viernes, 28 de septiembre de 2012

Dato 4.857: Existencia actual del Tercer Reich


caparros.gifDebido a una laguna legal, el Tercer Reich continua existiendo jurídicamente al día de hoy en Neuschwabenland o Nueva Suabia, región de la Antártida reclamada en su momento por Alemania. ¡Mirá vos! (Fuente: Pancho, que lo puso en su Facebook, sacado de un lugar –no importa qué lugar- en donde se menciona que el dato es afirmado por “algunos”. No dice “algunos qué”. Probabilidades de exactitud: 199 %%, porque en el mismo lugar –no importa, un lugar- aclara que el dato es desmentido por las leyes alemanas e internacionales, lo que no invalida el dato en el sentido de que es un dato. Pero por las dudas le resté un cosito)


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jueves, 27 de septiembre de 2012

¡Revelan resultados de sensacional concurso online!


Blishh, blshh, glishblsh es, efectivamente, el efectod e sonido del blíster al extraer alguna pastishita, cuyas dosis, variedades y marcas se van engrandeciendo y expandiendo cada seis meses, como un ejército multiforme y multicolor que va tomando las funciones que nuestra química decide abandonar; ¡Gracias, pequeños caramelitos medicinales, si bien fútil al final del camino, habréis hecho un excelente trabajo en lograr que esta bolsa o saca de carne caduca que llamamos cuerpo simule el Milagro de la Vida! Nosotros, zombies por pedazos, disfrutaremos de los beneficios que nos da esta impostación: el amor de nuestros seres queridos, de vez en cuando algún opíparo banquete sin sal, sin picante, sin colesterol, sin ácido úrico y sin nada, y la esperanza de que la ciencia médica encuentre alguna vez la vacuna contra la Decadencia del Universo.



Ganadores –y ganadores en el sentido general de la palabra, ya que han demostrado en sus austeras respuestas percepción, inteligencia, flexibilidad, ingenio y carisma, ¡los ingredientes del Éxito!- las siguientes personas: Ulises, Lady Ithil, Mariace, Perezoso. Un premio extra para Diego.J. por la respuesta más original, y sin duda no incorrecta (“Chiche Gelblum”; todos serán premiados con el cromo del mencionado personaje ficticio. Mención aparte para Fla que le pegó en el poste, pero pastillero no es lo mismo que blíster y lamentablemente casi gol no es gol



Miren, Malos libros para niños, o Libros para niños malos, es lo mismo.


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miércoles, 26 de septiembre de 2012

¡Sensacional concurso sonoro!


Blisshgl, lblissgshh, glshhh. No conocía este sonido a los 9 años, o por lo menos no lo tenía identificado como tal. Blishhiglisshh, blishhglshhh, blisshglll. Tampoco a los 12, ni a los 16 ni a los 20. Es decir, lo conocía. Había tomado contacto con él. No sería un homo sapiens del siglo XX de haber permanecido fuera de su área de influencia. Aún no tenía catalogado este efecto de sonido a los 25, ni a los 30 ni a los 35; juzgue el Universo si esto me convierte en alguien afortunado o un hombre promedio. Gliiblshhh, blblshh, glibsh, blishhglosh. Y es que necesitamos cierta frecuencia en el contacto con una cosa para identificarla como “cosa”. Si viéramos un perro una vez cada catorce meses, tal vez no lo notaríamos. Lo percibiríamos como una mancha o anomalía, o pensaríamos “¡qué curioso pato con hocico y cuatro patas!” Sólo una vez que ese perro se instalara en nuestra casa (por medio una orden judicial o amenaza de muerte sobre mis seres queridos, únicas fuerzas que me obligarían a admitir que semejante bestia cruzara mi puerta), me preocuparía por otorgarle una categoría, tal vez un nombre y, si no jode demasiado y caga donde tiene que cagar, un poco de alimento balanceado.



Pero a partir de los 40, despídete del silencio. Entre una y cinco veces por día, todos los días de tu vida de aquí hasta la tumba, blglsssh, blglshh, blishglshhh te acompañará como una sombra, ángel de la guarda o diablo atormentador e irá aumentando su presencia con el correr de los años. Blglshhh no es intrínsecamente diabólico. Glshhblglishh está aquí para ayudarte. ¡Blblishh, glshh, blishhgll es TU AMIGO! Es el motivo por el que te acompaña, y no el motivo particular sino el motivo que motiva ese motivo, EL motivo, diríamos, el Motivo por el que nos apresuramos a hacer las cosas lo que lo hace indeseable. Por eso nunca escucharemos a glsblglsh, gliblsh, glbliglsh con la satisfacción con la que escuchamos una canción, una risa infantil o el sonido de un sachet de leche al golpearse.



Agradezco la posibilidad de contar con este “soundtrack”, y sin embargo detesto su presencia. Glblshh, glblsh, bliglblsh, te odio.



PREGUNTA: ¿A QUÉ ACCIÓN Y/U OBJETO PERTENCE EL SONIDO “BLISHHIGLISSHH, BLISHHGLSHHH, BLISSHGLLL”? Quien acierte ganará un exclusivo “Cromo” de Shörgen dos Llobregaten, cuya entrega es más sencilla de instrumentar que un chipá o un libro autografiado (que ya van, ya van, ya van, ténganme paciencia).



Miren, temazo de Ludus.



CONCURSO CERRADO. EN INSTANTES, LOS RESULTADOS.


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viernes, 21 de septiembre de 2012

¡Canto al Hombre que Arregla!


¡Ríndete, Universo, ante la fuerza creativa y modificadora del Hombre! ¡Nada impedirá que el ejercicio de la voluntad y el ingenio dobleguen tu perversidad innata y prolificidad a la hora de engendrar nuevos y constantes obstáculos contra la consecución de la felicidad! ¿Derribas puentes con socorro del estruendoso tornado o el furibundo terremoto? ¡Allí está el Hombre, munido de cuadrillas y palas mecánicas para reconstruirlo! ¿Impides que los amantes se regodeen en la mutua contemplación a través de una de tus peores invenciones: la distancia? ¡Allí emerge el inventor de la webcam para reírse en tu cara (justamente, mirándote la cara con una webcam)! ¿Amputas miembros y generas ejércitos de tullidos? ¡La Ciencia de la ortopedia, fruto de las mentes más nobles y luminosas del bicentenario allí están para emparchar tu Crimen, mejorando y fortaleciendo la especie con miembros de acero y titanio!



¡Ni siquiera tu Bomba Atómica, el Lobo Tiempo, es completamente inmune a nuestra espada! Merced a pastillazos, reemplazos de órganos, jalea real, jarabe de rábano, alcoholato de brotano macho, té verde, dietas milagrosas y planes de alimentación estamos, si no ganando, por lo menos peleando esta batalla desigual, con nuestros ancianos cada vez más provectos y profusos como apergaminado trofeo! Ahhh, sí, porque no somos tontos, no somos tontos, por lo menos no nosotros, los que estamos del lado de acá, aquellos no sé, esos de ahí enfrente, tienen medio cara de boludo, pero nosotros, (acá), los de esta esquina no nos chupamos el dedo: sabemos que la batalla está perdida. Conocemos los alcances de la entropía, ese Kraken frente a cuyos tentáculos no hay escape, y los límites cada vez más estrechos de la Eternidad. ¡Todos seremos polvo, y ese polvo partículas más temprano que tarde, y éstas entidades más allá de lo cuántico que ni siquiera podemos concebir!



¡Pero no importa! Porque en la batalla, en la Resistencia, en la lucha hasta el fin, con nuestras últimas fuerzas está la verdadera victoria: la victoria moral, el triunfo de la Dignidad, de la Marca de nacimiento que nos distingue a los humanos de los anélidos que simulan serlo. El orgullo indestructible de aquel que no se ha rendido ¡jamás!, y que incluso en la Derrota ha sabido arrearle al Cosmos un puñetazo en el ojo, y si hemos caído y estamos en el piso agonizantes, aunque sea un mordiscón en el dedo chiquito del Pie, pero de arriba no se la va a llevar ese hijo de puta.



¡Por eso, Universo, no te fíes de tu Monstruoso Poder! No es infinito. Nosotros le pondremos límites. Construiremos, reconstruiremos, refaccionaremos y aunque más no sea emparcharemos, pero tu aplanadora no saldrá indemne, no terminará su labor destructiva sin sentirla como una victoria amarga, sin haber recibido cuatro o cinco rayones en su carrocería. Aquí está la Raza Humana, cuya auto-denominación en la gran Biblioteca Cósmica que soñaba Sagan debería ser “Los que Arreglamos las Cosas”.



(Escrito en estado de euforia desmedida luego de empezar el día habiendo enganchado nuevamente –con todo éxito- el cosito del botón del baño con el garfio de la bocha para que ande de nuevo)



Miren, Orson Welles haciendo una propaganda compeltamente borracho, bwahaaaa, the french… champagne (Descubierto por Lucas Nine).


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martes, 18 de septiembre de 2012

¡Clínicas de Humorismo: Lección 21!


Lección 21: La paradoja del amor/odio/amor



Hay una inmensa paradoja en la labor del humorista profesional: Buscando ser amado, se hace odiar, pero sólo haciéndose odiar –y exponiéndose a lapidaciones de toda clase- tiene posibilidades de ser amado.



En estos turbulentos tiempos en los que campea el odio, la intolerancia y la sensación de apocalipis permanente, no puede el humorista moderno sobrevivir contando chistes de salón. Debe apelar a golpes bajos, patadas en el esternón, rodillazos en las encías y barretazos en las costillas. No literalmente, claro. A menos que sea gracioso. No sé, depende. El caso es que la inocencia de un Pepe Biondi hoy sería menospreciada e ignorada (salvo cuando hace chistes de gordas, en cuyo caso seria considerado poíticamente incorrecto), y el gracioso profesional debe ser cruel y despiadado; de lo contrario, corre el riesgo de que no lo entiendan.



Esto, sin embargo, conlleva el riesgo de que las víctimas de su sardonismo se enojen con él. Y se la quieran devolver, a través de más sardonismo, o juicios, o páginas de repudio en Facebook o amenazas telefónicas o palazos, cosa del todo desagradable (a menos, de nuevo, que sea gracioso. Pero he notado que los palazos en la vida real no son tan graciososo como se ven en los Tres Chiflados. Debe ser por los efectos de sonido), más para seres sensibles y de temperamento melancólico y artístico como suelen ser los sujetos que nos ocupan.



