martes, 29 de abril de 2008

¡Historia Universal de la Destrucción de mis Cosas!





MI EQUIPO DE DVD: Bueno, yo tenía videocasetera hasta que tuve la peregrina idea de comprar un .equipo de DVD.. Muy lindo, muy chuchi. PequeÑo, blanco, con el aspecto de una wafflera. Con una puertita en la parte de arriba. Lo conecté a la videocasetera, porque mi tele es muy antigua y no te agarra el DVD.


Entonces, por motivos que aún hoy no entiendo, ocurrió algo extraÑo: los canales de cable .que también entraban por la videocasetera- desaparecieron. Mejor dicho, el DVD o la videocasetera o la tele hicieron una especie de .selección. muy arbitraria y me quedaron sólo los que estaban muy arriba (tipo Ciudad Abierta y el canal ese de dibujos animados japoneses) o muy abajo (tipo canales de aire). Pero los del medio no. No sé cuál fue el criterio. .A los tibios los vomita Dios., debe haber dicho el aparato responsable. También le hizo algo al control remoto, porque dejó de andar al poco tiempo, lo que impidió que arregle el problema haciéndome el loco con los botoncitos. Y así anduve y anduve, viendo programas de mierda tipo RSM durante meses, o algún seleccionado de videos de los 80 en VH1; afortunadamente, tenía el DVD, que en el interín se rompió, y que fue reparado a un costo apenas menor al del precio original.


Hasta que mi hermano me regaló una videocasetera que tenía enterrada en algún turucuto. La conecté, y, ¡milagro! Aparecieron los canales extraviados. Fue emocionante. Allí estaban Sony y todos esos canales de mierda; pero ahora, no sé cómo, había desaparecido el DVD. Era como que estaba conectado, pero no aportaba. No aparecía el canal donde el DVD se manifestaba; y no había forma de buscarlo porque los botoncitos del control remoto dejaron de responder ipso facto. Para ver un DVD, por ejemplo, había que desconectar la VHS .nueva. y poner la .vieja..


Lástima que el enchufe de la VHS .vieja. estaba como que bailaba .sufría de .patita de enchufe torcida.- y se desconectaba todo el tiempo; esto era tan irritante que un día, tratando de encenderla de nuevo, apreté el botón de .Power. tan fuerte que esté se hundió en el interior de la VHS y no volví a verlo jamás (luego de esto, por otro lado, quedó inutilizada definitivamente ya que en aras de no tener un aparato inservible estorbando, la .guardamos. -es una manera de decir- en el balcón, a merced del sol y la lluvia y mi hijo que la utilizó para jugar a .El Laboratorio de Dexter. munido de un destornillador y una pico de loro). Pero entonces, al poco tiempo, mi hijo mayor descubrió la forma de sintonizar el DVD: tocando dos veces un botón de la parte de adelante de la VHS, simultáneamente a otro botón que ahora no me acuerdo cuál es, ya que de cualquier modo el DVD se emperró en decir .Disco Malo. o .Inserte un Disco. ante cualquier disco que le pusiéramos, cosa que habrá tenido que ver con que un par de días antes yo me llevé por adelante el cable y tiré el aparato al piso. Igual no debe haber sido por eso, porque ya se había caído diez o doce veces antes y nunca le había pasado nada.


Así estoy actualmente, viendo muchos VHS comprados (tengo un videoclub que te cobra más barato por vendértelos que por alquilártelos, así que los VHS se me están empezando a acumular en forma alarmante), viendo cable y pensando en que si sigue corriendo la garantía del arreglo debería llevárle el DVD al técnico, eso siempre que no se entere de que lo tiré al piso. Pero, ¿cómo podría enterarse de esto? ¡Sólo que lo publique en un medio masivo electrónico que puede leerse hasta en Japón! Y eso no va a ocurrir.


Prognosis: Mediante un simulador de computadora he logrado establecer que mis próximas peripecias con el DVD serán las siguientes: El DVD será arreglado y lograré sintonizarlo, pero el exceso de aparatos simultáneos provocará que se funda el televisor. Encontraré entonces la forma de que las películas se proyecten el el display electrónico de la VHS (ahí donde dice .Play. o .Stop.), pero sin sonido, así que tendré que conectarlo a mi equipo de audio, pero entonces dejará de funcionar mi equipo de CD (por motivos de desconectación). Sin embargo, sólo podré ver películas en castellano -ya que el display electrónico no dejará lugar para los subtítulos- y en blanco y negro. Por ejemplo, .La muerte camina bajo la lluvia., con Olga Zubarry.


MI AUTO: Al principio se le salieron los burletes de goma a las ventanillas, y como pensé que estaban de adorno jamás se me pasó por la cabeza reemplazarlos. Luego me enteré de que, sin los burletes, cada vez que llueve las puertas se enllenan de agua (lo compruebo cuando abro la puerta de adelante, que suena como si estuviera transportando una pecera, peces, limpiafondos y castillitos de plástico incluídos); así que sucesivas lluvias han ido erosionando los mecanismos internos de abrimiento de las puertas.


