Murió el actor ese de la cara rara; uno de los más extraordinarios actores del género “actor de la cara rara” que ha dado el cine, o por decirlo de una manera más precisa, uno de los actores de cara más extraordinariamente rara.
Hemos quedado huérfanos, ahora, de la posibilidad de decir “fui a ver la película esa. Un bodrio. Ah, actuaba el tipo ese de la cara rara”. Quedan, por supuesto, otros actores de cara rara, sin la cual tal vez habríanse dedicado a ser plomeros o físicos nucleares, actividades donde tener cara rara no es una ventaja como en el actorazgo, sino sencillamente una peculiaridad (“Hoy me dio clases el Profesor González, qué cara rara que tiene!”), cuando no una desventaja (“No, a ese dentista no voy más, tiene cara demasiado rara”). Pero tu deceso deja un vacío en este nicho artístico -no así en el nicho de verdad, el nicho donde te van a poner.
Permanecerán para siempre en nuestro recuerdo tus ojos insólitos, tu nariz peculiar, tu cráneo fuera de lo común y tus conspicuos pómulos, virtudes todas que en conjunto leíamos como “cara rara”.
Y señalemos también que el tipo tenía un nombre bastante raro, así que el tener cara rara ha sido una “win-win situation” para todos; para nosotros, evitarnos tener que pronunciarlo (llamándole “el tipo de la cara rara”) y para él, que gracias a esto era por lo menos mencionado a través de un apodo.
¡Adiós, actor de la cara rara! ¡Sé bienvenido en el cielo y que las criaturas angélicas que te reciban tengan el buen gusto de no hacer ningún comentario por lo bajo acerca de tu cara (por lo menos hasta que entren en confianza y les puedas retrucar con algo, tipo “bueno, prefiero tener cara rara y no parecer un pajarraco afeminado”)!
lunes, 3 de enero de 2011
¡Anuncian fallecimiento facialmente raro!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario