jueves, 12 de marzo de 2009

¡Clínicas de Humorismo: Lección 9!





Lección 9: Anatomía del Humor.


Es frecuente escuchar entre algunas escuelas de .Humorismo Bienpensante. que el humor a base de los defectos y particularidades físicas de los demás no es válido, es un síntoma de chabacanería y debe desterrarse por todos los medios.


Bueno, eso es una pavada. Desterrada la particularidad física ajena del campo del humorismo, prácticamente no podríamos reírnos de nada. Como siempre, el asunto es la dosificación y el equeilibrio: decirle .Unitario. a una persona que sólo tiene un testículo* puede ser gracioso una vez, pero no tanto veinte, y casi casi puede resultar contraproducente hacerlo setenta u ochenta veces. Mientras que burlarse de ciertos defectos físicos (por ejemplo, de alguien al que le falta la cabeza) puede resultar de crueldad excesiva, lo que atenta contra la tranquilidad de conciencia del riente.


Recorreremos a continuación el cuerpo humano, intentando determinar dónde reside la comicidad de cada rincón de nuestra anatomía.


Los Pies: AntaÑo resultaba gracioso burlarse de alguien porque tenía los pies grandes. Recuerdo haber leído un párrafo de .Juvenilia. en el que se describían los pies de un personaje cmo .dos canoas., con la aparente intención e Miguel Cané de que el fragmento resultara irrisorio. Por motivos que desconozco, ni yo ni ningún miembr de mi generación coincidió con la opinión del Sr. Cané en cuanto a la comicidad de la analogía. Estimo que los pies grandes debieron ser, en algún momento de a historia, motivo de discusión y vergü En cambio, los pies pueden ser motivo de burla y humorismo si tienen muy mal olor. Queda, por último, la posibilidad de hacer chistes sobre pies grandes en el caso de personajes que no saben distinguir una mujer de un travesti, pero este recurso se agota rápidamente.


La Nariz: Las narices grandes, desde Quevedo a Miseria Espantosa, siempre han sido -y estimo que lo seguirán siendo en el futuro- motivo de regocijo (Recordemos, sin ir más lejos, este artículo). Más de una carrera humorística ha nacido por el sencillo hecho de portar una gran nariz; como contraparte debemos recordar lo difícil que es para los actores narigones conseguir papeles dramáticos, debido a que su fisonomía ya despierta una alegría natural en sus espectadores. Lo contrario, la nariz pequeÑa, ha empezado a ser un recurso humorístico en el caso de narices operadas de manera excesiva o monstruosa.


Los Ojos: Los ojos pueden ser motivo de holaridad debido a las siguientes causas: Ojos muy grandes y saltones, ojos bizcos, o defectos en la visión que obliguen al uso de anteojos muy gruesos y ridículos. En casos extremos, puede ser causal de humorismo la completa disfunción de los ojos, en chistes de humor negro protagonizados por ciegos. En estos casos, para que la incapacidad del ciego no provoque simpatía o pudor- lo que conspiraría contra la carcajada franca-, debe dotárselo de características siniestras, con anteojos oscuros y redondos, ropajes negros, sombrero y bastones.


La Boca: La boca también es fuente inagotable de humorismo. Como ya hemos visto en casos anteriores, es el exceso de boca lo que produce la risa y no su defecto. Nos reímos del bocón, no del que tiene boca pequeÑa. El más característico ejemplo de este recurso es el actor norteamericano Joe E. Brown. El interior de la boca, principalmente los dientes, también es gracioso, si al objeto de risa le faltan uno o más dientes, si padece del defecto llamado .Dientes de Conejo. o si tiene muy mal aliento. Yendo más lejos, al Departamento de Utilería, las dentaduras postizas también mueven a la jarana, por eemplo si salen disparadas y se le clavan en el culo a una seÑora de Alta Sociedad, o si caen dentro de la boca de un animal, un perro o un loro, y éste exhibe una sonrisa monstruosamente humana, o si la dentadura se ríe sola y los que están a su alrededor se asustan. Por último, los dientes excesivamente blancos o perfectos han dado lugar a la repetición de un efecto levemente humorístico, el del brillo de estilo publicitario que corona una sonrisa impostada.


Las Orejas: En menor medida, las orejas grandes pueden resultar humorísticas, en la producción de sobrenombres como .Cara entre paréntesis. o .Dumbo.. Sin embargo, tal vez por estar la oreja en la periferia de la cara y no en su parte frontal, resulta difícil sacarle el jugo. Sí, en cambio, es una mina de oro el mal funcionamiento de la oreja, en el caso de los chistes de sordos o escenas con sordos (Ver la película .La Aventura es la Aventura.), no así los sordos en serio, que te queman la cabeza.


La Masa Corporal: El gordo o la gorda han sido un elemento fundamental en la historia del Humorismo, al punto de que debería levantárseles un monumento. Podemos encontrar chistes de gordos tanto en el humor más populachero como podrían ser los finales recurrentes del sketch .Borges y álvarez., como en productos considerados más intelectuales como la película .El Sentido de la Vida., de los Monty Python, donde el gordo es presentado en su faceta más pesadillesca y monstruosa. El ensaÑamiento a veces excesivo del que son objetos los gordos (en algunos capítulos de .El Chavo. se han llegado a contar hasta unos quince chistes de gordos) parte de la idea, acaso errónea, de que el gordo es gordo porque quiere, y por lo tanto abre la puerta al escarnio de forma voluntaria. En los últimos tiempos, el gordo ha empezado a ser objeto de defensa de las campaÑas contra la discriminación, por lo que su uso ha comenzado a mermar.


El defecto de masa corporal, es decir, el excesivamente flaco, también ha sido objeto del humor. El ejemplo más claro de esta rama es el actor uruguayo Divino Vivas o el argentino Julio López (.Globulito.). Sin embargo, el rol más comúnmente ejercido por el .flaco. es servir de contraste al .gordo.. Así, flacos que no lo son tanto, sobresalen en el rol de tales al permanecer junto a un gordo que tal vez no lo sea tanto; engordando este efecto al gordo y adelgazando al flaco (.sinergia.). Sería interesante realizar un estudio científico, con fotos y encuestas, para entender cuál es el límite mínimo de contraste corporal que requiere un dúo para ser gracioso. Por ejemplo, ¿qué es más gracioso: una persona de cuarenta kilos junto a una persona de cientoveinte, o una persona de ciento veinte kilos junto a una de doscientos cuarenta? La lógica indicaría que el contraste es mayor en este último dúo, ya que se llevan ciento veinte kilos, mientras que la pareja anterior sólo se lleva ochenta, y por lo tanto debería ser más gracioso. Sin embargo, algo nos dice que no es así.


La Altura: El petiso, e incluso el enano, son elementos frecuentes en el arte de la comedia. Estamos ahora ante un caso especial, ya que a diferencia de lo que venimos viendo, no produce tanta risa el exceso de altura como su defecto. En tiempos más primitivos .tipo hace diez aÑos- la sola aparición de un enano alcanzaba para provocar una risa espontánea, o cuanto menos una indicación del jefe de claque para que sus subalternos se rían. La proliferación de enanos en roles fuertes y dramáticos, sin embargo, ha cambiado esta percepción; en la serie .Carnival., por ejemplo, el capataz del circo es un enano con tanta personalidad que te da ganas de ser enano. Ni hablar de la obra de teatro .Don Juan., dirigida por Alberto Ure, un bodriazo en donde lo único que salvaba la obra era la sorpresiva aparición de Jamito Cohen en el rol del padre del imperturbable Iván González, que entraba enfurecido, lo recagaba a rebencazos y después se iba, arrancando unos aplausos desenfrenados en la agradecida audiencia.


El contraste entre el .petiso. y el .alto. no es tan frecuentemente utilizado, aunque puede verse en el dúo Abbot & Costello (donde se utiliza una suerte de doble maniobra de pinzas, ya que combina el flaco & alto con el gordo & periso) y hace unos aÑos en .Seinfeld., donde Kramer hacía un equipo brillante con un enano.


Los Senos y el Culo: La de los senos y el culo, al igual que la del enanismo, es otra .anomalía humorística., ya que en este caso la hilaridad se produce ante la aparición de unos senos o un culo bien formados, no precisamente .graciosos.. El mecanismo que se pone en juego es múltiple y bastante retorcido: el espectador varón, en este caso, no se ríe porque sea gracioso, sino porque de algun modo vuelve a su prepubescencia, en donde contemplar fotos de minas en pelota o escenas de sugerida sexualidad le provocaba una mezcla de atracción y vergü produciendo unas isas acaloradas. Se ríe para ocultar de algún modo su excitación sexual. Para disimular un poco este estado bochornoso, suele incluirse el rol del cómico que pone caras de sorpresa, o se pone bizco (ver .El show de Benny Hill.), de modo tal que tenemos una especie de .Chivo Expiatorio. para la virginal exhibición de risillas de preadolescente. La pregunta, sin embargo, es: ¿qué hace una mujer con senos y culo en un espacio de comicidad? El sexo no tiene nada de gracioso. Nada. A pesar de lo que dicen hipócritamente millares de hombres y mujeres en sus avisos de búsqueda de pareja, el sentido del humor debe ser una de las virtudes menos importantes a la hora de encontrar un compaÑero sexual. Cualquier muestra de hilaridad, en un momento de intimidad, resulta completamente contraproducente y hasta ofensiva. En realidad, los autores de estos avisos están pensando en la sobremesa, no en el dormitorio (lo que tal vez no sea mala idea, porque nuestro día a día suele tener programadas más sobremesas que encuentros sexuales).


La conclusión obligada es que la aparición de una mina en pelota en un sketch cómico o un chiste gráfico no tiene una motivación humorística, sino pornográfica: para el varón adulto -y no tanto-, cualquier ocasión es buena para ver una mina en pelota, funcionando las caras desencajadas del cómico como una suerte de .manto de piedad..


Las cejas poco pobladas y la papada incipiente: Estos dos defectos físicos no tienen nada de gracioso, y hacer mofa de ellos esconsiderado una gaffe imperdonable y una espantosa exhibición de crueldad. No hay más qué decir.


*Extraído del liibro .Motes del Tucumán.


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