Pero hay otro problema de fondo: incluso el más valiente y fornido de los humoristas podría llegar a sentir pruritos por burlarse, por ejemplo, de su tía Eulogia, 82 años, que cuando era chico le regalaba Milkybares pero que hoy es calificada de “Troglodita de Barrio norte” por su ingrato sobrino, por haber ido al cacerolazo. Y así con sus amigos y parientes que miran a Tinelli, o son viejos o boludos o ciegos o pelados, o son gallegos o están en una isla desierta o se visten para el culo o se caen al piso o entran a un bar con un inglés, un francés y un alemán o la mujer tiene a un tipo en el ropero, o son Menem o les cortaron una pierna y tantas otras cosas graciosísimas.



¿Debería entonces el humorista aislarse de todo contacto social y humano para ser eficaz sin culpa? ¿Debería encerrarse en una caja de cristal dentro de una caja fuerte en lo alto de una montaña erigida bajo 10.000 metros bajo el océano, para poder hacer mejores chistes sin prurito o autocensura? Sí, claro, es así, obvio, qué pregunta pelotuda. ¡Es la solución ideal! ¿Dónde firmo? Lo que pasa es que se le haría muy incómodo para cobrar sus cheques. Sí, ya sé! les pueden hacer una transferencia. Y, pero cómo voy al Coto. No problema, hay delivery. Pero entonces no podés hacer chistes a costa de los pibes del delivery, lo que es una pena porque son desopilantes.



Pero el problema es que el humorista, además, debe despertar cierta empatía en el lector para poder lograr una correcta comunicación. El humorista que riera salvajemente de todos y todo, sin el menor riesgo de ser insultado o aunque sea hinchado las pelotas en su blog, semejaría una deidad grotesca y malvada, un enajenado mono de mente humana encaramado sobre una palmera y cagándonos a cocazos mientras lanza chillidos de satisfacción, al tiempo que nos limitamos a observarlo desde abajo y agitar nuestro puño impotente. Sin posibilidades de recibir de cuando en cuando un piedrazo en el ojo, el humorista dejaría de parecernos gracioso para darnos bastaaaaante bronquita.



Por lo tanto, no hay otro camino: Salir a ganarse el odio de todo el mundo, para luego ofrecer alegremente el cuello a la guillotina popular. Una salida agresiva-pasiva, no muy lejos de algún tipo de conducta psicopatológica, y que si nos detenemos a pensar es casi una REGLA INQUEBRANTABLE en el resto de nuestras relaciones humanas –por lo menos en las que valen la pena. Sea esta tu divisa y tu destino, joven humorista, ofende hasta la más inocente de tus primas, pero luego ponte al alcance de sus puñitos y mordiscones para cerrar el círculo. Y por las dudas aprende Tae-Kwon Do.


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lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Es el cine el equivalente artístico de un paciente de Alzheimer?


¡Grandes noticias del mundo cinematográfico! El asqueroso ladrón inmoral sin escrúpulos, sin ideas y sin gracia que copió a los Simpsons a través de una versión peor, más pelotuda y más vacía, ha dado el salto a la pantalla grande con una idea nunca vista: La de un hombre común que convive con un muñeco, mascota y/o criatura de personalidad díscola e imprevisible que le hace la vida imposible, en este caso un tierno osito de peluche. ¡Una genialidad, entendés, un osito de peluche medio violento que se droga y le toca el culo a las minas! Qué grande, no se vio nunca nada de eso, salvó acá, acá, acá, acá, acá, acá, acá, acá, acá, y acá, y seguro que me olvido de unos cuantos acás más. O sea, el tipo es tan tan tan original que se robó algo que sólo se hizo un par de docenas de veces.



¡Corré a verla a tu cine amigo, y descubrí que en realidad ya la viste, sólo que no te avisaron! Lo peor es que el tipo debe creer que tuvo una idea genial; Y bueno, pensá que es como visitar a un abuelito medio gagá que te cuenta siempre lo mismo, vos escuchalo y asentí pacientemente (después de pagar los treina pesitos de rigor, claro).


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sábado, 15 de septiembre de 2012

¡Proponen solución para el tema de romper y/o chocarse con cosas!


La Asociación de Lucha contra la Discriminación de los Espacialmente Disminuidos lanza su primer comunicado y algunas propuestas de tipo constructivo:



RECHAZAMOS las imputaciones injustas que se nos hacen acerca de nuestras dificultades para movernos en un entorno físico. No tenemos la culpa de que haya demasiadas cosas en todos lados y estas se caigan o se rompan o nos las llevemos por delante.



NO ACEPTAMOS que la solución a nuestras dificultades consistan en “tener cuidado”. Ya tenemos cuidado. Mucho cuidado. Más cuidado que todos ustedes juntos. En realidad, no tienen idea de las cosas que podrían llegar a pasar si no tuviéramos cuidado y hasta deberían estar agradecidos de que esas cosas no pasen.



CUESTIONAMOS una relación excesivamente armónica y pacífica con los objetos, que conllevaría una objetificación de nosotros mismos. Sugerimos que ellos en todo caso se humanicen (y traten de correrse, por ejemplo). Lo único que faltaba, que nos tengamos que poner al nivel de ellos.



Ponemos en el tapete los siguientes problemas:



El tema de las cosas que hay en el piso: El lugar de las cosas no es el piso. Las cosas tienen que estar en un estante, una mesa, una repisa. ¡De lo contrario estamos volviendo a la época de las cavernas, en la que no existían estantes, mesas ni repisas! Ni parte de arriba del televisor, por ejemplo. Y las camas con pata de hierro también deberían estar sobre algo, yo sé lo que te digo. Si hay algo en el piso, ese algo merece ser pisoteado, pateado o tropezado, casi como obligación moral. Es más, nos deberían dar un premio cada vez que tropezamos con algo, ya que estamos blanqueando la irregularidad de esta situación.

Propuesta: Cuadrilla de Recogedores. Una cuadrilla estatal compuesta por sordomudos que recorra casas y departamentos recogiendo las cosas que hay en el piso. El dinero para mantenerla podría provenir del ahorro que conlleva la no rotura (por pisoteo) de estos objetos, cálculo realizado y actualizado a diario por otra cuadrilla, en este caso de autistas eruditos tipo Rain Man.



El tema del Aceite: Parece mentira que a esta altura del siglo –me refiero al siglo XX, la altura del siglo XXI todavía es muy pequeña- continuemos usando aceite de ese que mancha la camisa de 200 mangos que te compraste recién. Ya es medio raro que tengamos que usar aceite y no que, en vez, la comida ya venga con un coso transgénico que haga brotar el aceite de adentro (de la comida). Ya hay eso, pero con la grasa, pero encima no te dejan comer grasa porque hace mal. Yo digo aceite, aceite que venga con la comida, de ser posible de oliva extra virgen. El caso es que no puede ser que haya capa de invisibilidad, inyección no inyectable, feriado en noviembre y no haya aceite inocuo.

Propuesta: Instauración del Nudismo Gastronómico. Obligación POR LEY de comer desnudo, siempre. Como mucho, una servilleta cubriendo los genitales, por si se te cae tuco caliente (recomiendo el uso de una segunda servilleta para limpiarse la boca). Por lo menos hasta que inventen el agua saborizada con gusto a aceite, para condimentar con eso.



El tema de los animalitos: Remite a lo de las cosas que hay (impropiamente) en el piso. Los animalitos de compañía, gatitos, perritos, ratoncitos, lagartitos, son una fuente inagotable de dejar cosas en el piso pasibles de ser pateadas o pisadas, como platitos de comida, cuenquitos de agua, juguetitos, cascabelitos, huesitos de plástico y el animalito propiamente dicho, que también vive en el piso. Hay que cambiarlo, por las razones antedichas. Eliminar a toooooodos los animalitos del mundo no sería recomendable (por un tema de logística), por lo que es necesaria una alternativa.

Propuesta: Nivelación Arquitectónica de Animalitos. Se propone la construcción OBLIGATORIA POR LEY en la totalidad de las viviendas del mundo de una serie de rampas, al nivel del ombligo humano, por poner una altura, para que nuestros animalitos (y eventualmente bebés que gatean –otro peligro) puedan trasladarse con comodidad, pero dentro de un campo de visión razonable. Las rampas mismas servirían para señalizar que allí hay algo, llamando la atención de los Espacialmente Disminuidos. Habrá quien considere que éstos ahora tendrán otro objeto que llevarse por delante. Bueno, bueno. Eso lo vemos después.



El tema de los objetos altos y finitos que se caen y vuelcan cosas: Botellas. Copas de cristal. Termos. Todos objetos diseñados de forma errónea. Cuando un recipiente debe llevar en su interior el Estado más artero y peligroso de todos, el líquido (el Estado gaseoso no jode no te podés tropezar o pisarlo), su estructura debe ser antisísmica. No se quién fue el GENIO que decidió que una botella debía ser oblonga, ni se entiende cuál es la utilidad o beneficio de semejante arquitectura diabólica. Las botellas deberían tener la forma de cajas de zapatos, o de bandejas de carne, cosas que no se caigan. Pero no, vistes, vamos a ver cuál es la forma más práctica de joderle la vida a la gente.

Propuesta: Plastilinización de los Recipientes de Líquido. Proponemos la creación de otra cuadrilla, puede ser de sordomudos, o de ciegos (total con el sentido del tacto se arreglan) pero sobre todo de abstemios, que vayan casa por casa poniéndole plastilina a la parte de abajo a las botellas, jarrones, vasos y termos, haciendo más difícil su vuelco. El dinero para sostener esta cuadrilla podría venir de un impuesto, multa o expropiación de las arcas de la gente que fabrica recipientes. Por hijos de puta.



El tema de que las cosas en el piso no se ven: Si Dios hubiera querido que las cosas estuvieran en el piso, no habría puesto nuestros ojos -los instrumentos por antonomasia para ver obstáculos- tan lejos del piso. Nos habría puesto ojos en los pies o en la rodilla, o en la papada, ponele, que si bien está lejos mira para abajo. Si los objetos en el piso, invisibles de por sí por lo menos hicieran ruido (nos referimos a antes de pisarlos) no se haría necesaria esta modificación en el diseño anatómico del humano.

