lunes, 15 de enero de 2007

¡Mirá, tengo la chancha y los cincuenta! ¿Tenés cambio?





Todos queremos la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos. Yo incluso quiero la fábrica donde se montan las máquinas de hacer chorizos, y aparte que esté a nombre de un testaferro para no tener quilombos ni problemas con los operarios (que, aparte, quiero que laburen de buena onda que son, nada más).


Las reglas de la vida, esa Virgen Justa y Sabia, o esa Perra Castradora y Arbitraria, según la hora del día, nos dictan que no es así la cosa. Eso no impide que haya cada vez más chanchaylasveintistas, encima agrupados en gremios:


EL .BON VIVANT CASCARRABIAS.: AntaÑo existían dos clases de abuelitos: El cascarrabias y el .viejito piola.. El cascarrabias dedicaba a hacer de su propia vida un infierno, lo mismo que el de los demás. Los pequeÑos no podían acercársele a menos de diez metros, pero por lo menos servía para reírse de él un rato; además, sus achaques y odio por el mundo le impedían invadir demasiado el espacio público, a excepción de reparticiones y bancos donde torturaba a sus desafortunados compaÑeros de cola.


El .viejito piola., por otra parte, estaba siempre de buen humor. Había tenido una vida plena e intensa, una que otra cana al aire y recibía a sus nietos con alegría. Su misión principal era defender a los nietos de la ira y la disciplina paterna, dándole golosinas prohibidas a los más pequeÑos, llevándolos al zoológico o contándoles chistes puercos a los mayorcitos. Si era millonario, lo que no ocurría muy seguido, invitaba a toda la familia a pasear en su yate, sin excepción.


La reivindicación de los gerontes ahora nos anuncia que la vida no termina a los sesenta. En los comerciales de AFJP nos los muestran jugando al ping pong, pescando o montando grupos de punk rock.


No tengo nada en contra de esto. Sí, en cambio, que hayan adoptado la amargura del cuarentón productivo, y detesten a los niÑos en lugar de defenderlos. Los escuchamos lanzar desde los medios lecciones de disciplina paterna a nuestra generación, cuando en realidad deberían decirnos bonachonamente .dejalo en paz al pibe., con una copita de oporto en la mano. Probablemente, el problema sea que es padre a la edad en que cualquier persona razonable es abuelo, y ahí se le produce este desbarajuste generacional.


Es decir, el tipo quiere salir al mundo, cenar en restaurantes étnicos y ver exposiciones en el MALBA, pero con la actitud del cascarrabias que no se banca la exuberancia juvenil. Quiere todo. Mi mensaje para estos playboys de ochenta aÑos es el siguiente: .¡A joderse! ¡Si querés reventar la guita de tus herederos en caviar al cilantro no hay problema, pero, parafraseando lo que vos deberías estar diciendo, .dejá a los pendejos en paz’!!!”


EL PROGRE MILLONARIO: Bueno, de estos está lleno. Los caminos a los que se llega a ser este tipo de lachanchaylosveintista son diversos. Puede ser un tradicional rebelde contra el sistema, que por esas cosas de la vida se volvió multimillonario, como Bono. Entonces pensó .la verdad es que esto de ser millonario está bueno., pero su mente no logró adaptarse al pensamiento chancho burgués de sus compaÑeros de clase. Se dedicó entonces a causas nobles, que lo mantuvieran, por lo menos en su imaginación, en las filas de la izquierda.


El caso opuesto es el multimillonario que por culpa o tal vez por imagen se lanza a realizar proyectos de lucha contra la pobreza, campaÑas de concientización y a hablar en contra del capitalismo salvaje, diciendo cosas como .la verdad que es una barbaridad que yo tenga tanta plata; alguien debería hacer algo. Yo no, claro, porque la plata es mía, pero el día que se decidan a quitármela les prometo que no pensaré demasiado mal de ustedes..


No los culpo y me da un poco de envidia, para qué negarlo. A mí también me gustaría tener un par de decenas de millones en mi caja de ahorro y al mismo tiempo seguir votando al PO. Lamentablemente, no está contemplado en la plataforma del PO que exista gente como yo. No obstante, si alguna vez soy millonario (lo que es bastante improbable) probablemente integre las filas de esta gente, así que para mantener cierta coherencia no debería ser muy duro.


¡Bah, ma sí, si igual cuando sea millonario me va a importar un bledo lo que haya dicho mientras era un FRACASADO! Así que, ¡olvídense de ser progres! ¡Mientras tengan esos millones guardados o invertidos, son chanchos explotadores, exactamente igual que Onassis, Rockefeller y Bill Gates, por muchos suculentos y tranquilizadores cheques que le manden a áfrica!


EL .STAND UP COMEDIAN.: Algunos de mis mejores amigos se han dedicado a esto y son excelentes en lo suyo. Pero el género es completamente bastardo. El .Stand Up. ha llevado a un extremo esa diferenciación entre .reírse de. y “reírse con.. El tipo se vanagloria de que no usa ningún disfraz gracioso, que no mueve un dedo y que prácticamente no suda durante toda su presentación.


Un MANTEQUITA, eso es lo que es. Para que te revienten media docena de huevos en la cabeza, recibir cachetazos en el medio de la cara o dar saltitos por el aire y caer de culo como los nobles Tandarica o Pepe Biondi hay que tener lo que hay que tener; Hay que ser dueÑo de un notable DOMINIO FíSICO o por lo menos algo de tolerancia al dolor. Y sobre todo, hay que estar libre de complejos. El payaso no le tiene miedo a que se rían .de. él. ¡Al contrario, busca eso apasionadamente! ¡Ríanse de mí, dice el bufón! ¡Quiero sus risas llenas de saliva y gargajo, no sus risueÑos comentarios de .ah, típico. o .tal cual, es así, tiene razón.!


El .Stand Up. quiere la chancha y los veinte; quiere decir que trabaja haciendo reir a la gente pero no que se le arrugue a la ropa en el intento, a ver si su frágil dignidad, como un bibelot francés, sufre una resquebrajadura imperceptible.


¿Así que quieren hacer reír? ¡Den vueltas de costado en el piso, mientras lanzan ladridos y sonidos ininteligibles! ¡ESO es gracioso y no sus ingeniosas reflexiones sobre cómo se lavan los dientes las divorciadas!


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