Primero se rompió la puerta izquierda trasera del auto, pero no importa porque ponía a mi hijo más pequeÑo en su asiento entrando por la puerta derecha, al igual que el más grande, que entraba por sus propios medios. Pero luego se rompió la derecha. Quiero decir que ambas puertas quedan cerradas pero no se pueden abrir. Mejor dicho, la izquierda no se puede abrir y la derecha sólo se abre desde adentro; o sea que hay que entrar por adelante, pasarse atrás y luego abrirla pegándole una patada, como si fueras Starsky y Hutch.


Luego, mi seÑora esposa encontró otro método: meter la mano por la puerta de adelante, abrir la ventanilla de la puerta de atrás, y tirar del abrepuertas interior mientras jalamos la puerta aferrándonos del marco de la ventana. Esto tiene el inconveniente de que es un bodrio, pero es método más práctico; el único problema es cuando uno trae al niÑo más pequeÑo en brazos hay que sostenerlo con un .pedazo. de brazo mientras usamos las dos manos para abrir la puerta. En cuanto a poner al niÑo en su asientito a través de la ventana izquierda, no es que no lo haya pensado sino que la manija levantavidrios está cortada por la mitad (es de acero, así que quien la rompió debía tener una fuerza sobrehumana).


Prognosis: La puerta derecha se terminará de destruir, o tal vez la ventanilla ya no abra, haciendo la apertura cada vez más compleja. Luego, se romperá la puerta delantera derecha, así que el asunto de la ventanilla deberá hacerse entrando por la puerta delantera que se encuentra en sus antípodas, luego dar toda la vueta al auto y entrar a los niÑos a través de esa puerta. Claro que si se descompone definitivamente deberé entrar a los niÑos desde el asiento de adelante. Luego, por supuesto, se romperá la última puerta y eso puede representar un problema ya que no voy a poder entrar al auto para llevarlo a lo del tipo que arregla puertas. Bueno, puedo llamar al auxilio mecánico, dejarlo ahí .sin la llave, total el tipo es cerrajero- y que me arregle todas de una, qué tanto. Y cuando el tipo me lo devuelva, encenderé el motor y éste estallará en mil pedazos.


MIS OREJAS: Ando medio sordo, así que fui al otorrinolaringólogo. El tipo me sacó sendos tapones de cera con una especie de lavativa en las orejas y luego me dio una orden para una audiometría y una tomografía. En tono de admonición siniestra me explicó que seguramente se trata de un tema alérgico, cosa que no tiene cura y se trata con unas pastillitas.


Ambas órdenes vencieron porque dejé pasar un mes, así que fui a otro otorrino -bastante sospechoso- que me volvió a hacer las órdenes, aunque me canjeó la tomografía por una radiografía, que parece que es un proceso menos cruento.


Me hice la audiometría, una experiencia demencial donde te encierran en una cabina y te piden que repitas unas palabritas. Luego, dejé pasar un tiempo y esperé al último día para hacerme la radiografía, que ahora que me acuerdo no fui a buscar jamás. Mientras tanto, el sobre con los resultados de la audiometría lo perdí. Igual ahora cambio de obra social así que todo lo que me pidió el tipo ya no me sirve para nada.


Por otro lado, la dermatóloga que me sacó las verrugas (con un método apenas menos daÑino que la explosión de Chernobyl) me vio medio resfriado y me regaló unas muestras gratis de unas pastillitas antialérgicas para utilizarme de cobayo humano; mi suegra hizo lo mismo, pero de otra marca, así que cuando mi nariz empieza a convertirse en mi enemiga mortal me preparo una especie de cóctel de drogas personal. Una de éstas, media de aquella, según mi estado de ánimo. A esta altura, sin embargo, mi sordera había amainado bastante, pero luego regresó con el cambio de estación, junto con la alergia, ataques de tos, mocos bordó y dolores de cabeza provocados por la sinusitis, aunque claro que no sé si es culpa de el cambio de estación o el .Humito Loco. o mi almohada .rellena en u 67 % de ácaros vivos- o la enfermedad mortal que el primer otorrino insinuó en su orden de tomografía (el tipo se cree que nadie vio la película .Hannah y sus hermanas.).


Prognosis: Cuando empiece con la nueva obra social, iré a otro otorrino. El tipo me pedirá una audiometría, una radiografía y una narigrafía .un nuevo procedimiento inventado por el tipo- y entonces lograré hacerme los dos estudios antes de que me venza la orden pero no llegaré al tercero. Entonces iré de nuevo al médico, aunque sólo llevaré la radiografía porque la otra seguro que se me pierde, y el tipo me hará las dos órdenes que faltan. Tardaré otro mes en hacerlas, pero las haré. Sin embargo, cuando pida hora con el otorrino éste va a estyar de vacaciones, y cuando vuelva a verlo éste me dirá que el primer estudio .la radiografía- ya no sirve porque pasaron como dos meses y hay que compararlo con los otros dos, así que por las dudas me va a pedir que haga los tres de nuevo. Cuando logre sincronizar a la perfección los tres estudios y la hora con el otorrino, el tipo me va a recetar una tercera marca de pastillitas. Al día siguiente tendré hora con el gastroenterólogo, que me ordenará que abandone mi adicción a los medicamentos ya que tengo perforado al estómago, aparte del hecho de haber engordado treinta kilos.


Y otro día les cuento la historia entera, con todos los detalles, de mis problemitas con mi computadora.


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