Propuesta: Enanos corredores de cosas. Siendo una injertación quirúrgica de ojos en el pie aparentemente muy caro (mi cirujano de cabecera me pasó un prespuesto demencial), y la instalación de camaritas en los zapatos cuando menos riesgosa (quienes padecemos del síndrome estamos destinados a pisar nuestros propios pies y hacerlas añicos), propongo la organización de una cuadrilla de enanos que nos acompañen, revisando el piso y corriendo los objetos MAL PUESTOS en el mismo. El presupuesto de sueldos, uniforme (que sería muy barato, porque necesitan menos tela), logística, etc. puede recaudarse de los bolsillos de otras personas.



Y los bordes de cemento esos de las bicisendas propongo dinamitarlos porque son un peligro MORTAL, especialmente si venís medio copeteado.


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viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Repercusiones de la visita a Bs. As. del Viejo Karayannis (h)!


Escribe Kiriatos

Fiel Asistente griego

elouzorulea@gmail.com



Kalimera! Me pide el Patrón que lo cubra ya que él está con un “writer´s block”. No termino de entender cuál sería el problema, es un lindo block, un block nuevito, de hojas mate, con un leve color sepia que evita la fatiga visual. Podría escribir en ese block sin problemas. Ah, me informa el Patrón que el block, por ser nuevo, le produce el “Miedo a la Página en Blanco”. Agrega, además, que “y si no querés tener el Miedo al Ojo Morado cerrá la bocuchi y ponete a laburar, viejo grequeta borracho infeliz”. Siempre tan amable y cuidadoso de las relaciones laborales el Patrón, da gusto trabajar prácticamente sin salario desde hace catore meses para él.



Aprovecho entonces para cubrir la visita a la reciente Fevida, organizada por el Gobierno de la Ciudad, de la máxima eminencia de la autoayuda y la meditación griega: El Viejo Karayannis (Hijo). De los centenares de hijos del amor que el Hombre más Sabio de toda Grecia dejó por el mundo (se dice que la virilidad del Viejo Karayannis era tal que podía embarazar una doncella sólo mirándola fijo, especialmente mientras la montaba), el Viejo Karayannis (Hijo) es el único que abrazó la carrera de su padre, dedicándose un alto porcentaje de los restantes a los oficios de matarife, herrero, boxeador y asesino a sueldo. El parecido con su padre es asombroso, y existen quienes insinúan que se trata de la reencarnación del Karayannis original, o del Karayannis original haciéndose pasar por su hijo (en parte para evitar la persecución internacional que le valieran algunos de sus crímenes de lesa humanidad).



Teniendo en cuenta que debería contar con 210 años de edad, ésta última explicación es del todo posible, ya que según los registros oficiales falleció a los 176 y tanta diferencia no hay. Pero ¿acaso importa? ¿Acaso importa la boca que pronuncia el proverbio, o el proverbio en sí? Lo que importa es la palabra, el mensaje, la filosofía transmitida por este profeta de nuestro tiempo. Transcribo algunas de las frases pronunciadas durante su conferencia:



“Así como ahora me preguntáis quién soy y que hago aquí en el escenario en el horario en que debería estar hablando Claudio María Domínguez, mañana os preguntaréis al final qué habrá sido de Claudio María Domínguez y por qué no aparece y esto ya es alarmante y si no eran medio sospechosas las manchas de sangre que el Viejo Karayannis (h) tenía en su túnica”



“Así como ahora os quejáis con los organizadores ya que no era a mí a quien veníais a verme, mañana os preguntaréis por qué los organizadores no contestaban nada, y por qué estaban tan pálidos y con la frente transpirada, y qué raro era todo, y dónde está Claudio María Domínguez y qué pasó con Horacio Rodríguez Larreta, que tampoco aparece, che, esto es raro, raro”



“Así como ahora gimoteáis que bueno, bueno, no es para tanto, que no me ponga así, que os suelte la muñeca, que no diréis nada a la Policía sobre el infausto destino del Espectador de Primera Fila que Ponía Fea Cara, mañana reconoceréis que cada segundo de vida es invaluable, que la vida es un regalo, que menos mal que habéis salido vivos y que esta experiencia os ha marcado a fuego. Literalmente. Y sobre todo, que calladitos la boca sobre lo que habéis presenciado y padecido aquí, porque capaz me enojo en serio”



“Así como ahora no queréis hacerme ninguna pregunta porque tenéis miedo de que me enoje (como lo hice por las preguntas estúpidas que estuvisteis haciendo y perdí un poco la paciencia), mañana los que pueden haber vuelto a su casa sí querréis haberme hecho una pregunta, habiendo presenciado que más que las preguntas estúpidas me enfurece que no me hagan ninguna pregunta”



“Así como ahora gritáis de horror y dolor y preguntáis cómo se hace para huir de aquí, mañana os admiraréis de mi capacidad de planeamiento estratégico para plantar a mis dos docenas de sicarios en las calles que rodean la zona, de modo tal de teneros envueltos en una múltiple maniobra de pinzas”



“Así como ahora rogáis de rodillas que os deje salir, o que os diga qué pregunta quiero que me hagan –porque he venido a contestaros vuestras preguntas con mi infinita sabiduría, pero no voy a gastar mi infinita sabiduría en preguntas pelotudas, a ver si os ponéis las pilas-, mañana os quedaréis en un rincón de vuestra casa en posición fetal y ahamacándoos mientras repetís ‘no pregunto, no pregunto, no pregunto’”



“¡Ah! Esa es una excelente pregunta. No, mentira. Venid, acercaos que os quiero decir una cosa”



“Así como ahora no estáis en condiciones de preguntar ni decir nada ni de moveros o hacer funcionar vuestro sistema nervioso simpático, mañana tampoco y probablemente tampoco en varios meses”



“Para cerrar, voy a narraros una parábola. Una vez, el Hijo del Viejo Karayannis, el Hobre más Sabio de Toda Grecia –que no era otro que el propio Viejo Karayannis con otra identidad- viajó a una capital sudamericana metafórica de un país indeterminado, a un Festival de Vida de Buenos Aires. Una vez que hubiera dispuesto –a puñetazos y con ayuda de ganchos de carnicero- de la persona que iba a dar la conferencia en el horario en que en realidad le venía bien a él, se presentó ante millares de personas, esperando poder departir con tranquilidad. Sin embargo, el público presente no fue de su agrado, ya que aplaudían a destiempo y eran estúpidos y ortibas. Uno, incluso, estornudó. Eso, y contando que la Ginebra de Estiércol de Carnero (marca Kopryakos, la mejor de toda Creta) que había desayunado en su jet privado le había caído mal y que había tenido una discusión de índole conyugal con su asno Stavros, terminó por malquistarlo con los aldeanos, y cuando uno de ellos arrancó su pregunta incluyendo la palabra ‘época de crispación’ en la misma, perdió ligeramente el control y los masacró luego de torturarlos física y psicológicamente y luego le sugirió al Intendente que lo había contratado que le dé la plata que le debe y la multiplique por dos, porque sino se iba a enojar en serio. Y el Intendente, si sabe lo que hace, se puso pálido pero se la dio y en homenaje a las víctimas planeó un ‘Ground Zero’, pero después no hizo nada.”




Estas fueron sólo algunas de las sabias palabras del Viejo Karayannis, que ya ha sido contratado para volver a nuestro país en los Fevidas de los próximos doce años, e incluso se comenta que le han dado un puesto de Asesor Espiritual Municipal con varios sueldazos superpuestos, luego de insinuar que el enojo no se le había ido del todo. ¡Quiera Koutsodaimonas, el demonio griego de la Fraternidad, que algo de su sabiduría –o de su excelente ginebra de estiércol de carnero- se reproduzca entre nosotros tal como los genes del propio Karayannis se reproducen cada vez que se cruza en la calle con una hembra de buenas carnes y sangre en las venas!


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miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡Experto te justifica el Trabajo, el Capitalismo y qué se yo cuántas cosas más!


(Presentando al Justificólogo: Un tipo que te justifica lo que sea)



Hoy: Justificación del Trabajo



Yo sé que salvo que hables con un taxista o un jubilado (¡Y juro con Dios como testigo que jamás lo haré otra vez, porque me recuerda éste los Infiernos de la Vejez y el Averno de tener que ir de un Lugar a Otro aquel!), decir que trabajar está bien queda mal. Tipo que el Trabajo es el origen de todos los males, que es el sostén del Sistema, que el Capitalismo, que el exceso de Producción que está lelvando nuestro planeta a las ruinas ay ay ay uy uy uy bla bla bla.



Pero hablemos de la Entropía, el Tiranosaurio Rex del Universo. Esa Fuerza Demoledora e Indestructible, que con la ayuda de su diabólico hermano, el Tiempo, arrasa con todo lo que conocemos y lo que –por nuestra condición de efímeros mortales hechos de carne y pelo- kamás tendremos la oportunidad de conocer, o imaginar quisiera. La Entropía convierte ese volumen con estampas japonesas de encuadernación lujosa y papel satinado (que en su momento te costó alguna pelea con tu cónyugue o con un amigo con ideas muy firmes sobre lo que es ético gastar en un libro) en miserable polvo. Tira tu Hogar abajo y en tus propios ojos, no tan de a poco como creés, en forma de paredes que se descascaran, lamparitas que se queman, parquets que se levantan –en apariencia- levemente, hasta dejarla tarde o temprano en ruinas.



¡La Entropía, por fin, va percudiendo tus órganos internos y tu aspecto exterior, no en forma uniforme y predecible sino como un matón aprovechador y sádico –y algo desequilibrado- que te va metiendo puñetazos aquí y allá, luego te deja en paz por un tiempo, luego te mete cuatro o cinco patadones simlultáneos y luego se enceguece y ya no se detiene, hasta que te lleva a la misma Tumba! ¡A vos, a tus amigos, tu familia y hasta a tus peores enemigos y al Universo mismo! ¡No tiene un plan, ni una lista, ni un orden de prioridades: en lo único que piensa es en JODER, y tiene las 24 horas para planificarlo y ejecutarlo! O sea, un encanto la Entropía.



