Por razones que no vienen al caso, me compré ropa.
Camisas, remeras, zapatos, un par (es decir, uno) de pantalones. Todo ha funcionado satisfactoriamente, excepto los bolsillos de los pantalones; y a tres días del espectacular estreno ya he debido agacharme a recoger mis primeras monedas en peligro de muerte.
Como ocurre en toda conspiración, los medios lo ocultan, pero el empeoramiento progresivo de la calidad de los bolsillos de los pantalones ha llegado a un nivel insoportable. Si seguimos en este tren, en unos aÑos los pantalones vendrán con los agujeros de los bolsillos pero sin trozo alguno de tela que sirva de reservorio, con la catástrofe genérica que eso significa.
El bolsillo es el reservorio natural y cristiano del hombre. Allí llevamos nuestras monedas, llaves, papelitos con números de teléfono y tarjetas del subte. Un hombre sin bolsillos para atiborrar de objetos contundentes se degrada rápidamente a criaturas blandengues y sin carnadura. Fíjense en las alternativas para los bolsillos que se nos propone:
RIÑONERA - Un asco y una mersada, viene con un kit de vestimenta consistente en bermudas de lycra, musculosa de esas con agujeritos, bigote y anteojos de sol colocados sobre la frente. Imposible.
MONEDERITO . Bueno, nada que decir. Inaceptable. La conspiración, en este caso, intenta convertirnos en viejecitas que van al mercado, por más que intenten masculinizarlo con texturas de gamuza y formas austeras.
PORTAMONEDAS PLáSTICO TIPO EXPENDEDOR DE BOLETOS . Sencillamente ridículo.
COMPARTIMENTO SECRETO EN LA BILLETERA . Muy lindo, pero, con una mano en el corazón, no deja de ser un monedero. Por otra parte, la acumulación de cambio en este compartimento nos perjudica gravemente a nosotros, pequeÑo burgueses de la era digital, deformando nuestras diversas tarjetitas plásticas para conseguir dinero u objetos. En realidad estuve a punto de quedarme varado en Piedra del águila, Neuquén, o Río Negro, ahora no me acuerdo, por culpa de mi tarjeta de débito, que ha adoptado una forma tan artística y retorcida que podría utilizarse de hélice para un helicóptero a control remoto. Impráctico y bochornoso.
EL BOLSILLO DE ATRáS . Doloroso.
LA BOTAMANGA INTERNA DEL PANTALóN – Un poco de humor .para variar un poco. Pero parece que la intención de los fabricantes de bolsillos de pantalones es que nuestras monedas terminen alojándose ahí. Cuando no en nuestros zapatos.
Un párrafo aparte merecen los llamados .Pantalones Cargo.. Los bolsillos a los costados de esta prenda, enormes y a prueba de objetos metálicos, compensan un poco el estado del bolsillismo actual. Pero no se puede usar un .Pantalón Cargo. en cualquier situación, por ejemplo un casamiento o la inauguración de una fábrica.
Por fin, quedan quienes creen que la utilidad de los bolsillos es la de llevar las manos en los bolsillos. Eso está bien para un muchachito en la edad del pavo, no para un hombre maduro con cierto sentido de la dignidad y la elegancia. Pero, ¿cómo discutírselo, si no aparenta servir para otra cosa???
Es decir que los fabricantes de pantalones quieren convertir a a los hombres de la actualidad en: mersones, viejecitas que van al mercado, cachivacheros, pobretones sin crédito, afectados de dolor de nalgas y muchachitos en la edad del pavo.
SeÑores, yo no sé qué tienen en contra del género masculino, pero no voy a tolerar que sigan degradándonos por ahorrarse una vueltita de máquina de coser. Quiero bolsillos con triple costura reforzada. Quiero llevar mis cosas. Todas mis cosas. ¡Quiero poder llevar, no sólo llaves y monedas, sino tornillos, bulones encontrados mientras paseamos por las vías, piedras lindas, caracoles, un cortaplumas suizo, un alicate (porque los hombres de verdad arreglan cosas. Todo el tiempo), un trozo de cable “por cualquier cosa”, sacacorchos (por las dudas) y alguna que otra edición de bolsillo de .Goldfinger.!
Y que mi dignidad de hombre no se caiga por el agujero.
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