martes, 2 de mayo de 2006

¡KIRIATOS EXPLICA QUE NO HAY QUE TOMARSE LA VIDA TAN EN SERIO, CHEEE!





Kiriatos.gifEscribe Kiriatos

Fiel Asistente griego

elouzorulea@ubbi.com



El lector Matías C. le ha enviado esta consulta al patrón, y éste me la ha transferido para ver si puedo ayudarlo:


. Te cito: .De acuerdo, las plantas no hablan; soy consciente de este .handicap. de estos pobres mamíferos..


.Amigo, las plantas no son mamiferos ni mucho menos… son plantas…. Pertenecen al Reino Vegetal… Los animales se clasifican en Mamíferos, Anfibios, Reptiles, Aves y eso….


Comprendo el problema del Sr. Matías, y este viejo griego intentará darle una mano como mejor lo dabe hacer: Con uno de los relatos del Viejo Karayannis . el hombre más sabio de todo Naxos -, en este caso, .La Parábola del Aldeano que no Entendía los Chistes.


Cuentan que un día el Viejo Karayannis se encontraba de buen talante y alegraba a los parroquianos de una taberna con alegres y salaces historias. Finalizaban los parroquianos de emitir estruendosas carcajadas al término de la broma del Hortelano, la Viuda y los Cuatro Asnos, cuando un aldeano llamado Rastapopulos, conocido por su adusta actitud ante la vida, prorrumpió desde el fondo con voz monocorde:


.Viejo Karayannis, no he entendido la historia. Para empezar, no todas las viudas son estúpidas (mi hermana es viuda y no es así), y no todos los hortelanos son tan lascivos como el protagonista de tu relato. ¿Y de dónde salió el cuarto asno?.


El Viejo Karayannis le echó una mirada vidriosa, pero el aldeano, en lugar de comportarse con sabiduría y prudencia, continuó:


.Además, todos tenían el mismo acento turco. No tiene sentido; Por otro lado, al nudo le faltó timing y el remate adolescía de una ausencia total de punch. ¡No, Karayannis, no he disfrutado de tu historia ni por un segundo!.


.Creo . concluyó el aldeano . que deberías dejar de contar chistes, ya que no tienes la menor gracia para esta actividad..


El Viejo Karayannis partió una botella contra el mostrador, como solía hacerlo en seÑal de disgusto, y se disponía a avanzar hacia el aldeano cuando un anciano dijo, tímidamente: .En verdad, a mí tampoco me causó gracia el chiste; me reí sólo por temor a la reacción del Viejo Karayannis. Ya tuve un disgusto con él una vez por una discusión sobre salto en garrocha y no quisiera repetir la experiencia..


Uno a uno, como si de la plaga de a aceituna se tratara, todos los aldeanos confesaron que no habían entendido la broma del Viejo Karayannis, que los miraba perplejo. Cuando terminaron de desahogarse, Karayannis los miró atentamente. Todos los parroquianos permanecieron en silencio, expectantes a las palabras del hombre más sabio de la isla.


Meses después los pocos sobrevivientes del incidente proseguían levantando la aldea desde sus escombros, recordaban las enigmáticas palabras de Karayannis antes de emprenderla a botellazo limpio: .Así como ahora gritarán de pena y se lamentarán por su suerte, en algunos aÑos se congratularán de este mismo episodio.. Efectivamente, aÑos después, lo que había sido una humilde aldea de hortelanos y mineros, ahora era un próspero centro de interés turístico, conocido como .El Lugar que fue arrasado por el Viejo Karayannis. . lo que fue una bendición, ya que ningún tipo de plantación había crecido nuevamente luego del episodio.


Por último, el aldeano Rastapopoulos había dejado de mirar las cosas con tanta seriedad; de hecho, no dejaba de sonreír ni un minuto, .por las dudas., lo que le ganó fama como el aldeano más alegre de toda Grecia.


Espero que esta historia haya sido de utilidad al Sr. Matías.


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