Y mientras tanto, ¿qué hacemos nosotros, insectos con todas las de perder frente a este Poder Supremo? Enfrentarla, como un David contra cien Goliats, haciendo lo que hacemos cuando hacemos algo. Desde la señora que limpia, que intenta que el polvo vuelva al lugar de donde vino al matasanos que para bien o para mal trata de que nuestra sangre siga circulando por los carriles y al ritmo habituales, pasando por el mecánico, el plomero, y hasta el frutero, que mediante el expendio de bananas pugna por que el potasio no se evapore de nuestro organismo, todos no hacemos otra cosa que combatir la Entropía, el Caos y el Desorden. ¿Una lucha infructuosa? ¡Sí! Pero, ¿acaso hay otra lucha?



(Excluyo de esta noble cruzada a oficios cuyo corazón parece ser aumentar el desorden: Expertos en demoliciones, lijadores de muebles, fabricantes de armas y organizadores de fiestas. Todos infames aliados o tal vez “Hombres Robot” de la Entropía)



¡Todo lo que hacemos en nuestra existencia es un manotazo de ahogado por conservar las cosas en orden! ¡Y en la lucha para que las cosas no se vengan abajo solas, tal vez trastabillamos o nos hacemos daño entre nosotros, claro! ¡Porque si tapo un agujero con eduído probablemente esté estimulando el aumento de tóxicos con el que se fabrica el enduido! No somos capaces de ver la película completa, claro. Pero, ¿quién duda de que en nuestra lucha(con daños colaterales y fuego amigo) está encarnada la verdadera rebeldía contra el Sistema, ese Sistema llamado Cosmos y regido por la cruel Emperatriz de la que estamos hablando?



¡En cambio, del otro lado, ecologistas pasivos y vagonetas simpáticos o anarquistas que se jactan de no contribuir con el Sistema, al no tocar nada, al dejar que la Entropía siga su curso, no pintando la pared para ahorrar recursos o enviando a los laboratorios fabricapastillas a la ruina por intentar frenar un cáncer de riñón con tecitos y aloe vera, son los verdaderos peones del Sistema (el Sistema Cosmos)! ¡No intervienen, no ensucian, no contaminan y por énde no combaten la Entropía! ¡He ahí a los auténticos esbirros y los culpables de que todo ande como anda (así, a nivel cósmico)!



Así que la próxima vez que un hippie marginal bohemio punk roñoso ecológico te acuse (desde la comodidad de su casa tomada con paredes sin revocar) de contribuir a la destrucción del mundo por trabajar en una fábrica de detergente ay ay ay uy uy uy bla bla bla, vos retrucale: ¡Cómplice de la Entropía! ¡Cómplice de la Entropía! ¡Cómplice de la Entropía!!!


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¡Muestran desinterés deportivo de segmento ABC1!


Sitio de desinterés n° 20: Vitrina con piezas pertenecientes al Museo Argentino del Rugby







Sito en la estación Congreso de la Línea “D”. El visitante se pregunta -con respuesta o conclusión al gusto del mismo- si serán estas las joyas, los incunables, los tesoros, las piezas más raras e inapreciables de la institución.



Miren, una pianola original utilizada en la época del cine mudo (o “Fotoplayer”), en pleno funcionamiento (enviado por Gustavo Correa)


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Dato 4.827: No tener Alzheimer


caparros.gifEl olvidarse de nombres suele considerarse un síntoma temprano del Alzheimer, pero es imposible detectarlo en uno mismo, ya que el ser consciente de estos olvidos es una señal de no padecer la enfermedad: los afectados por el Alzheimer no los perciben. ¡Mirá vos! (Fuente: Un médico nuclear y psicoanalista con el que hablé la otra vez. Probabilidades de exactitud: 200 %%, el tipo no sólo tiene un título, tiene dos, flaco, a ver cuántos títulos tenés vos, uno con toda la furia, ¿verdad? Bueeeeeeeeeeeno. Aparte hay una palabra para esto –la condición de ser consciente de que uno no recuerda las cosas-, algo tipo “pasarapasasia”, una de esas palabras por el estilo. Pero no me acuerdo. No es un chiste, no me acuerdo en serio. No me acuerdo nunca de nada. ¡De nada! Y lo digo con la frente bien alta y bien consciente)


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martes, 11 de septiembre de 2012

¡McDonalds 1 – Fontevecchia 0!


Si alguna vez tienen la peregrina idea de pedir un combo de algo en McDonalds se encontrarán, desde hace algunos meses o tal vez años, con la siguiente novedad: El cúmulo de colesterol y ácido úrico coloridamente empaquetado con el que agredemos nuestros sentidos es acompañado, ahora, merced a alguna campaña en pos de la alimentación saludable (o alguna ley trasnochada promulgada por algún partido progresista), por fruta. Como para compensar y estimular buenos hábitos en nuestros niños.



No se trata sin embargo de cualquier fruta. Debe ser la peor fruta seleccionada de la peor granja transgénica iluminada con los peores tubos fluorescentes más sórdida, triste y artificial del planeta. Consiste en cuatro o cinco pedacitos de manzana, de un color macilento y moribundo, empaquetadas en un pequeño ziploc plástico. No, no es la imagen que tenemos de “fruta”. No es una manzana lustrosa y rebosante, gorda y roja como los labios de una muchacha en la flor de la edad, una manzana que despierte un deseo casi lúbrico de morderla y sentir sus jugos invadiendo nuestra lengua y garganta. No es una manzana poderosa, insolente y provocativa. No, no. Es el despojo de una manzana. Una manzana que ha fracasado en alguna misión y se la ha enviado aquí: “Su próximo destino, Fernández, será una de esas bolsitas que vienen en un combo de McDonalds” “¿Pero por qué, qué hice??? ¿Qué hice??? Ah, pará. Lo del Informe Kloosterboer. Bueno, a cualquiera se le pierde una carpeta en una feria de ‘Cosplay’. ¡No soy perfecta, soy un ser humano! Bah, ni siquiera: Soy una manzana. Buéh”, dice la pobre manzana. Se trata de una manzana reducida a la servidumbre.



Fíjense qué taimados esos tipos de McDonalds: Les habrá llegado por algún canal indeseado la orden de incluir fruta en su menú, y han reaccionado rápidamente. “¿Querés fruta? Yo te voy a dar fruta. Pero te voy a dar fruta a la manera de McDonalds”. Y así nos entregan una manzana civilizada, domesticada y humillada, una manzana envuelta en plástico; un plástico con la aparente e inobjetale misión de protegerla de las bacterias y la descomposición, pero cuya misión última es transformarla en un producto artificial y lastimoso. Con el resultado esperable: que no queramos probar esta manzana ni bajo apremios ilegales, y probablemente ninguna otra manzana en nuestra vida, y que a su lado el Cuarto de Libra con Queso nos parezca un plato artesanal cocinado por una abuelita.



Así actúa McDonalds: Con astucia e inteligencia maquiavélica. Por eso han llegado donde han llegado.



En el otro extremo, el extremo de la torpeza estratégica, está la revista “Noticias”, con la famosa tapa de la “Cristina Erótica”. Francamente a mí, lector y colaborador de revistas humorísticas con caricaturas políticas y dibujos de pijas, no me escandaliza un ápice la anti-jugada maestra de Fontevecchia (aunque supongo que Fontevecchia no estaba pensando particularmente en mí, mal que le pese a mi ego). Me asombra en cambio, que este muchacho pulcro y exitoso, corte de pelo impecable y rostro de monaguillo no haya evaluado la caracterización inmediata que hacemos de él. Porque la tapa con Cristina orgasmeando y autosatisfaciéndose (o sea, en realidad una persona normal), y el texto donde se la describe como “procaz” y “sensual” -lo que supongo le habrá conseguido millares de inesperados adeptos a la Presidenta (hablando de voto a los 16 años)- puede resumirse, teniendo en cuenta el público anti-K al que va dirigida, en una sola línea o mensaje, el mensaje, el subtexto que Fontevecchia quiere en realidad transmitir: “Cristina es una mujerzuela”.



Ni más ni menos y con un lenguaje menos florido es lo que nos quiere decir el amigo Fontevecchia; ¿y qué clase de persona es la que dice eso de una mujer? No imagino, por ejemplo, a Adolfo Pérez Esquivel, James Bond o Popeye (por citar sólo a algunos de mis máximos referentes morales) expresándose así. No, el identi-kit no es muy halagador. Suele ser el grito de batalla de ex novios rechazados, desesperados, impotentes y resentidos, con manchas de tuco en la remera, ahogando sus penas en ese veneno llamado Quilmes y porno, llamando a hot-lines o a la casa de la madre de su ex novia y de cuando en cuando, escribiendo su número de teléfono en baños públicos (“Soy re puta. Llamame. Evelyn”) junto a dibujitos de porongas de diversos tamaños. La clase de situación por la que más de un varón ha pasado alguna vez pero que le gustaría ocultar en el rincón más profundo y vergonzoso de su memoria y que lo obliga a evitar –poseído por el oprobio- las amistades a las que le quemaba la cabeza con su obsesión marital y autoconmiserativa; esta situación bochornosa, íntima y despreciable, Fontevecchia ha decidido temerariamente exhibirla al mundo y descender de su imagen de poderoso yuppie periodístico opositor a la de gordo llorón revolcándose en sus fluidos.



Fíjense qué resultados tan diferentes: Con un par de gramos de plástico, McDonalds vence y destuye a un enemigo que existe desde tiempos inmemoriales (la fruta), mientras que el vano intento de Fontevecchia lo transfigura en un personaje secundario de un cuento de Bukowski. Le aconsejo algún cursillo de autoestima con uno de esos tipos que trajo Macri, y sobre todo de estrategia política con Ronald McDonald.


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¡Transcriben un programa de radio de estos de ahora!


