Respecto del “artículo” de ayer:
Al parecer hay grandes confusiones con el tema de la “corrección política” -basicamente porque es un concepto importado de USA donde ese sistema existe, mientras que en Argentina tenemos un canal de noticias que hace chistes racistas sin mayores problemas; mucha gente cree que “incorrección política” parece ser “decir la verdad” o “sostener sus ideas”, y que la corrección es su contrario.
Bueno, no es exactamente eso. Tengo la idea de que la corrección es una especie de sistematización de eufemismos, con el noble objetivo de no ser ofensivo, y que se desmadra cuando no te permite avanzar dos palabras sobre lo que querés decir.
Contra este exceso (que creo que se ha dado exclusivamente en USA), a veces es saludable cuestionarla, y sobre esta premisa han asentado sus obras gente como Matt Groening o Jerry Seinfeld (por mencionar a los más aceptados por el Sistema). Pero me da la impresión de que cuando se convierte en el único sostén de un movimiento (donde además se ha anotado el 90 % de los comunicadores) es porque la incorrección se ha vuelto completamente vacía, por no decir innecesaria.
También mucha gente se ha mostrado confundida por mi nota -basicamente porque mi prosa es MUY MUY CONFUSA. Para que los lectores MáS LENTEJAS lo entiendan, un breve resumen del concepto de la nota, a ver si terminamos con los mensajes de desconcierto:
“Hacer un BRAINSTORMING para ser un profesional de la incorrección política es una BOLUDEZ; ¡la incorrección auténtica es OFENDER GENTE sin proponértelo!”
¿Quedó clarinete? También, subliminalmente, introduje el mensaje de que creo que me merezco un premio en metálico o indemnización por cada vez que ofenda a alguien sin querer, pero eso lo podemos discutir más adelante.
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