Los primeros símbolos numéricos indicaban medidas de grano (trigo o cebada). A cada unidad de grano correspondía un signo, así que si una persona poseía cuarenta granos, se anotaban cuarenta signos, que sólo podían significar cuarenta unidades de grano. Sin embargo, los contables de Uruk, una de las primeras ciudades de la Mesopotamia, fueron capaces de desdoblar el concepto numérico (“cuarenta”) del concepto lingüístico (“grano”), creando un tipo de signo para los números y otro para los objetos, pudiendo combinarlas para simbolizar tanto “cuarenta ovejas” como “veinte granos”. Así, le debemos a los contadores no sólo a creación de los números sino también de las palabras escritas. ¡Mirá vos! (Fuente: El libro “Del hacha al chip”, de James Burke y Robert Ornstein. Probabilidades de exactitud: 100 %% libro, aparte tiene letras re grandes y se entiende)
jueves, 22 de septiembre de 2011
Dato 3.590: El aporte de la contabilidad a la cultura universal humana
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