Escribe el Dr. Dupont Duvalier
Médico Francés del Siglo XIX
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¡Buen día, mis bravos jóvenes hombres! Verdaderamente, la medicina es hoy una ciencia absolutamente necesaria. ¡Cielo Sagrado! Es verdaderamente formidable la cantidad de enfermos que nosotros los médicos debemos tratar en estos tiempos de tanto progresismo e invenciones.
Hoy nos ocuparemos de el paciente .Y., un caso que ha enfurecido a Podeti, y es por eso que me ha pedido que me encargue de devolverle la salud, porque este tipo no es nada gentil lo que ha hecho, ¡miserable!, perjudicando a millares de ciudadanos honestos, que deberían estar preocupándose por asuntos importantes, de la política, de la economía, de el imperialismo o de el marxismo y en lugar de eso son obligados a perder el tiempo desagotando la pileta Pelopincho. ¿Por qué? Porque la pileta Pelopincho tiene el agujero del desagünos cuatro o cinco centímetros de la base de ésta, por tanto una vez desagotada siempre quedan cuatro o cinco centímetros de agua que no se van, con la cantidad de litros sin desagotar que esto implica y yo no entiendo nada de por qué han diseÑado la pileta de esta manera, ¡cochino!, yo me pregunto por qué no pusieron el desagüacute;s allá abajo, o, ¿por qué no?, en la parte de debajo de la pileta Pelopincho y esto es causa de innumerables dolores de cabeza. Verdaderamente el encargado de diseÑar la pileta se trata de un hombre enfermo. No, no, no, no, no, yo no creo que sea justificable la actitud de este tipo.
Entonces, examinando imaginariamente al paciente, nosotros podemos determinar de que sufre de una clara anormalidad en todos los sentidos, un rostro asimétrico y pleno de protuberancias craneanas, características de las mentes criminales y malvadas. Es realmente chocante la cara de este tipo, yo creo que se trata de un mal de nacimiento, empeorado por la masturbación, el alcoholismo y la falta de ejercicio físico. La naturaleza corrupta del paciente, ¡gamín!, reflejada en el acné tardío y en la mirada vidriosa le hace completamente no atractivo al sexo opuesto o de ningún tipo, por tanto es evidente que debe frecuentar garitos donde satisfacerse sexualmente a través de un pequeÑo peculio, lo que le hace propenso a la avaricia y a la búsqueda de las ganancias fáciles con las que pagarse sus aficiones (porque la absenta, el opio y el .vicio inglés. no forman parte en absoluto de las adicciones que están fuera de su interés), y es por esto probablemente que, ¡bandido!, se dedica al diseÑo mal hecho de piletas.
Entonces, por tanto, para poder minimizar las consecuencias nefandas de la vida que lleva este tipo, debemos concentrarnos en un tratamiento altamente efectivo a base de baÑos, baÑos continuos e intensos (seis meses sería suficiente, ¿no es así?), ¡diablo!, sumergiéndolo cabeza abajo en cataplasmas tibios de el hipoclorito de el sodio, de la paprika, de el jabón y de el mercuriato de potasio. Luego, el paciente debe ser hundido completamente durante no menos de cuarenta minutos, en lo posible sin respirar, para lo cual debe envolvérsele la cabeza en una bolsa de el caucho, en un baÑo de el agua marina con sales modificadas de potasio, ázoe y piraÑas chupasangre a modo de sanguijuelas de alta intensidad, posteriormente y luego de ofrecerle un cognac para recuperarlo del probable estado de .shock. que sobreviene al contacto con las piraÑas, se lo encerrará en un cuartito lleno de cosas, atándole la nariz con un alambre de cobre conectado a un generador eléctrico, con el objeto de eliminar el exceso de cartílago nasal mediante su quema, y, por último, ya que vivimos un tiempo progresista en el que la guillotina, sólo se utiliza para casos criminales profundos, este tipo ¡villano!, debe ser sometido a un simulacro de guillotinamiento, con el objeto de equilibrar los humores melancólico y sanguíneo a través de la estimulación de la psicología.
Entonces, una vez, curado, puede entregarse a este tipo, a la Policía, para que, luego de los trámites judiciales y legales corresponientes, porque vivimos en la República, y no en un Estado Totalitario, se lo encierre para siempre, en una Institución mental, o de algún otro tipo, pero, ¡ah!. que, no, vuelva a perjudicar al Pueblo, mediante la fabricación, de, piletas, con, el, desagül, pensado, y los hombres que han tomado la decisión de poseer una pileta Pelopincho y utilizarle tengan la posibilidad, siempre dentro de los límites que impone la decencia, de desagotarla siguiendo pasos racionales y no verse obligados a levantar la lona, ¿no es así?, y ya que están, podrían hacer el agujero del desagüacute;s grande, podría tener cuarenta centímetros de diámetro, por ejemplo, es un ejemplo, para que no se tenga (el hombre) que quedar una hora al lado de la pileta. No, no, no, no, no, yo no encuentro nada de razonable en tener que estar todo ese tiempo ahí parado como un imbécil.
Se despide de ustedes el Dr. Duvalier Dupont, médico. Miren, el blog de Tom Bunk (robado de El Oficio del Plumín).
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