Vivimos en el mundo de la duplicación innecesaria de categorías incompatibles.
Sí, ya sé que a esta altura es un lugar común (hoy escuché esta frase tres veces antes de desayunar), pero no por eso deja de ser uno de los peores flagelos que azotan nuestra civilización.
Parece que toda actividad humana estuviera en manos de dos mafias, dos monopolios mortalmente confrontados y que nos tienen de rehenes; y el rescate que piden es nuestra constante infelicidad. Es el peor escenario posible. Si se tratara de una sola mafia simplemente haríamos lo que nos ordenan y viviríamos una existencia con poca libertad de acción pero tranquilita.
Tomemos, por decir un ejemplo al azar, la corriente eléctrica; ¿Por qué necesito tener un “transformador” para enchufar determinados aparatos? ¿Que les costaba a los dos mafiosos que inventaron la electricidad – Vito Volt y Michael Wattio – ponerse de acuerdo y que todo el mundo tenga la misma corriente? ¿Qué les costaba, ya que estamos, que todos los tomacorrientes y todos los enchufes tengan la misma cantidad de patitas y agujeritos en lugar de gastar el 25 % de nuestro presupuesto – y cuando sos un TRIUNFADOR como yo eso representa mucho dinero – en parvas de adaptadores que se pierden, se queman o sencillamente se desintegran (no conozco un solo adaptador que permanezca en su toma correspondiente durante más de 48 horas)?
Pero no; Vito y Michael vieron, desde el momento en que empezaban a jugar con las fuerzas elementales de la naturaleza, que en lugar de regodearse en sentirse Dioses podían SACAR UNOS MANGOS EXTRA; y en lugar de un monopolio podían duplicar sus ganancias inventando dos “bipolios”; sus víctimas, todos nosotros, tendríamos que anotarnos en estos dos bandos simultáneamente pero sin contar con sus ventajas. La correcta colocación de los enchufes en sus enigmáticos receptáculos quedaría en nuestras inexpertas manos, y deberíamos conseguir decenas de accesorios extras – transformadores, adaptadores, estabilizadores de tensión, alargues, etc. – para poder utilizarlos.
¡Y cuidado con intentar burlar esta siniestra tecnología! Mortales dispositivos han sido colocados, a la vista de todos, subatómicamente hablando, en el corazón de nuestra forma de energía habitual; y si falta el accesorio correspondiente, el estabilizador, el transformador o el calimestrador, sea cual sea el superfluo intermediario, entonces la térmica saltará o el aparato se fundirá o explotará y lanzaremos chillidos de indignación y los más de nosotros acumularemos el stress sufuciente para alimentar una próxima apoplejía!
Como decía, toda actividad humana está en manos de dos mafias incompatibles, pero en ninguna otra como la electricidad se ha aceptado un chantaje tan violento como este. En una sociedad más despierta se harían marchas del silencio todas las semanas exigiendo la unificación de la corriente electrica.
En cambio, la situación ha empeorado ostensiblemente con la aparición de la electrónica; y ya no tenemos un bipolio sino un multipolio, y para manejar cualquier aparato de complejidad mayor a la plancha necesiotaremos enredarnos en selvas de cables RCA, UHF, coaxiles, conectores, alambrecitos, pelacables, abocardadoras, destornilladores Philips, machos, hembras y otras iniquidades; cuando tan sencillo sería tener un agujerito para que entre y un alambrecito para que se meta. Para todo. Punto. Del mismo grosor.
Ah, y qué les costaba que todos los tomacorrientes vinieran con tres filas de agujeritos, así nos evitaban la mafia de los triples.
(Escrito a la maÑana siguiente de haberme ganado el Primer Premio al Imbécil por enchufar la CPU al toma equivocado del estabilizador de tensión y, por lo que sé hasta ahora mientras me rebajo a trabajar en este cyber inmundo, haberla fundido por completo)
Publicado a las 10:21 a.m.
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