Locutor (Rápido): ¡Y nos siguen llegando mensajes a nuestro teléfono, comentando este tema tan apasionante del que hablábamos hace un rato, pero antes vamos a leer los mails que llegan a nuestra casilla, soyelmasporonga@radiopindonga.com. También la gente se conecta con nosotros a través de infinidad de mensajes de texto que nos llegan, están esplotando los sms en respuesta al tema del que hablábamos, que tema, qué tema. Lo mismo en nuestro Facebook, la gente se conecta con nosotros a través de nuestro Facebook, ya vamos a leer los mensajes en Facebook sobre el tema, pero primero vamos a escuchar los mensajes, aunque también es in-cre-í-ble la cantidad de “tweets” que están “twiteando” en nuestro “Twitter”, el “Twitter” de la radio, realmente es increíble cómo pegó el tema y cómo está esplotando el Twitter, tanto como nuestro Facebook, acá en el muro del Facebook Mara de Villa Pueyrredón nos pone, ah, pará, también nos llegan mensajes a través de nuestro chat, porque Soy el Más Poronga ahora tiene chat, sólo tenés que entrar a www.radiopinonga/soyelmasporonga/chat.com y podés chatear con Producción y dejar tu opinión sobre el tema, es muy importante para todos nosotros escuchar tu opinión y poder compartirla con el resto de los oyentes que se comunican con nosotros por teléfono, por mail, por sms, por Facebook, Twitter y chat, y también claro por ICQ y por Linkedin y Sónico y Oblogo. También podes dejar comentarios (sobre éste u otros temas) en nuestro blog: soyelmasporonga.radiopindongablog.com, increíble la cantidad de comentarios que nos están dejando, comentarios realmente muy muy jugosos, ya vamos a leer algunos, esplotó realmente el blog, pará y mientras esplota el blog esplotó esponencialmente el muro del Facebook y el Twitter, ya vamos a leer algunas de las opiniones pero esto realmente nos está sobrepasando un poco, no sé si primero leer el llamado, el sms, el mail, el blog, el Twitter, el chat, el Facebook, el ICQ, el Linkedin o darle la palabra a las personas que están acá, en carne y hueso, no olvidemos a la persona de carne y hueso que se agolpa acá en la puerta de la radio, ya vamos a mandar un móvil, aunque también desde la puerta nos pueden mandar un sms o un Tweet o llamar por teléfono, para no cortar estas líneas de comunicación, esta sobrecogedora y levemente inquietante cantidad de posibilidades de comunicación que nos brinda el mundo de hoy, vamos a leer entonces un sms, ¡pará! Acaba de sumarse otro comentario en nuestro “blog”, vamos a l… Uy, pará, alguien acaba de sumar se a nuestro chat, a ver que di… ¡Uy, me llegó otro sms! Pará. Pará. Vamos a ordenarnos un poco (Respira) Vamos a hacer así, vamos a leer un mail por orden alfabétic… ¡Pero nos llegan las palomas mensajeras! Porque ahora te podés comunicar a través de Palomas Mensajeras, enviando una paloma mensajera al Palomar de Av. Entre Ríos con tu mensaje, y también por chasque, pará, acá nos llega nuestro chasque (se oyen ruidos de caballos), qué tal, chasque, viene cansado el hombre, viene desde Santiago del Estero, Producción, dénle por favor forraje y agua al caballito, yo creo que el esfuerzo del hombre amerita que leamos primero su mensaje, a ver q… Pero nos llega otro tweet, y otro blog, también por vlog y flog, y comentarios en nuestro Youtube, también nos han puesto un archivo pesadísimo lleno de mensajes –como mil- en nuestro FTP, vamos a tratar de leerlos todos y cada uno de ellos, sí, los mil, porque tu opinión es importantísima. ¡Y se escuchan los “tam tams” con que se comunican nuestros oyentes, y también me llega un telegrama colacionado y una carta documento, y otro sms, y otro, y otro, y un mensaje en una botella, (con la boca seca)! Ya lo vamos a leer, pará, pará, algo tenemos que leer, pará, y encima viene nuestro espía soviético con mensajes en microfilm, y también podés enviar mensajes cifrados en el Apocalipis de San Juan para que el Dr. Morisbaldi, el simbólogo de la radio, qué dice el Dr. Morisbaldi, capo Morisbaldi, los lea, o a través de pintadas políticas y pasacalles colocados frente a nuestra ventana, voy a leer un pasac… No, pará, llegó otro Facebook y otro Twitter y un aviso clasificado en clave para asesinos seriales y otro sms, no hay caso (muy angustiado), no puedo, no puedo, no puedo más, me falta el aire, siento una tristeza indescriptible, también me están llegando cartas de las de antes, de esas por correo, escritas a mano con papel carta, con estampillas de aves argentinas, pará que la voy a abr… Pero la puta, otro Linkedin y otro fotolog y otro mensaje en el “Muro” y otro sms y otro mensaje en el contestador automático, es increíble, todos juntos llegan, todos juntitos, podrían tratar de ponerse de acuerdo, hijos de puta, conchudos, todos juntos tienen que venir, pará, yo voy a leer esta carta manuscrita y se acabó, es importantísimo el tema del que estamos hablando y amerita que leamos esta carta manuscrita, valga el versito (risas). Vamos a leer la carta y sanseacabó, ¿tienen abrecartas? ¿Me pasan un abrecartas? ¡Producción! ¿No hay un puto abrecartas en esta radio del orto? Hijos de puta. Voy a abrirla con los dient… ¡Pero me llega un mensaje telepático! Porque ahora también podés comunicarte a través de poderes extrasensoriales. Vamos a leer, mejor dicho, voy a repetir lo que dice el mensaje telepátic… Pará, me llega otro mensaje telepático que se encima al primero, voy a tratar de repet… Pará, y otro, se me están agolpando los mensajes telepáticos, maldito el día en que acepté que me insertaran el microchip de siliconio extrasensorial, otro mensaje más, me parece que es un spam, se me está enllenado la cabeza de mensajes con las opiniones de nuestros oyentes, todas importantísimas, oyentes de mierda, empiezo a experimentar algunos problemas, Producción, no puedo pensar, estoy experimentando serias dificultades mentales, cada mensaje llega acompañado por los torvos rostros de los oyentes que los han enviado y cientos de imágenes de pesadilla, creo que se trata de algunos monstruosos residuos inconscientes que vienen pegados al mensaje telepático, la cosa es que no la estoy pasando nada bien, ayuda, Producción, ¿me pueden apagar el microchip? ¿No se puede? Ah, no se puede. Buéh. Me dice Producción que no se puede. En fin. Necesito ayuda, y siguen llegando mensajes telepáticos de los oyentes pero no los puedeo leer, mi mente está totalmente ocupada por la acción pasiva de recepción de los mensajes y ya no puedo pensar en otra cosa, ni en el Twitter ni el fotolog ni el chat ni los pasacalles ni el teléfono ni el e-mail ni el blog ni el Youtube ni el tam tam ni los microfilms ni el Facebook ni la paloma mensajera ni el sms ni la carta manuscrita ni el chasque ni el ICQ ni los mensajes cifrados en el Apocalipis de San Juan ni el telegrama ni la carta documento ni los oyentes de carne humana ni el mensaje en una botella ni el vlog ni los mensajes en clave en los clasificados ni nada, sólo percibo recepción de mensajes uno atrás del otro, acompañado de un dolor intenso, insoportable en las sienes, un dolor que si no fuera por mi profesionalismo de profesional recibido en el COSAL se traduciría en gritos desgarradores y una angustia más allá de todo lo imaginable, ah, acá me traen el abrecartas, al fin, voy a ver si haciéndome una trepanación craneana yo mismo me puedo sacar los (ruido de sangre) ¡Ah!



(Se oye musiquita) Locutora: Y así Soy el más Poronga llega a su fin, los esperamos mañana, y no se olviden de comunicarse con nosotros, todas nuestras líneas están abiertas, para dejar sus opiniones y contar sus experiencias. ¡Hasta mañanuuuskiii! (Sigue musiquita)


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sábado, 8 de septiembre de 2012

¡Cumbre y contracumbre de colectiverismo!


EL COLECTIVERO DE ANTAÑO era un hombre de dedos grandes y apariencia rústica, un trabajador manual que a pesar de su aparente tosquedad era capaz de realizar, en un solo golpe de codo, un volantazo arrancándole el retrovisor a algún coche confianzudo, un cortamiento de los viejos y multicolores boletos de cinco cifras, la recepción de nuestros mugrosos billetes y –con el par dedos que le sobraban al costadito de la mano-el rejuntamiento de las monedas para el vuelto, previo cálculo mental del mismo. Su contacto con el mundo, con la Tierra, su roce con materiales nobles como el papel, el estaño y el peluche ese con que cubrían el volante era cotidiano y profundo, y podemos imaginarlo practicando el froteurismo con sus cortinillas en zig-zag, sus dados afelpados y la bola de acrílico que a veces recubría la palanca de cambios. Era un Hijo de la Naturaleza en conexión con su entorno y con los seres que lo rodeaban, frente a quienes debía realizar media docena de operaciones simultáneas y al tiempo mantener una conversacion fluida, un ida y vuelta del esquema comunicacional de Jakobson en el que estuvieran incluidos cálculos aritméticos correctos, indicaciones geográficas adecuadas e información precisa que cubriera sección, calle y precio, todo sin desviarse de su recorrido preasignado o matar a alguien, cosa que –admitámoslo- ocurría de vez en cuando. El colectivero de antaño, con su impronta de kiosquero al volante, semejaba al viejo calesitero con su pera de madera y sortija de la Tentación; un artesano embroncado, viviendo los Últimos Tiempos, consciente de que su oficio está siendo absorbido por la vorágine del Progreso, mirando con desconfianza cada pequeña amenaza de amague de insinuación de asomo de sombra de sugerencia de cambio, éste ofreciendo maliciosamente el dulce de la vuelta gratis, aquel fingiendo que el servicio que prestaba era un favor y brindando de vez en cuando el néctar reparador del boleto capicúa. Era el viejo colectivero un coloso urbano, graciosa mezcla de vendedor ambulante y banquero, de repartidor de figuritas y arriero, descortés y al borde del soponcio a veces, pero terrenal y concreto, sus yemas sucias de tinta de boleto, mugre de billete y verdín de cobre.



