Escribe el Dr. Tranca
Premio Nobel de Facto de la Medicina Ilegal
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Como profesional de la medicina, pero especialmente como hombre bien bien bien hombre, debo manejar, en forma bastante frecuente, un auto. Y me ha ocurrido que de vez en cuando no tengo encima los papeles necesarios para acreditar mi posesión sobre el vehículo (por ejemplo, cuando no es mío) o que estoy en condiciones de manejar un vehúculo (por ejemplo, cuando me venció hace siete aÑos y mis ocupaciones me han impedido ir hasta Villa Riachuelo) o que mi .seguro. está al día (por ejemplo, cuando me parece cosa de Maricamencitas de la Sagradísima Prosternación).
Es en esos casos que no queremos que las fuerzas del Orden (por quienes siento un gran respeto) nos detengan y nos revisen el auto, por ejemplo, cuando llevás en el baúl el cuerpo inerte de un conocido. Ponele que se te murió un familiar y no tenés para pagarle a la Funeraria para que lo traslade; o por ahí algún desavisado se metió en el auto para hacerte una joda y justo justo tuvo un ataque al corazón (a un amigo mío le pasó); o estás llevando a un paciente a tu centro médico privado (en el baúl, para no daÑar el tapizado, especialmente si el auto no es tuyo) y se te descompensa en el camino.
En fin, todas situaciones más que frecuentes en la vida de un médico o de un hombre, debido a las cuales hay que evitar cruzarse con la policía (por quien siento un gran respeto). Con este fin, pongo a su disposición las siguientes técnicas que he elaborado a lo largo de mi carrera:
EL .CIEGO.: Cuando quiere detenernos, la Policía suele hacernos una serie de seÑales agitando los brazos histéricamente. Esto puede solucionarse con total efectividad fingiendo que uno no ha visto la seÑal en cuestión, por lo que recomiendo, para mayor realismo, manejar mirando hacia la izquierda (la Policía suele encontrarse a la derecha) desde varias cuadras antes de llegar al puestito; es necesario el máximo de concentración, porque al mínimo contacto visual el agente se verá obligado a emprender una persecución policial .algo que no desea ni usted ni ellos.
Practique en su casa, pidiéndole al mariacastaÑuela de Podeti (bueno, así practico yo) que le haga seÑales muy vistosas, con banderas y papel picado, y usted finja no verlas (un consejo, si su ayudante se retoba y chilla con voz de rata que tiene que ir a .trabajar. o a .escribir el weblog. o algo así, amenácelo con destruir sus disquitos, a los que seguro está muy apegado).
Por fin, existe la probabilidad de que luego de pasar de largo, el policía toque su silbato. En este caso, ejecute el .SORDO., que es bastante más fácil.
EL .RAPIDITO.: Consiste en pasar rapidito. Es una técnica sólo para hombres bien bien hombres, así que dudo que a algún lector de esta columna le sea de utilidad (excepto para algunas mujeres). De recurrir a ella, le aconsejo que la siga manteniendo durante el resto del día.
EL .ROMáNTICO.: Como a cualquier persona normal, a los agentes de Policía les disgusta mucho mojarse. Observará que los puestos donde a diario se encuentran relaizando su magnífico trabajo, se encuentran desiertos los días de lluvia. Mi recomendación es que si necesita trasladar uno de sus pacientes en el baúl, o a un vecino que estuvo jodiendo y jodiendo y jodiendo con que arregle la medianera y justo justo se murió y no tiene plata para la funeraria es mejor que lo haga un día de lluvia. Además, llegado el caso que se tope con un agente muy abnegado, tiene más excusas para ejecutar el .CIEGO..
EL .ESCUDO HUMANO AUTOMOVILíSTICO.: Ese es mi favorito y requiere de una mínima habilidad al volante. Consiste en pegarse de golpe a la izquierda de otro automóvil, casi como si fueran hermanos siameses, hasta pasar por el puesto policial, de modo que su compaÑero de aventuras sea quien quede más expuesto a la convocatoria.
Tengo la impresión de que muchos automovilistas compiten por ejecutar esta técnica, así que el movimiento de ubicación a la izquierda debe realizarse instantáneamente, segundos antes de entrar en la Zona de Influencia (por ejemplo, al doblar para entrar a la General Paz viniendo por Balbín. Es un ejemplo completamente hipotético que se me acaba de ocurrir); como premio extra, puede solazarse en la consternación del automovilista enemigo, que también quería colocarse a la izquierda y ahora queda como rehén, dándole molestas explicaciones sobre el cadáver que está llevando. También puede adjudicarse cincuenta puntos.
EL .PEGADITO.: Es parecido, pero en este caso debe ponerse bien bien bien pegadito al que viene adelante, en lo posible una camioneta u otro vehículo que impida su visual; de este modo estará realiizando un .CIEGO. 100 % real. Eso sí, ruegue por que el de adelante no frene dos metros por delante del puesto, porque entonces lo dejará como la Víctima del Sacrificio más evidente. En cambio, si usted es el que va adelante y frena dos metros por delante del puesto, adjudíquese cincuenta puntos por cada gil entregado a la Policía.
Después de entrenarse en todas estas técnicas, podrá sortear cada puesto que se proponga y de ese modo colaborar con la Sociedad, ahorrándole pérdidas de tiempo a la Institución Policial; salvo que esté compitiendo conmigo, porque me puedo enojar y ojito que te voy a renovar el registro a patadas en el huesito dulce, no sé si quedó claro. Tranca y si beben no conduzcan un Twingo que es un auto para mujeres.
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