelotudo es LO MÍNIMO QUE SE PUEDE ESPERAR!



Y aquí tengo que –desgraciadamente- volver a la nota de Páez. La verdad no me pareció para tanto. Lo peor que les dice es “fascistas” y “egoístas”. O “simplones” que “no tienen swing”. Buéh. En mi apogeo yo hubiera dicho que son unos subnormales idiotas con mal aliento, genocidas histéricos satánicos más feos que tropezar descalzo, bolsas de pedos repugnantes con cara de culo y cabeza de poronga que a la hora de cenar se hacen los que se olvidaron la billetera y tienen tics nerviosos y granos en el orto y voces chillonas y todos miran Tinelli y a Rial y usan sombreritos de hélice, ¡HITLER! ¿Ves? Eso es un insulto. No lo hago porque sé que tengo muchos lectores antimacristas y me parece que es buscar el aplauso fácil. Y por otro lado, Páez también se queda corto en lo de “La mitad”, porque si querés que me ponga bien bien bien en puta te digo que a mí me da asco el 97, 98 %, y no de la Ciudad sino del país, y no sólo políticamente sino hasta físicamente. Pero eso ya es otra discusión.



Plis los “neo-tolerantes” déjenme tranquilo con sus “intentos de comprender al electorado” que para eso están los sociólogos y encuestadores profesionales, y por favor preservemos la sana tradición nacional de la catártica, irresponsable, liberadora y honesta putiada.



LA CONTRACUMBRE: Y, es Fito Páez.


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