miércoles, 5 de febrero de 2014

¡Experto en catastrofismo sabotea la Matrix con el “kétchup” de la denuncia!


Escribe el Ing. Jorge Cubero Sosa

Experto en Catastrofismo Municipal

todosvamosamorir@gmail.com



¡Alegría, Esperanza, Buenas ondas y Felicidad para todos los Hombres de Buena Voluntad! Exactamente éstas son las cosas que NO nos esperan (y en vez tendremos Trusteza, Desesperanza, Malas ondas y Desfelicidad para Ninguna de las Mujeres de Mala Falta de Voluntad) a menos que el Gobierno tome cartas en el asunto para resolver CON PREMURA el tema este de que una conidica cadena internacional de comidas rápidas (que se llama Mac Donalds) no tiene ketchup.



A la Presidenta SE LE ESTÁ ACABANDO EL TIEMPO. Miles y miles de expertos en advertencias del mundo han enunciado ya 40 o 50 o 60 catástrofes potenciales (es decir, elevadas a la enésima potencia), y estoy hablando per cápita, que pueden y DEBEN ocurrir (porque sólo el Señor sabe qué catástrofes peores pueden ocurrir para llenar el hueco si éstas no se materializan) si no se toman cartas en el asunto, y desde ya que no se tomarán. Pero me limitaré a mencionar tres (de las más suavecitas), que es más corto:



La Catástrofe de los Vampiros de la Mayonesa: La Ciudad Metropolitana de Buenos Aires de la CABA de la Capital Federal no-está-preparada para contener a los cientos de miles de millones de muertos y heridos resultantes de las nuevas políticas de Producción de Kétchup adoptadas por la cierta empresa dedicada al expendio de hamburguesas (o sea, Mac Donalds): El entrenamiento de empleados del mes (mediante técnicas secretas de Programación neurolingüística e instalación de teledirectores en la nuca) para extraer de sobrecitos de salsa golf el ingrediente “x” que lo compone (“mayonesa”) y de ese modo dejar sólo el kétchup ya es una realidad. Los “Agentes de Purificación de Kétchup” (un lamentable eufemismo por “Adictos al Jugo de Limón con Glutamato”) ya están instruidos para sorber el líquido elemento de los sobrecitos, separar ambos componentes –mayonesa y kétchup- mediante un sistema intra-bucal de centrifugado, precipitación y electroforesis, para luego arrojar el kétchup a través de los conductos nasales en un recipiente gigantesco.



La mayonesa, sin embargo, permanece en el organismo de estos trabajadores por más tiempo del recomendable, creando una legión de adictos a esta sustancia llamada “muerte amarilla” por la DEA, que pocos meses después arrasarán con restaurantes, rotiserías, supermercados e incluso pobladores civiles al grito salvaje de “dame mayo, dame mayo, o de un cuchillazo para siempre te callo”, hasta exterminar todo vestigio de vida en la ciudad.



En otras metrópolis el Gobierno crea mugrientos barrios para adictos y hace convenios con Hellmans y Fanacoa para que reparta el producto a los mayo-dependientes mediante el uso de camiones hidrantes (se incluyen pancitos para rempujar). Pero estamos en la Argentina, y no nos queda más que ser víctimas de la imprevisión, la desidia y Guillermo Moreno.



La Catástrofe de la Relajación Cromática: Como bien sabemos, los expertos en Ingeniería de la Conducta que diseñaron los locales de una muy mentada cadena gastronómica de origen estadounidense (“Mac Donalds”) calcularon exactamente las dosis de rojo y amarillo que necesitaban los recintos para que el cliente se sintiera ansioso, apurado, incómodo y con la necesidad de escapar de allí lo antes posible, para producir la alta rotación de clientela que necesita la empresa para ser viable económicamente. La ausencia del “rojo kétchup” resultante de este desabastecimiento, por mínima que parezca, redundará en un desequilibrio cromático y una baja en los resultados calculados. Los clientes de Mac Donalds, inconcientemente, comenzarán a apalancarse en el restaurante, entregándose a la plácida charla de sobremesa acompañada por modorra digestiva y consumo de tés aromáticos (que seguramente introducirán clandestinamente en los locales). El exceso de producción comenzará a acumularse en las cocinas, primero asfixiando a los empleados bajo toneladas de hamburguesas y luego frenando la cadena de consumo, con lo que las monstruosas lombrices subterráneas de donde se extrae la carne dejarán de ser sacrificadas, y liberadas posteriormente en las calles de la ciudad, devorando a los débiles primero (entregados como carne de cañón por los miembros más fuertes de la sociedad), a los fuertes luego y finalmente a los indiferentes.



En otros países, más responsables, socialistas pero socialistas EN SERIO (o sea, no socialistas) brigadas de jóvenes inmigrantes contratados por el pancho y a coca recorren los Mac Donalds con balde y brocha gorda para agregar la dosis justa de color rojo necesaria para expulsar a los clientes con demasiado tiempo libre. Y hay cañones anti-lombrices. Pero acá, ¿tenemos cañones anti-lombrices? No. ¿Qué tenemos? A Guillermo Moreno.



La Catástrofe del “Kétchup Transgénico”: Mediante un acuerdo secreto y espurio o espúreo con el Gobierno Nacional, Mac Donalds intentará reemplazar el kétchup natural con kétchup transgénico. Como sabe todo el mundo, así como la carne de las hamburguesas de una conocida cadena de comidas rápidas (o sea, Mac Donalds) se extrae de gigantescas y repulsivas lombrices que mantienen en los sótanos de los diferentes locales, el kétchup se extrae de los sacos mamarios de estas simpáticas bestias. Lamentablemente, las inhumanas condiciones en que son mantenidas ha detenido la producción de este elemento. Las nuevas lombrices, procreadas mediante frankeinstenianos procedimientos de ingeniería genética, biomecánica y realidad virtual serán puestas a convivir en los mismos sótanos de las viejas lombrices, donde se procederá a extraerles el kétchup (a través de unas canillas genéticas que les ponen en las tetas). Las violentas peleas entre “Hembras Dominantes” y consiguientes tragedias edilicias serán el prólogo de la verdadera tragedia: la cruza entre ambas especies (viste que los que se pelean se quieren) resultarán en una nueva raza, mil veces más mortífera y de inteligencia superior incluso a la humana. La sola mención de los planes que tiene esta nueva especie para nosotros podría detonar una catástrofe por sí misma, por lo que me llamo a silencio.



En otros países más serios, en el no te digo primero, en el tercer mundo en serio, las lombrices gigantes son criadas en praderas, donde galopan libres como el viento, y se les extrae el kétchup mediante masajes eróticos y palabras dulces susurradas por fonridos “cow-boys” escandinavos con los abdominales marcados, por lo cual la fabricación de lombrices transgénicas sólo se sua con fines pacíficos (espectáculos circenses, etc.). Pero, ¿acá? Acá seguimos entregando nuestros recuersos autóctonos de Mac Donalds a las empresas multinacionales y a Guillermo Moreno.



Hago estas advertencias y llamamientos –entre los que se incluye la RENUNCIA IMEDIATA DE GUILLERMO MORENO- no con la esperanza de que al menos uno de los millones de lectores de esta página puedan salvar su pellejo, sino con la esperanza de provocar un suicidio colectivo que descomprima un poco el saqueo de los pocos sobrecitos de kétchup que sobrevivan en algún container cuando llegue la catástrofe, y así poder equipar con más holgura el sector “aderezos” de mi bunker antiatómico.


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