EL COLECTIVERO DE HOY: ¡Ciencia, Tecnología y Cerebro es la Santísima Trinidad del acarreador urbano del siglo XXI! Rodeado de maquinolas relucientes, botoneras, teclados, pantallas de cristal líquido y luces que hacen “bip”, “bop” y “bubip”, nuestro robótico héroe se encuentra cada vez más arrinconado por la Furia del Progreso, su retaguardia custodiada por la soviética Caja de Pandora conocida como “La Máquina” que aún engulle medievales doblones y escupe papelitos de fax, y ahora rempujado de perfil por las Nintendescas lectoras de tarjeta Sube, sofisticadas contables de cargas virtuales y dinero abstracto. Para ambas tecnologías cuenta con teclados separados e independientes, posibilitando –y por qué no estimulando- la atención simultánea de dos pasajeros, sacudiéndolo a empellones contra las cuerdas de la escisión de la personalidad a menos que desarrolle, como un bandoneonista o una mecanógrafa profesional, una destreza dactilar automática que le permita no estrellarse contra edificios y peatones mientras realiza estas complejas operaciones financieras. Debe entonces el Moderno Motorman procurar que las molestas Unidades de Carbono que lo importunan con preguntas, reclamos, quejas y curiosidades sean lo más insignificantes y no-visibles posible, y solicitar un tercer o un cuarto o por qué no quinto aparato (¡que tal vez lea códigos de barra tatuados en el brazo como quiere la Bestia, o escanee nuestro ADN y nos descuente automáticamente centavos o genes!) que lo aísle por completo del imperfecto mundo de la Carne, la Asimetría y el Pecado, para así concentrarse en la relación íntima con sus nuevas ¿aliadas? ¿compañeras? ¿amantes? de silicón, plástico y circuitos integrados; y entonces digievolucionar en una neo-criatura de pesadilla para poder sobrevivir, en un arrogante “Mano” de Oesterheld, una criatura de mil dedos manejando el “Cronomaster” (¿acaso no es el viaje en el tiempo la próxima frontera que buscarán traspasar los paladines de la UTA?), deslizando sus superpoblados brazos por sobre teclas y botones, practicando caricias y shiatzus, movimientos casi eróticos por sobre la fría botonera, seduciéndolas, integrándose con su corazón de polipropilenatuto, adamantium y tritonio hasta perder su Alma por completo, fundir su carne y huesos con los nanotubos de carbono de los aparatiuquis esos hasta reconfigurar sobre sí mismo aquellas abominaciones biomecánicas de H.R. Giger. Bienvenidos al Futuro. Bienvenidos al Horror.


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jueves, 6 de septiembre de 2012

¡Escriben y luego publican bosta!


Año 2086. Fuera, el mundo acaso ha reventado o sigue su marcha, es o un Paraíso o un Infierno de mutantes y nubes tóxicas, pero él no lo sabe, ni le importa. Ya hace tiempo que su vida transcurre en su Matrix personal, hecha de Facebook, Twitter, Chopochopocho y sobre todo, Blog. No recuerda la última vez que habló con un ser humano cara a cara o aunque sea teléfono a teléfono. Su mente, su cuerpo (completamente atrofiado y conectado a cientos de cables) y su espíritu –que, ya sabemos, no existe- están entregados a la actualización cada vez más esporádica de su blog (si entendemos “esporádico” como un gentil eufemismo por “¡Jamás!”).



Hace más de medio siglo que no escribe a diario (¿tal su orgullo en los inicios de su Arte!); sus múltiples obligaciones y la natural decadencia de la raza humana lo han convertido en una máquina de tener intenciones; Intenciones de tener ideas, intenciones de plasmarlas y, por último, intenciones de publicarlas, hecho que se realiza con un botón, pero maldita sea si recuerda cuándo tuvo la oportunidad de accionarlo por última vez. ¿Cinco años? ¿Diez? ¿Veinte? En unprincipio su producción había descendido a la semanalidad; luego a la mensualidad y el trimestre. Una vorágine de espaciamiento se sucedió luego, hasta el día de hoy, en que ya ha dejado de tachar el calendario contando los días desde que empezó a pensar en el tema de su próximo “post”. ¡Y es que prácticamente no hay temática, género, estilo o actividad interactiva que no haya ya agotado! ¡Desde la novela de caballería hasta la diatriba municipal, prácticamente todos los ítems del Saber Humano han pasado por sus dedos y su teclado!



¿Ese es el problema entonces? ¿Teme “repetirse” ¡Nanay! Ya ha repetido hasta la repetición, más de una vez involuntariamente y el resto habiendo perdido todo viso o máscara de vergüenza. No renuncia a repetirse por respeto al lector, que ya ha enviado cartas personales y disclaimers afirmándole que le perdonarán que haga una vez más el chiste del poste telefónico. Lo hace porque ha agotado incluso las instancias de repetición posibles: Se ha repetido tantas veces –las más con una mezcla de desesperación y cinismo protector- que éstas ya no encuentran espacio ni físico ni virtual en el Universo.



¡Ah, pero no renuncia a la tarea! Aún se aferra a la esperanza de que sus empeladores le peguen una purificadora patada en el culo (y la sola y placentera idea lo hace llevarse los dedos al bolsillo, donde conserva el teléfono de su abogada laboral, junto a la que se regodea en la fantasía de los trillones que les tocarán por daños y perjuicios). ¡Pero renunciar, nunca! ¡Es el camino de los débiles, los fracasados y los razonables! ¡Y no ha construido un micro-imperio que se agota en sí mismo apelando a la racionalidad! No, aunque le lleve otro siglo se ha jurado que escribirá otro “post”. Entonces, una sombra, una chispa, algo vagamente parecido a una “idea” toma forma en un rincón oscuro de su encéfalo. Con esta sensación como motor, desesperado (si podemos imaginar a esta letárgica criatura en ese estado) se arrastra, amorfo y con la respiración agitada, más una oruga o una ameba que un escritor, hasta su supercomputadora de 500.000 gigavatios. Estira sus dedos (el sonido de los entumidos huesos al crujir ensordece la cuadra, mientras él se hunde en un subsuelo de dolor), y los acerca, con una lentitud rayana en la inmovilidad, al teclado. Y allí, nada. No, la idea no se le ha escapado. No, tampoco ha decidido que era desechable. Sencillamente, no era una idea. Era un fantasma. Uno de tantos ecos de glorias pasadas, que pasean por los pasillos de su mente como locos en un frenopático, confusos y convencidos de que tienen veinte años y están en otro sitio. Estos fantasmas son frecuentes en su rutina. Lo acosan dos o tres veces al día, obligándolo al triste esfuerzo de arrastramiento infructuoso. No importa, Lo ayudan, por lo menos, a agitar un poco –ya que no a accionar- su circulación sanguínea.



Pasmosamente, del otro lado, en terminales de computadora, oficinas y cybers, existen aún “lectores” y “comentaristas” siguen esperando. Están convencidos, con una fe religiosa llena de fervor e irracionalidad de que el día está por llegar; el día en que el moribundo bloguero vuelva a la carga con sus 2,7 kb de entretenimiento ligero. Preparan sus comentarios, con la benevolencia acostumbrada, arrojando piadosas mentiras sobre sublimidad, risa física y escupimiento de monitores con que en el pasado acariciaban su ego. Y los días pasan, y nada. No es un alegre montón, no. Los sobrevivientes no han de pasar la quincena en cantidad, aunque juntan varios siglos en lo etario. Su estado mental no es mucho más límpido que el de su Mesías, y el paso del tiempo ha hecho estragos en sus cuerpos y rostros, que dicho educadamente podrían ser exhibidos en el Museo de Atrocidades más sórdido y barato de la galaxia. Pero están, están. Y el blogero lo sabe, y el remedo de desesperación y culpa que a veces lo cosquillea ataca de nuevo.



¡Entonces, la medida desesperada! ¿Por qué no escribir acerca de la imposibilidad de escribir? Todos los artistas lo han hecho alguna vez. Los textos sobre bloqueos de escritor o autoconmiseración artística se agolpan en manada en las bibliotecas. En mi opinión deberían estar prohibidos, como no sea en forma de alegoría futurista y semi-poética, ya que es el recurso más al alcance de la mano de un autor. Pero se perdonan. Nadie le dirá nada. ¿Por qué no? Aunque sea para hacer tiempo y despertar simpatías. Ríe de alivio y alegría por haber encontrado esta ingeniosa solución, y su risa se escucha como la tos de un perro, y desde dentro de sus entrañas exhala un polvo maloliente.



Y entonces, recuerda que sus últimos 57 escritos tratan del mismo tema, hasta haber alcanzado la cuota máxima permitida. Y recuerda la primera vez que escribió un “artículo” de esta clase. Un día infausto, que marcó el interminable comienzo del fin, fin que –para peor- aún no se vislumbra. Y llora. Boooo hooo hooo, por baby, boo hoo hooo.



Miren, el blog de Sónoman.


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martes, 4 de septiembre de 2012

¡Una buena idea puede destruir el mundo!


“No se les cae una idea”, dice el Segundo Sub-asistente del Dto. de Marketing de tu empresa y con esto el tipo se ganó el día; con esto, ganó un par de días de no hacer nada mientras le tira el fardo a los otros tipos hasta que a estos se les “caiga” una idea.



Y yo pregunto: ¿De dónde salió esta expresión tan horrenda e imbécil? Yo se los voy a revelar: de la gente que no tiene ideas nunca. La prueba está en que este tipo de subhumanos bien vestidos creen que las ideas se “caen”. Que aparecen mágicamente en raptos de inspiración bajo la forma de un Unicornio Fantasma con los cascos llenos de Florecitas Parlantes que te susurran ideas al oído. Sin embargo, los tipos que tienen ideas buenas suelen ser sujetos oscuros, de espaldas encorvadas y expresión agria, que pasan sus días y sus noches encerrados en un cuartito, consultando viejos volúmenes llenos de polvo, lanzando frases inconexas al azar y realizando bocetos en un cuadernito hasta que de todo ese garrapateo estéril surge un susurro, una punta de ovillo, el asomo de un fantasma de espectro de espíritu envuelto en una voluta de humo, que con mucho trabajo, más garrapateo, recursos nobles e impíos, leves dosis de robo y prevaricación puede convertirse en una idea entre chota y burda. Con muuuucha suerte, una menos mala.



El Sub-asistente, entre consulta de Facebook y seteo del Happy Hour de la fecha, ni siquiera llega a ese estadio, y sigue en su halitosa nube de pedos, creyendo que las ideas “se caen” como manzanas o cascaritas de sangre coagulada.



