.Mmmmmbbbb, mmmbbb, mbbmbmmmbbmmm., dice Jaqueline (27), detrás de su máscara de oxígeno, instalada sobre su capucha de látex a su vez enfundada sobre el triple vendaje untado en repelente. Y es que, como todos los miembros de la movida .Dengo., debe luchar contra la incomprensión de la sociedad tanto como contra la incomprensión meramente auditiva.
Mientras las autoridades metropolitanas hacen todo lo que está en sus manos para detener el avance del dengue .que consiste básicamente, confiar en que el Aedes Aegypty llegue hasta la General Paz, se sienta intimidado por la arrolladora personalidad de los porteÑos y ahí pegue la media vuelta-, la población de Buenos Aires ha realizado creativamente como siempre lo hace en momentos de crisis: inventando una nueva .tribu urbana..
.Para mí, ser un .dengo. es más que una moda: es una filosofía de vida., dice Martín (21), un joven .dengo. que ha aprendido a modular exageradamente y gritar .tipo Gustavo Cerati- para que sus interlocutores lo entiendan, incluso bajo la triple capa protectiva de materiales elastizados que recubren su persona. .Cuando empezó esta movida, parecía que se trataba solo de gente medio aterrorizada que insistía en que había que usar manga larga, dar vuelta recipientes al aire libre y embadurnarse con repelente. Pero un montón de nosotros pensamos que eso podía dar lugar a algo más copado.. Martín se interrumpe para untar la totalidad de la superficie de su mameluco de látex con una capa de 3 cm. de .Off., ceremonia que los .dengos. realizan cada cinco minutos. Cuando termina, me ofrece una pastillita de Fuyi Vape, y ante mi negativa se abre una puertita del casco que cubre su cabeza y se la manduca, sin agua ni nada. ¿Y no le hace mal? .Un poco. Por ejemplo, ya perdí la capacidad de distinguir los contornos de las cosas. Y un poco la parte de adentro también. ¡Pero siempre va a ser mejor que tomar aspirinas!., grita, con furia (Los .dengos. odian la aspirina y estiman que quienes la consumen son unos .negros cabeza.).
.La guerra de Vietnam impulsó el movimiento hippie, y el desempleo británico dio origen al punk., dice Amadeo Rosenwasser (56), sociólogo. .A nosotros, la aparición del dengue nos ha dejado toda una subcultura. Lo más sorprendente es la velocidad con que se ha extendido: a las tres horas de conocerse los primeros casos en Charata, en Internet ya había más de 456.78e7.334.9896.000.000.90 páginas dedicadas al .Movimiento Dengo.. La verdad es que la gente no es más pelotuda porque no tiene tiempo., agrega, en un tono muy académico.
Por si la masividad del Movimiento .Dengo. es puesta en duda, las ventas de vestuario y máscaras de látex en Sex Shops fetichistas, tiendas de disfraces y convenciones de cómic .que ya se reveló que es todo lo mismo- se han cuadriplicado, casi exclusivamente en artículos que aíslen la piel del ataque del mosquito. .Me piden de todo, desde bolsas marineras tipo ‘Audition’ a disfraces de Batman., dice Mario (49), dueÑo de local .Bebota, esta carne es para vos. sito en una galería de Florida. .Incluso se agotaron unas caretas de De la Rúa que me llegaron por error..
Pero, ¿qué es realmente ser un .dengo.? ¿Cuál es su ideal último, si es que este corpus de rituales sin sentido para el lego tiene un fin último? .La total y absoluta aislación (sic) corporal y mental de cualquier tipo de contacto con el exterior, para conseguir un estado superior de conciencia, una sanidad física total y una pureza de cuerpo y espíritu y aparte no tener dengue., dice con voz apasionada Princess Nefertiti (17), gurú del Movimiento .Dengo. y autora del blog .No me moleste mosquito., que recibe aproximadamente 234.5678.90.0.876.321.000 visitas por día, aunque diez de ellas por parte de surfeadores accidentales (hay que decir que dice .sexo gratis. en el header).
Princess Nefertiti se ufana de ser una de las .dengos. con más capas de cosas entre su epidermis y el exterior. .Tengo unas 17 capas, entre enteritos de látex, goma y ropa de distintos talles. Entre capa y capa me embadurno toda con Off y pastillitas Fuyí Vape picadas. Tardo unas tres horas en vestirme, y otras dos horas en ponerme las capas para dormir bajo mi mosquitero hecho con bolsas de residuos.. A pesar de su aspecto exterior (lleva una máscara de Domingo Cavallo y la superposición de ropajes le da el aspecto de una piÑata humana), comentarios como .¡Diosa!. o .¡Te como toda!. son frecuentes en su blog.
.Me puse Princess Nefertiti, que es un nombre egipcio, como el mosquito., nos aclara la Reina de los .dengos. mientras nos guía hasta un estacionamiento subterráneo abandonado (los miembros de esta tribu odian el aire libre, por ser caldo de cultivo de .esos bichos de mierda que te pican y te morís., según Princess Nefertiti) donde se realiza el .XVIII Encuentro Alternativo Dengo., que se realiza cada seis horas, y donde los .dengos. comparten secretos, escuchan su música, celebran orgías de embadurnamiento con Off, se ponen hasta las cejas de tabletas Fuyí y comercian artículos que reflejan su subcultura. .Me compré esto por 45 mangos., nos dice Laura (16), una joven .dengo. envuelta en un mameluco anaranjado, mientras nos muestra un par de aros confeccionados con espirales (que, como todos saben, se hacen con bosta de vaca). Luego de encenderlos, aclara .Igual para dormir me los saco, obvio.. Desde el interior de un antiguo arcón de madera cubierto de cadenas y cerrojos, Demián (20) nos dice .Para mí al Movimiento .Dengo. se lo está fagocitando el sistema. Ya no es lo que era cuando nació, la semana pasada. Por eso yo curto el .Denguismo Extremo. desde adentro de este baúl. Lo único que estoy empezando a tener un poco de hambre..
¿Moda? ¿Movimiento? ¿Locura? ¿Invento de los medios? Mientras Princess Nefertiti sube al estrado y es ovacionada por sus admiradores, la verdadera .fiesta dengo. arranca, y los asistentes empiezan a patear recipientes .baldes, ollas, neumáticos- colocados estratégicamente a lo alrgo del predio, con el objeto de darlos vuelta. Entonces, una mariposa desorientada ingresa al estacionamiento, alguien la seÑala al grito de .¡Dengue!. y la multitud se dispersa entre patadas, atropellamientos y uno o dos muertos aplastados.
Moda pasajera o no, los .dengos. están aquí para quedarse.
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