RESULTA QUE ESTE TIPO, QUE TIENE EL TUPé DE LLAMARSE A Sí MISMO .ESCRITOR. se queja de que con el advenimiento del celular y esas cositas tecnológicas, se hace difícil que en las novelas ocurran desencuentros, malentendidos, llegadas tarde y extravíos. .¿Desaparece la posibilidad de crear tensión latente para cientos de páginas de en las que, por ejemplo, el protagonista se pregunta lo que ha sucedido a su amante?., se pregunta el muy infeliz.
A pesar de mi desconfianza, odio, aversión, fobia, alergia, leve aprensión, diarrea, vómito, cefalea, impotencia, ceguera y eventualmente muerte por las maquinitas, o sea, no me gustan y por mí que las desinventen, esta vez tengo que darle un punto al progreso tecnológico. Seamos sinceros: el desencuentro, el malentendido, la conversación escuchada detrás de la puerta, la impuntualidad, los amantes que no se encuentran y después resulta que la tipa se accidentó y estuvo paralítica por veinte aÑos, etc. son los recursos más berretas del arte, lo más parecido a un .Deus ex machina. (en latín, .Dios es una ex máquina.. O sea, antes era una máquina y ahora no) al que apelan los escritores que pretenden ser .realistas.. El buen escritor no depende de esas tonterías. Los personajes tienen que odiarse o pelearse o separarse o extraviarse por razones más sólidas que la ausencia de una brújula o un teléfono para aclarar las cosas.
Disculpen que una vez más rompa las pelotas con Moby Dick, pero Melville no necesitó que un accidente destruyera la brújula, el sextante y la cuerda para dejar a la tripulación del Pequod en manos de un destino incierto: ¡Ahab las rompió a propósito, movido por su locura, y el acto resulta COMPLETAMENTE COHERENTE con la psicología del personaje!
Si el advenimiento del celular trae consigo la muerte de estos recursos pedorros dignos de .Clave de Sol., bienvenido sea.
Por fin, no hace falta la inexistencia del telefono para que haya un desencuentro o un malentendido: aunque contáramos con un cableado telepático universal permanentemente en red, seguiríamos sin comprendernos, básicamente porque una de las características del humano es no entender un pepino lo que piensa o hace o dice hasta su prójimo más íntimo.
El mejor ejemplo de esto es esta nota, publicado en un invento que está en la cresta de la ola de la revolución tecnológica de las comunicaciones: y sin embargo el 80 % de ustedes no comprenderá un sorongo lo que acabo de decir, y me dejará sus comentarios en este sentido, los cuales leeré sin entender media palabra y les contestaré cosas que ustedes malinterpretarán completamente y terminaremos insultándonos y teniendo pequeÑos infartos. Las cosas cambiarán, supongo, cuando exista la posibilidad de tomar vino vía weblog.
Miren, mrnadies (robado del Sr. Parés), una indispensable máquina para saber si hoy es viernes (enviado por Bater) y el extraordinario “Memory” de los cromos de .Yo contra el Mundo. creado por Unservidor (al que ya le estará llegando la carta documento, por violación ILEGAL de copyright).
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