Escribe el Dr. Tranca
Premio Nobel de Facto de la Medicina Ilegal
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Ahora parece que nos tenemos que pegar un tiro porque se va el agua de la Argentina. Los mercachifles franceses y gallegos – pero más que nada franceses, y ya saben cómo son los franceses – que manejaban el agua se pusieron medio histéricos por no sé qué cosa y ahora dicen que se van y se llevan todo. Uuuuuuuuuy, mirá cómo tiemblo.
Por favor, dejémonos de embromar. En los largos aÑos – y desde que tengo que vivir en el derpa de la rata chillona de Podeti por razones de dominio público me parecen más largos aún – que llevo ejerciendo la medicina ilegal, pero sobre todo que llevo BEBIENDO, el agua nunca me pareció la gran cosa.
Nadie toma agua. La gente decente, a la hora de pagar – y todos sabemos que por lo general uno paga por lo que le gusta – toma vino, whisky, vodka, algunos maricastaÑuelas vino blanco o daikiri, gaseosas de color ámbar para los lactantes y licuado de banana para la gente con “problemitas”. Es cierto que de tanto en tanto alguien pide agua mineral, pero viene envasada, así que dudo mucho que tenga agua – a todo lo envasado le ponen algo que no es lo que se supone que tiene. No sé qué es y no me interesa porque de todo corazón una vez probé una de esas cosas creyendo que era pisco peruano y estuve yendo al baÑo toda la noche.
El del agua es uno de esos mitos medicinales que se ponen de moda de tanto en tanto – creo que este empezó en los aÑos ochenta así que va siendo hora de abandonarlo. No sé si ustedes saben de los efectos nocivos del “agü8221; – un químico especialmente tóxico que tiene el famoso “quinto elemento”.
-Te da ganas de ir al baÑo, con el consiguiente peligro de contraer los gérmenes que abundan en estos recintos.
-Te saca el hambre – todos esos gurúes de la anorexia llamados “nutricionistas” recomiendan para alcanzar la ansiada meta de parecer un tuberculoso tomar un vaso de agua antes de comer.
-Te da ganas de orinar, eliminando así sustancia del cuerpo que luego deberemos recuperar tomando.. ¡más agua! No sé si se dan cuenta de lo perverso de este círculo vicioso.
-Destruye la famosa “pastita” que se nos forma en el paladar a la maÑana siguiente de un evento social y que protege el interior de la boca de la acción de agentes nocivos como por ejemplo el jugo de naranja.
-Te da ganas de hacer el llamado “número uno”, con lo que nos perderemos parte de la conversación que veníamos siguiendo y el consiguiente perjuicio psicológico.
-Aplicada sobre el cuerpo, te quita el olor a masculinidad, lo que pone en serio peligro el futuro de nuestra especie. Sobre los dientes ejerce un efecto parecido, sin contar que también elimina la “pastita” que protege el esmalte dental.
-Te da ganas de hacer pis, actividad que no sé si han notado es propia de los infantes (todo el tiempo están haciendo pis). Creo que esto tiene que ver con el fenómeno de los “kidults”, que no sé bien qué es pero suena feísimo.
-Te “hidrata”, con lo cual perdés firmeza (y no estoy hablando de firmeza moral)
-Por último, y esto lo chequeé con un forense amigo, es imposible determinar en una autopsia si alguien tomó agua o no. Así que ademas de peligrosa, la “agü8221; es una sustancia bastante artera.
-Ah, y te da ganas de mear. Está todo dicho.
Estos descubrimientos, difundidos por un grupo de expertos de una Universidad – y ya vieron la cantidad de estudios de esos que salen por día, lo que demuestra que es todo denserio – se suman al hecho de que por acá tenemos agua de sobra. Demasiada agua. Se nos inunda la ciudad, se nos arruinan los fines de semana y nos trae calamidades como marines yanquis que se vienen a llevar el “acuífero guaraní” (otra de esas cosas que no sabíamos ni que existía y ahora todos se rasgan las vestiduras) y de paso se comen nuestra carne y se levantan nuestras minas.
¡Por favor, franceses y gallegos pero sobre todo franceses: llévense toda el agua que quieran y háganme el favor de ahogarse en ella a ver si se me mueve un pelo! Eso sí, déjennos un par de toneladas de hielo porque últimamente – se ve que de la convivencia con ya saben quién – me aquerencié a la maricastaÑuelada de ponerle un par de cubitos a mi “Old Smugler” matinal.
Tranca y atentos con el agüue te la ponen hasta en el café.
Publicado a las 11:10 p.m.
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