lunes, 11 de diciembre de 2006

¡VAQUISMO DE SAN ANTONIO: DESGARRADORES Y NAUSEABUNDOS TESTIMONIOS!





vaquita.jpg.Yo creo que no es para tanto. ¿Enfermedad? No, no. Para mi es..


Los ojos de Marcos (22) por momentos se pierden y su discurso se deshilacha, al contemplar la estela rojinegra que deja el transeúnte de su mano derecha. Es que Marcos, como miles de jóvenes de su edad, está entregado de cuerpo y alma a ser un .tony.; es decir, un paseador de vaquitas de San Antonio. O, como se les dice en la Secretaría de Salud Pública, un .adicto al vaquismo..


.Es una forma de vida., completa Marcos, saliendo con dificultad del sopor irreal al que se ha abandonado. Y da por terminada la conversación, ya que el insecto intenta ocultarse bajo la palma de su mano y Marcos debe concentrarse en darla vuelta sin que Chumbo .así ha bautizado al pequeÑo parásito .caiga al piso.


Los .Tonys. (el nombre, importado de los suburbios de Manchester, Inglaterra, deriva del nombre de estos animales en inglés, .St. Anthony.s Little Cow.), como toda tribu urbana, tienen sus ritos, sus formas de vestir (principalmente ropa roja a lunares negros, confeccionada a partir de disfraces alquilados de negrita vendedora de mazamorra) y por supuesto, sus lugares de encuentro. En la .Vacanal 2006., el primer Encuentro de Tonys de la Argentina, este cronista confiesa que la primera sensación es un poco desagradable: el lugar está lleno de bichos.


.A mí me da bronca que les digan .vaquitas.., dice Gian Franco (17), un joven e iracundo tony. .Estuve investigando en internet y nada que ver con las vacas. Es otra especie. Por eso yo estoy tratando de imponer que se les diga por su otro nombre, .mariquitas., que me parece mucho más digno.. Gian Franco abandona su .cruzada. rápidamente para entregarse a su paraíso artificial, olvidando por completo la entrevista y el vuelto de los veinte mangos que le hemos ofrecido para conversar.


Es que un tony puede estar horas, a veces días, paseando a su insecto por el dorso de su mano. Y esto asusta. Esto preocupa. .Llegué a dejar mis estudios y a mi novio para pasear vaquitas de San Antonio., confiesa Irina (24), ex tony, y de las primeras en Argentina. .Traje la costumbre de mi viaje a Europa, me parecía re cool. No me di cuenta de que me estaba autodestruyendo. Por suerte salí, el día que me di cuenta de que estaba agarrando un bicho con la mano. Su último novio, Franco (42, pero de zapatillas), no tuvo tanta suerte. .él es un .Tony Extremo.. Se llega a pasear dos, y hasta tres vaquitas de San Antonio por la mano. Es asqueroso..


.Hace falta una campaÑa de concientización para proteger al aficionado al .vaquismo.., dice el Dr. Belardi (1425, de Código Postal). .Si estos chicos supieran el daÑo que se están haciendo cambiarían de hábitos. Lo que produce la Vaquita de San Antonio es una especie de estado mental hipnótico, debido a la ponzoÑa que inyecta con sus patas al caminar. El adicto no se da cuenta porque la vaquita primero inyecta un anestésico. Pero la vaquita .uno de los insectos más crueles de la naturaleza .hace con estos pobres chicos, lo mismo que hace con sus presas, que van desde pequeÑos insectos a cocodrilos y bisontes, cuando no están en cautiverio..


¿El resultado? .A largo plazo, ceguera, impotencia y parálisis seguida de muerte. Y el riesgo de ser devorado vivo por el organismo huésped.. Con estas alarmantes palabras, el doctor explota en llanto, dando por terminada la consulta.


En la Vacanal, no podemos decir que la cosa se ponga mejor a cada minuto. Ahora nos topamos con Kevin (145-678-99881, de celular), otro pobre y delirante enfermo .dicho esto desde el respeto, que desde su pequeÑo puesto de .Post-Vaquismo., intenta admirarnos: .¿Por qué detenernos en la vaquita de San Antonio?. Yo me paseo hormigas, pulgas, babosas y hasta una que otra cucarachita. Mi proyecto es tatuarme un entramado de caminitos para bichos en todo el cuermo, con semaforitos y todo, y después organizar un Congreso de Post-Vaquismo en Chaco, a ver si se puede experimentar con vinchucas. Parece que si no te rascás no pasa nada..


Este cronista comienza a alejarse -caminando hacia atrás y asintiendo con la cabeza, sin dejar de mirar fijo a Kevin, por las dudas- y en el camino siente una cosquilleo. Un ¡plaf! y examino al insecto aplastado en mi antebrazo; se trata (se trataba) de una vaquita ajena, intentando hospedarse en mi epidermis.


.¡Maten a ese hijo de puta!. son las últimas palabras que escucho antes de salir corriendo y subirme a un taxi. Me despido de los chicos del evento (no sin antes gritarles, siempre desde el respeto .¡Ustedes están enfermos! ¡Enfermos! ¡Son una escoria! ¡Habría que deportarlos a una isla y quemarla!.), preguntándome .Vaquismo: ¿Moda o Enfermedad?..


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