El Carameluchi de la Felicidad: Hoy estaba en el semáforo y de golpe qué veo, oh, oh, oh, delante de mí, oh, oh, oh, epa epa epa, dos autos, uno al lado del otro, los dos exactamente con la mismas letras en la chapa: FZP. ¿Cuántas probabilidades hay de que ocurra esto? (no me hagan el cálculo, es una pregunta retórica) ¿Cuántas concatenaciones de acontecimientos fortuitos han debido ceder su paso, cuántas mariposas han renunciado a generar huracanes en la otra esquina del mundo, cuántas parejas habrán perdido la oportunidad de conocer al amor de su vida de casualidad, cuántas porciones de suerte se habrán consumido como una llama, cuántas filas de dominós habrán sido interrumpidas? ¿Cuántas combinaciones impredecibles de azar habrán sido canceladas por el Supremo y Demente Croupier Universal, sólo para que yo, y nadie más que yo –los coches se bifurcaron apenas puesto verde el semáforo- tuviera el privilegio estéril de contemplar esta coincidencia? Va este suceso entonces a mi lista de Momentos en los que fui declarado Centro Absoluto del Universo, y a otra lista, menos prestigiosa, de casualidades pelotudas. ¡Bien!
El dardo Emponzoñado con el Curare de la Desdicha: Contenido en el evento narrado más arriba, consiste en que no sé a qué número jugarle: El Hado ha querido otra vez que, protagonista de un azar único e irrepetible, no pueda aprovecharlo en lo más mínimo; podría haber tenido un gesto, una palmada, algo, y repetirme números, pero no. Me repite letras el Gran Conchudo Universal. E’cir, nuevamente la suerte se ríe en mi cara, se me exhibe desvergonzadamente, me hace un “lap dancing” lascivo y pecaminoso y luego se arroja a una alcantarilla. Y aparte estrenaron una película de Francella enano. ¡Mal!
Miren, fotos de disfraces terroríficos de conejo, y la Embarazada Mala n° 40.
martes, 13 de agosto de 2013
¡La vida es un Pepe Payaso & Ratontito!
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