Dicho esto, pasemos a hablar mal de las ideas. Porque en primer lugar, como escuché por ahí, “con una idea no se escribe un libro”. Y en segundo lugar, pocas cosas pueden ser tan dañinas y paralizantes como las ideas. Y convengamos además que no hace falta estar especialmente dotado para tener una idea. Ideas tienen hasta los perros. Por ejemplo, yo tenía un perro que tuvo la idea de cagar en la escalera. Muchas veces la tuvo. Era una idea digamos recurrente, casi una obsesión artística, como la de Borges con los laberintos y la de los creativos de cerveza Quilmes con los lúmpenes de barba candado. Pero una idea al fin.



Pasemos a categorizar los más siniestros tipos de ideas, y cómo combatirlas:



“PIERRE NODOYUNA”: Llamamos así a la buena idea, mal ejecutada, por torpeza, escasa suerte o poca colaboración de nuestro peludo y risueño co-piloto. Es en esta categoría que vemos claramente la enorme distancia entre el universo etéreo y platónico de las ideas y el mundo tosco y mal terminado en el que vivimos, y cuyo representante más acabado somos nosotros mismos.



De un lado, la idea, prístina, pura, brillante e intocable como el legendario diamante Koh-i-noor, ganadora del Oscar, el Nobel y la Cucarda, o de algún premio que combine a estos tres, especialmente inventado para reconocer nuestra obra maestra; del otro, su ejecución torpe, desmañada, incompleta. Está realizada en cartón de caja de pizza, con marcador al agua verde y todos los personajes tienen el mismo nombre porque no se nos ocurrían otros. No está mal, pero tampoco está bien. Pasa sin pena ni gloria y nuestros familiares más queridos la leen con una sonrisa a media asta, y evalúan: “Qué bien que te estés dedicando a lo que te gusta”.



Cómo se arregla: O se pasan años tratando de acercar la ejecución a la idea, cosa que es RE DIFÍCIL, o acercamos la idea a la ejecución; se llama “bajar las pretensiones” y comprendemos que no damos un William Faulkner, pero capaz que arañamos un Sidney Sheldon, lo que no está mal (y, no, tampoco está bien).



“THE UNBORN”: Pariente cercana de Pierre Nodoyuna, “The Unborn” es sencillamente la idea no ejecutada jamás. El motivo es el mismo: la idea es tal vez demasiado buena. Probablemente sea mejor que nosotros mismos y toda nuestra familia y nuestros amigos y nuestro barrio. Y, tal comos si una Raquel Welch de dos metros se nos presentara completamente semidesnuda en nuestros aposentos y dijera “Hazme lo que quieras”, nos paraliza completamente, sin saber ni por dónde empezar; y culminamos fláccidos y en un rincón, en posición fetal, repitiendo una letanía.



Cómo se arregla: Releer “Pierre Nodoyuna”.



LA “IDEA”: Este tipo de ideas revela hasta qué punto ejecutivos, funcionarios, burócratas y contables se han apoderado del mundo. Porque lo que ocurre aquí es que en realidad la “Idea” no se trata de una idea per se, ni nada parecido. Es más bien una expresión de deseos, o la acción de poner guita, o un vapor indefinido ocupando el cráneo de alguien. Pero no es nada ni remotamente parecido a lo que los occidentales entendemos por una idea.



Este tipo de ideas suele ser expresada de este modo: “Tengo una idea: Quiero hacer un policial”. O “Quiero inventar algo que revolucione el mundo de las comunicaciones”. O “Tengo una idea, quiero ganar tres billones de dólares”. Lo que suele seguir a esta tormenta cerebral es que el tipo se pone con unos morlacos (o con un gran poder de persuasión basado en promesas e ilusiones sobre lluvias de dólares, ponele) y obliga a otras personas a tener una o más ideas y si es posible escribirlas y ejecutarlas. Por supuesto, una vez puestas en práctica, el emprendedor de turno pondrá el broche de oro: un cartel bien bien grande, en letras mayúsculas que reza “Idea de Roberto Pappalardo”.



Cómo se arregla: Ganando el Quini o recibiendo una cuantiosa herencia, que permita dejar a los Robertos Pappalardos sin su principal herramienta de confusión. Entonces, podrá ud. mismo ser el que le encarge el trabajito a los demás, mientras se va a cerrar contratos millonarios al Club Med bajo el hechizo de un masaje profesional.



EL “NIÑO PRODIGIO”: La idea es genial. En el papel, la idea es perfecta, no deja resquicios ni abujeros a duda y no entendemos cómo nadie la hizo antes. Como uno de esos niños que leen de corrido a los tres años o tocan el violín a los seis, creemos estar ante una promesa monumental. Lo alimentamos, nutrimos y mandamos a los mejores colegios.



Pero cuando el niño crece no sólo no pasa de ser un adulto que lee de corrido sino que no lo hace tan tan bien (medio que se trabuca cuando aparece un diptongo), y su concierto de violín se tolera sólo cerrando los ojos y recordando lo chuchi que este gordo de barba candado y remera de La Renga era a los tres años.



A diferencia de “Pierre Nodoyuna”, la ejecución ha sido irreprochable. Hemos seguido el esquema inicial milimétricamente, midiendo con regla, sin obviar un solo paso y respetando el Manual. Lo que entonces descubrimos es que la idea no era tan tan tan tan buena. Que la tuvimos una noche de entusiasmo alcohólico, pero evaporados los efluvios mágicos, tras un análisis superficial comprendemos que era una pavada; y por qué, además, nadie la había llevado a cabo. Entre otras cosas, porque además de ser una pavada, es una pavada irredituable, que es peor.



Cómo se arregla: Evitando el alcohol.



LA “IDEA AJENA”: No hace falta explicar demasiado. Puede ser una idea buenísima, pero tiene el defecto de ser de otro. Y ya sabemos que el otro es un estúpido. Ni siquiera hace falta voluntad de plagio para realizar una idea ajena. A veces se trata de una coincidencia fatal, con la desgracia de que el otro –maldito estúpido- coincidió antes. O un residuo que quedó enterrado en nuestro cerebro, muy al fondo y cubierto por capas y capas de sinapsis y falsos recuerdos, y que luego sale a la luz fingiendo que ha sido una idea nuestra, como en la película esa que hicieron ahora (que es una mezcla de “Pierre Nodoyuna” con “El Niño Prodigio”) y de ahí al juicio y el descrédito eterno hay medio paso. En suma, por el sólo hecho de ser ajena, la idea ya pasa a ser inservible. A menos que logremos disimular muy bien este detalle, claro.



Cómo se arregla: No haciendo nada, nunca.



THE SHADOW: Finalmente llegamos a la PEOR IDEA DE TODAS. La idea que puede llevarte al manicomio o a al infierno de la depresión y el caos. Se trata de la idea de que tuviste una idea muy buena, pero no te podés acordar cuál es. Aparentemente esta idea la tuviste el otro día, en el colectivo, o ayer antes de dormir, o tal vez en un sueño o mientras tenías una conversación muy íntima con otra persona y no podías decir “che, bancame que anoto algo que se me ocurrió mientras vos movías los labios haciendo ruidos”. Esto no sería grave si automáticamente nos olvidáramos de que la tuvimos. Pero no. Queda una especie de archivo temporal que se limita a informarnos que tuvimos una idea buenísima, pero ay, ay, ay, los detalles, digamos, el cuerpo, el meollo, el contenido de la misma, no, no, no, no te puedo decir. No está. No sé, ya va a venir.



Pero “The Shadow” no vuelve a presentarse con el rostro desembozado jamás; y enloquecemos tratando de recordar los detalles, o alguna puntita de donde desenroscarla y sentimos un cosquilleo en los dientes. Luego viene la segunda etapa de la enfermedad: la duda acerca de si “The Shadow” existió o fue sólo una ilusión o un dejá vu al revés. Pero no nos resignamos y pasamos una tarde horrible, rebotando entre los intentos de recuperarla y el esfuerzo de desecharla para siempre. Por suerte después uno se olvida hasta de que se olvidó; incluso cuando James Cameron tiene tu misma idea cinco años más tarde y se hace aún más multimillonario de lo que es. El Dr. Tiempo, ese Psiquiatra piadoso e impecable.



Cómo se arregla: Ya te dije el otro día: Hay que anotar, siempre hay que anotar. O no tener ideas, cosa que tampoco es tan difícil.


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domingo, 2 de septiembre de 2012

¡Taller Literario: Los Registros del Habla!


Me reclaman que no di dos o tres clases del Taller Literario, o cuatro o cinco, el número no importa, no vamos a convertirnos en esclavos del frío número y al parecer ya me habían pagado la platita, no sé, eso dicen ellos, no me voy a poner a discutir ni pichulear -tampoco me llamo cinco luquitas per cápita- así que para compensar les tiro un regalito.



Viste que cuando escribís una novela, o una película, o un manual de instrucciones o un Twitter, tenés que ocuparte de que no todos los personajes hablen igual. Cosa que es DIFICILÍSIMA, porque después de meter un gangoso, un tartamudo y un gallego ya como que las formas de hablar se te empiezan a agotar. Y cuando ves que todos los personajes, desde el Emperador Oriental a la huerfanita que vende flores terminan el 99 % de sus frases diciendo “¿nocierto, jefe?” es como que no queda bien. No queda bien.



Por eso, el Taller Literario de Yo contra el Mundo regala en esta ocasión, para usar en tu novela, guión o manual de instrucciones, nada menos que TRES (¡3!) FORMAS DE HABLAR DIFERENTES, para que puedan caracterizar con un mínimo de gracia a tus personajes. De nada.



