CONTRACUMBRE: Entonces, luego de lo que sería el .clímax. de el cumpleaÑitos, es decir el ritual pagano de soplado de velitas, acompaÑado de cánticos alusivos y pedidos supersticiosos de deseos infantiles, no viene lo lógico desde el punto de vista dramático .es decir .el anticlímax.- sino una especie de .segundo clímax., de mayor intensidad al anterior: el reventamiento de piÑata.
Y mediante esta sencilla ceremonia, que proviene seguramente de tiempos inmemoriales (¿tal vez de los libros en forma de pelota de los antiguos sumerios, que la destruían a martillazos para luego lanzarse a recoger los animalitos que pacían en su interior?), introducimos a nuestros pequeÑos en los peores Vicios de la Humanidad: la Ley de la Selva, el Sálvese quien Pueda, la victoria del más fuerte, la lucha a muerte por un trozo de pan o, en este caso, por un caramelo o una escobita de plástiuco en miniatura, el manoseo, los empujones, el pogo, el .Déme Dos.. Con una sonrisa bobalicona en el rostro contemplamos cómo nuestros cachorros, en lugar de cultivar la civilización, la solidaridad y la distribución equitativa de la riqueza, se lanzan unos contra otros haciendo uso de sus pequeÑos puÑos, sus uÑas y sus dientes, revolcándose entre esquirlas de caramelo y papel picado para arrebatarse ora un cupetín, ora un avioncito color celeste. Una vez rejuntado el botín, cada uno de los educandos se retira a su rincón, lanzando miradas paranoicas hacia todos lados, a guardar con la siniestra avidez y la suspicacia de minúsculos Ebenízeres Scrooges, sus coloridas ganancias en esas bolsitas que dicen .Feliz CumpleaÑos.. No falta el pequeÑo arribista, el matón oportunista que mira desde fuera las escaramuzas, y luego, evitando intermediarios, localizado el participante más esmirriado del grupo, va directo hacia él para quitarle mediante la coerción o las amenazas todo lo que ha obtenido mientras los adultos se distraen sacando fotos. Luego, la zozobra, el triste Espectáculo de la Humanidad: los llantos, el sentimiento de pérdida inducido artificialmente porque no he conseguido ningún .juguete de varón. o .sólo pude juntar cuatro caramelos ácidos de ananá, mandarina y manzana., la discusión y la negociación por migajas y monedas, el cálculo, la extorsión, la envidia, el chantaje y los grito: Todas las Faltas Humanas, todas las miserias, las ambiciones, las causas de la guerra y la explotación, aparecen a escala pequeÑa en la Oscura Ceremonia de la PiÑata. Como una breve Escuela del Odio, nuestros párvulos aprenden en cinco minutos, mil siglos de expoliación del Hombre por el Hombre. El mensaje, resumido en cuatro palabras es: .Sé brutal, usa la violencia, sé despiadado, astuto y veloz, y lograrás recoger más cantidad de premios de cotuillón que tu Prójimo, ¡y esto es bueno, está permitido y nadie va a castigarte por ello ni a hacerte consideraciones de índole moral! Adelante, hijo mío, sé un Lobo, un Halcón, una Hiena y un águila.. Bueno, fueron más de cuatro palabras, pero es ese. ¿Hasta cuándo seguiremos expoiendo a nuestros pequeÑos a semejante Curso Intensivo de Maldad?
LA CUMBRE: ¡Ah! Pero es entonces, cuando las lágrimas estallan y reproches dichos con vocecillas de pito se cruzan en el aire como flechas envenenadas, que vemos una luz en el camino; los pequeÑos Lobos, las salvajes criaturas del bosque que aprietan sus bolsitas de .Feliz CumpleaÑos. contra el pecho para que nadie se los quite, lentamente van recuperando la cordura y volviendo a la senda por donde transitan los mejores representantes de la Raza Humana. Los más piadosos, empezarán a sentirse avergonzados por su conducta y pena por los perjudicados. Y entonces, la voz paternal de los adultos, ora con un .Dale, dale un caramelo, no te cuesta nada. o un más bestial .¡Dale un caramelo o te quedás sin televisión por dos meses!. oficia de guía para evitar la excesiva acumulación de riquezas por parte de algunos, y la completa indigencia de los más desafortunados o débiles o de aquellos que sienten repugnancia por la práctica del arrebato. Así, los niÑos comprenden, de un plumazo, la existencia del Estado benefactor y redistributivo; algunas nociones básicas de marxismo leninismo o políticas sociales; el alcance de los males que implican la injusticia social y la inequidad. Sólo después de ver, siempre en escala pequeÑa, el accionar del Hombre a su antojo, obedeciendo sus instintos más primarios y egotistas, sin ningún tipo de super-contenedor ni autoridad ni un corpus ético que guíe sus pasos, comprenden nuestros niÑos los males del Liberalismo y de los sistemas de acumulación individual de riquezas. Por eso es que la brutalidad y la violencia desatada del Explotamiento de PiÑata son en cierta medida necesarios para comprender luego, en carne propia y acompaÑado de palabras dulces y abrazos maternales y felicitaciones por lo buenos que son, el necesario rol pacificador del Estado Socialista, que se terminará de enseÑar mediante la lectura diaria de Los Pitufos. Igual después se olvidan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario