Un breve listado de pequeÑas actitudes miserables que hemos dado por normales:
1) El concepto gastronómico de “cubierto”. Es como si en el colectivo se nos cobrase aparte por el uso del asiento, o el caÑo o la ventanilla o el piso. Intentan justificarlo con la panerita, pero por experiencia propia les aseguro que si uno seÑala que no ha tocado ni una miga te lo cobran igual.
2) La imposibilidad de “repetir” en locales gastronómicos. Es injusto. De algún modo soy un huésped. Si me quedé con hambre me tienen que atender.
3) Un cartel muy antipático, en la puerta de las salas de un conocido complejo cinematográfico, donde se aclara que si queremos entrar con COMIDA ésta deberá ser adquirida en los locales propios… Además de cobrártela una fortuna, la oferta es exigua y no se puede, por ejemplo, entrar con unas fetas de lengua a la vinagreta -y quien no haya comido lengua a la vinagreta mientras ve “El retorno del Rey” en el cine no se puede decir que haya vivido. Por último, no estoy muy seguro de que esa imposición sea CONSTITUCIONAL. ¡Al final esto parece un ESTADO TOTALITARIO!
4) El cobro de una multa por devolver la película sin rebobinar. Como si el gasto de electricidad que el videoclub invertiría en apretar “rewind” los fuera a llevar a la quiebra.
5) El cobro de una multa (aplicada por día de tardanza) por devolver tarde una película de esas que no alquila nadie. Tardé como dos semanas en devolver “Aprile” (Se había caído atrás del sillón), y luego de hacerme pagar una fortuna tuvieron la deferencia de regalarme un alquiler. Gracias, muy amables. Con lo que pagué me podría haber comprado cinco “Apriles” y media.
6) La modalidad de las modernas pancherías, esas que ofertan cuarenta variedades de salsas y una cobertura de papas fritas rotas. Los muy miserables, luego de hacerte salivar como un náufrago frente a un espejismo, limitan el salseado a DOS aderezos por chacinado. No me explico de dónde salió esta cifra. ¿Y por qué no cinco, o UNA, o ninguna? ¿Qué complejo estudio de marketing dio como resultado que más de dos salsas convertiría al negocio en inviable? Empresarios pancheros, permítanme explicarles un par de cosas: los panchos son una porquería. Nadie en su sano juicio comería un pancho sin aderezo. Es como comer una viborita de plastilina envuelta en cartón corrugado. UN aderezo sigue siendo una burla. DOS aderezos lo convierten en apenas comestible, en la comida que el recién mencionado náufrago aceptaría apenas con resignación. Recién ante el tercer aderezo estamos en el terreno de un refrigerio placentero (Las papas fritas, por supuesto, no cuentan como aderezo. Forman parte de la decoración, como las bolitas de color plateado en las antiguas tortas de cumpleaÑos). Y además, de tanto ortibarse sus aderezos, seguro que la mitad se les terminan pudriendo. ¡Vuelvan a las fuentes, cuando eran unos humildes pero campechanos pancheros callejeros,y la tríada ketchup-mostaza-mayonesa era ofrecida sin límites y con una sonrisa benevolente dibujada en los labios!
Publicado a las 11:57 p.m.
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