UN TIPO MUY AUTORREFERENCIAL QUE TODO EL TIEMPO HACE DIGRESIONES SOBRE COSAS QUE HA HECHO EN TAL O CUAL MOMENTO:



“Mirá, yo de este tema de los impuestos aduaneros algo sé –porque yo alguna vez fui a la Aduana para hacer unos trámites- y te puedo explicar un poco de qué se trata –porque yo siempre he tenido interés en explicarle las cosas a los jóvenes, no te olvides que yo alguna vez fui a dar una charla sobre mi trabajo –armo esos perritos que mueven la cabeza- al jardín de infantes de mi hija- y lo que se puede decir es que acá –porque a mí lo que más me importa es el aquí y ahora, no me parece que haya que estar mirando el futuro con la nuca, como dicen, y siempre he actuado en consecuencia- las cosas no están claras –y yo siempre en mi vida he tratado de tener las cosas claras aunque en este país parece que tener las cosas claras fuera un crimen-, para empezar no está muy claro el tema de los impuestos aduaneros –y yo a lo largo de mi vida te puedo decir que si algo hay que tener claro es el pago de los impuestos –porque yo si hay algo de lo que me enorgullezco es de nunca haber dejado de pagar los impuestos- y no es que yo sea un potentado -aunque si hubiera querido yo hoy sería multimillonario- y al no estar claro este tema –y te aclaro que de haber sido multimillonario hubiera seguido pagando los impuestos, no como más de alguno que yo conozco –entonces se hace muy difícil entenderlo –aunque yo en mi vida siempre antes de hablar de cualquier cosa he procurado enterarme y estudiar el tema –porque vivimos en un país donde cualquiera opina sobre cualquier cosa- y si no sé de un tema prefiero cerrar la boca, que no cuesta nada –y además, de ser multimillonario el único lujo que me habría dado es comprarme un flipper. ¿Entendés cómo es la cosa?”



UN TIPO QUE HABLA CON PEQUEÑAS DEFORMACIONES LUNFARDAS DE PALABRITAS HASTA QUE NO SE LE ENTIENDE UNA GOMA:



“Hola, ¿qué me contursi? ¿Qué talco? ¿Viento? Vengo de comprarme un tragedia, me aprieta un poco en las bolivianas pero me hicieron un diego de descuento. Y, sí, no tuve que poner mucha guitarra, me salió tovarich, lo que pasa es que tengo un casuario el sabatino y tengo que estar a tonelli, a ver si conozco una minaverry y después la invictus a tomate cherry un vinazzi en algún caferatta del Bajel, hace tempura que no salgán-de lío con una chicago y ya me ciento un dálmatas medio solari irigoyen, para mí con una minimercado, una boticceli de whiskas y un tango & cash soy felicioni, no precioso much music massacessis cosacos. Soya un tipografía de gustavos ceratis simple minds. Me criadillas en un barrilete de amadeo genta noblex, de almorrana purina, que te da la manu ginóbili sin pedrazzini nadia komanechi.”



UN CAMPESINO DEL SUR NORTEAMERICANO QUE HACE TODO EL TIEMPO COMPARACIONES CON COSAS DE CAMPESINO:



“Sí, señor, la vida en las montañas es dura, dura como la carne de un viejo mapache poco cocido. Pero sólo aquí se respira aire puro, puro como el orín de un cerdo alimentado a manzanas maduras, maduras como una mula a punto de jubilarse, si señor. Y sólo aquí tus hijos se quedan junto a ti hasta que estás bien muerto, muerto como un aligátor recién desollado para sumarlo a la parrillada caliente, caliente como una gata montesa viuda. Y la vida pasa lentamente, lenta como una serpiente cascabel vieja, vieja como una cabra montesa sin dientes, sin dientes como un tenedor de latón que ha atravesado demasiados filetes de aligátor demasiado cocidos, demasiado cocido como el huevo de una gallina adolescente. No, no, no, señor, no me quejo, aunque alguna vez me hubiera complacido conocer aquello que los citadinos llaman mar. Dicen que es enorme, enorme como la vejiga de un cerdo alimentado a cerveza, cerveza como una botella de sidra añejada demasiado tiempo, demasiado tiempo como el que se necesita para hervir un escabeche de nutria raquítica, raquítica como un aligátor criado a heno amarillo, amarillo como la clara del huevo de una gallina con temblores, sí señor. Y también me hubiera gustado comer una pizza, dicen que es redonda, sí, redonda como los testículos de un cerdo famélico, famélico como un sabueso abandonado por comerse a tu primogénito un día de verano. Y dicen que tiene aceitunas ovaladas, ovaladas como los ovarios de una lechuza bien alimentada, señor. Así es, señor.”


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sábado, 1 de septiembre de 2012

Yo contra el General San Martín!



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¡Enciclopedia de la explicación marciana 1: La Ironía!


¡Salud, benévolos VISITANTES EXTRAPLANETARIOS del planeta Erks! Mi planeta me ha enviado a mí como representante de la Humanidad Toda, pues poseo una fuerte personalidad. Y soy de lo más presentable a nivel estético (debo estar entre los 150 más presentables, no muy lejos de Megan Fox).



Mi Misión será explicárosles algunas cosas raras y específicas de la idiosincrasia Terrícola, para evitar problemas de comunicación; y a cambio de esta FUENTE ENERGÉTICA DE CONOCIMIENTO, nos proporcionaréis algunos de vuestros adekantos tecnloógicos para limpiar nuestros ríos, purificar nuestro aire y la realización de la papadoplastia incruenta.



El tema de hoy es una “cosa” utilizada mucho en nuestra civilización llamada “ironía”, que sirve para salpimentar nuestra comunicación y provocar algunos malentendidos.



La “Ironía”, oh, sabihondos y todopoderosos Huéspedes de Allende las Estrellas, consiste en decir una cosa pero al revés. ¿Entendés? Como que yo, queriendo decir “blanco”,diga “negro”. Por ejemplo, veo un auto blanco y, en vez de decir “ah, un auto blanco”, digo (con una entonación especial, conocida como “tono irónico”) “Ahhhh, pero qué auto neeegro”. No sé si se entendió.



¡Ah! Percibo, Benéficos Convidados de la Extrema Galaxia, por sus miradas vacías y elocuentes silencios, que os habéis quedado como medio en ayunas. Pará. A ver si lo explico mejor. Ponele que sos medio boludo. No, vos no, es un ejemplo. Entonces, en vez de decirte “boludo”, te digo “ah, sos re inteligente”. O “Uh, pero este pibe es un bocho”. O –ponele- “Pará de pensar, cráneo”. Cosas así, Como diciendo que es inteligente, pero queriendo decir que no. ¿Cómo? No, no, no es inteligente. El pibe. Es tonto, por eso, para decir que es tonto digo que es inteligente. En eso consiste la “iron…” Pará. O sea, si fuera tonto y le dijera que es tonto, no sería “irónico”, sería normal. ¡Y no importa si es tonto o no es tonto! Es un ejemplo. No, no, no me están entendiendo. Y paren de discutir ustedes en Erkiano que no entiendo nada. ¡Préstenme atención, por favor!



Pará, a ver, al revés, por ejemplo, un tipo es re inteligente, y yo se lo quiero decir. Pero para no quedar como un meloso, como un chupamedias, agarro y le digo, “ah, siempre tan tontito”. Es como una ironía cariños… No, en este caso es inteligente el tipo. O la mina. El tipo o la mina, es indistinto. Por eso le digo que es tonto. ¿Qué? ¡Pero no, no lo estoy insultando! Es al revés. Siempre se tiene que entender al revés. Bueno, siempre no, sino cuando uno utiliza la ironía, esta colorida y pintoresca técnica de comunicación terríc… Pará.



¿Qué por qué no hablamos al derecho? Bueno, bueno. Es largo. Porque se supone que una persona con cierto nivel social, cultural, con cierto nivel de civilización tiene que utilizar el lenguaje de un modo más sofisticado. O sea, no somos cavernícolas, me parece, ¿no? No, no, no estoy diciendo que sí seamos cavernícolas. Ahora no estoy usando la ironía, estoy diciendo de verdad que no somos cavernícolas, estoy transmitiendo la información pura y dura, la data básica, bruta, incuestionable y sin doble interpretación de que definitivamente no somos cavernícolas. Ponele, un cavernícola, Beatíficos Peregrinos del Infinito, cuando se comía un mamut, decía, “mmm, qué rico está este mamut”. Y efectivamente está rico. Hoy por hoy, el hombre civilizado, el hombre de las ciudades de rascacielos de cristal y “jets” supersónicos de hoy, diría “ah, pero esto está horrible”. ¿Eh? ¡No, no, el chef no se ofende, porque está entendiendo que es una ironía positiva! Salvo que no la haya entendido, que también pasa, y entonces tiene que explicar que era “una ironía” o que era “un chiste”, y entonces el tipo se queda mirando serio y lanza a su vez él una risa medio poco covencida, como una “risa irónica” y se produce un momento incomodísimo y es como que la ironía salió mal, salió estropeada. Esta técnica puede producir un sinnúmero de deliciosos equívocos.



No se entendió. A ver. Vamos a empezar de nuevo. Ponele que yo estoy explicando algo, le estoy explicando algo a un Bondadoso Viajero de los Confines del Cosmos y el tipo no entiende, y me mira así con cara de vaca viendo pasar el tren. Entonces, medio como para suavizar, para meterle un poco de humor a esta situación tan irritante agarro y digo “ah, son una luz”. ¿Cómo? No, no lo digo porque ustedes, Omniscientes Caminantes de Más Allá de la Vía Láctea tengan cuerpos entretejidos por deslumbrantes fibras de Luz Divina. No, digo que es como que les cuesta entender las cosas así a la primera. O sea, yo creo que son inteligentes, pero les cuesta, como que hay que masticárselas bastante, como que hay que machacar un poco hasta que les entra en la cabecita. Porque yo sé que son inteligentes, en serio, no crean que…



¿Eh? Nononono, en ningún momento dije que fueran estúpidos, no, dije que eran inteligentes. Lo acabo de decir. ¡Y lo dije en serio! No, no era la “cosa de la ironía esa”, no, lo digo denserio, por favor, pará, bajá eso, plis no me apuntéis con esos pseudópodos fluorescentes que disparan aguijones de láser venenoso, ¡en serio! ¡Pará!



(Completamente transpirado) Bueno, ¿ven? Esos son los problemas con el temita ese de lo que llamamos “ironía”. Se producen estos malentendidos. ¡Por suerte, oh, Sagrados Turistas del Espacio Sideral, poseen ustedes una paciencia infinita!



¿Eh? No, no, no, no no volví a usar la ironía, en serio, creo que ustedes tienen una paciencia infinita ¡Pero no! Aparte no siempre sireve para decir que el otro “es tonto”, para nada, aparte para decir que son tontos debería decir que son inteligentes. ¡No, pero sí, son, son inteligentes, son un bocho! ¡No!!! ¡Lo digo en serio! ¡Pará, no me apuntéis! ¡Sacá! ¡Sacá! ¡No me disparéis! ¿Eh? No, no dije “no me disparéis” irónicament… ¡SHAZAM! Piuuuuuuu


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